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Diseños

París, Milán y Berlín iluminan sus pasarelas para él y para ella

Tres pasarelas y tres ciudades europeas unidas por un mismo motivo: La moda. En París, Milán y Berlín se ha respirado y consumido diseños y tendencias de otoño-invierno 2017 presentadas para él y para ella.

En Milán las bufandas con mangas de la firma del italiano Giorgio Armani el broche de oro a la Semana de la Moda masculina que durante cinco días ha visto desfilar las colecciones para el próximo otoño invierno de casas como Ermenegildo Zegna, Fendi, Versace o Prada.

La casa del modisto llevó hasta la pasarela milanesa una colección de prendas masculinas compuestas fundamentalmente por bufandas con mangas, es decir, piezas capaces de proteger del frío el cuello y al mismo tiempo de cubrir los brazos.

Los abrigos largos de vestir sirvieron tanto para hombres como para mujeres, y es que Giorgio Armani aprovechó la ocasión para adelantar algunas de las prendas de su colección otoño/invierno en moda femenina.

Para hombre, Armani optó por los abrigos gordos de pelo, pero también las chaquetas en piel y en texturas aterciopeladas.

Para las mujeres, optó por colores más vivos y vistió a sus modelos, por ejemplo, con un “total look” en color verde intenso, que inunda tanto los pantalones de vestir como los jerséis y los abrigos largos de pelo.

París En esta capital de la moda ha habido propuestas deportivas y carteras de mano en los accesorios.

La firma Icosae ha mezclado líneas rectas de sastrería en clave británica y prendas ligeramente “punks”, cargadas de logos y accesorios metalizados.

Icosae inundó la pasarela de rojo y negro en amplias gabardinas y cazadoras estilo bomber que parecen más bien uniformes militares en clave punk.

Las líneas rígidas marcaron la colección, apostando por tejidos que daban una sensación de lujo total: cashmere, tejidos metalizados, y “tweed” para los abrigos.

La firma italiana, con Pier Paolo Piccioli al frente, creó un estilo tipo Sherlock Holmes, con largas capas y gorros a modo de casco; debajo de ellos trajes de lana y pequeñas pajaritas para un “look” elegante.

El diseñador Walter Van Beirendonck no decepcionó con otra de sus arriesgadas propuestas. Presentó ilustraciones de osos y tejidos colocados a modo de escudos y armaduras en las propias chaquetas, cubriendo hombros, codos y antebrazos.

También presentó chaquetas y pantalones, de corte recto y estilo sesentero, se llevaron en tonos verdes, amarillos, naranjas con distintas gamas de tonos tierra.

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