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Sociedad

El legado de 85 años de servicio

Indagando las raíces y evolución del Grupo Blandino, al investigador y escritor Félix Fernández le llamaron la atención varios rasgos de la empresa que este año arribó a su 85 aniversario: su austeridad, el nivel de comunicación entre sus ejecutivos, su modelo de gestión y su compromiso con la calidad.

“El grupo -explica Fernández- empieza con muy poquitos recursos y desarrolla una filosofía de inversión que a uno le puede parecer hasta conservadora, de prácticamente no correr riesgos con lo que se tiene”.

Bajo este modelo -que implica, por ejemplo, no tomar préstamos- el crecimiento puede darse de forma lenta, pero es sólido. Y, como señala Fernández, “ahí están los resultados”.

Sobre el nivel de comunicación y compromiso entre los responsables del grupo, Fernández apunta que la dirección no está centralizada en una sola figura. Grupo Blandino lo dirigen los cuatro hermanos Arredondo (Jesús, Virginia, María Fernanda y Fernando), quienes se rotan la presidencia ejecutiva y “todos por igual sienten que en ellos descansa la responsabilidad”.

De hecho, según Virginia Arredondo, vicepresidenta del grupo, aunque las decisiones importantes se toman por mayoría, ella y sus hermanos tratan de no dar por terminada una reunión mientras no lleguen todos a un acuerdo.

“Es un modelo de gestión que yo no conozco en ninguna otra parte”, asegura Fernández. “Puede ser objetado porque puede ser lento, pero tiene una ventaja inmensa que es el nivel de compromiso que cada quien tiene con las decisiones tomadas; no se trata de un compromiso que te cae porque la mayoría decidió, sino que es un compromiso positivo de que yo estuve de acuerdo”.

El investigador también destaca el compromiso con la calidad, y Arredondo lo resume de este modo: “Más que un negocio, es una empresa de servicios. Sabemos que es un negocio, que no estamos en una ONG ni mucho menos, pero tú tienes que tener algo que te mueva, si no, siento que podría ser algo muy frío o una carga muy pesada, porque es 24/7, no hay ningún tipo de planificación”.

Influencia cultural Se dice que las empresas familiares duran tres generaciones: la primera generación tiene la idea, la segunda la desarrolla y la tercera la destruye.

En el caso de este grupo, expresa Fernández, “estamos ante la excepción: ya estamos en la cuarta generación”.

Si bien la empresa funeraria nació en 1931, ya a finales del siglo XIX hay registro de actividades comerciales (rudimentarias y diversificadas) desarrolladas por la familia Blandino en Baní.

Ese temprano germen dio inicio a una historia de éxito marcada por varios hitos como la creación de la primera capilla funeraria y la introducción de servicios como la cremación y el embalsamamiento.

El hito más importante, sin embargo, lo constituye su impacto en la tradición dominicana de los velatorios. Antes de la fundación de su primera capilla funeraria, las exequias se oficiaban siempre en los hogares.

“Para mí ese es el hito más importante”, expresa Fernández.

Un tributo a la vida Félix Fernández ha estado realizando una investigación sobre el Grupo Blandino con motivo del 85 aniversario de la organización. Su labor no se ha limitado al levantamiento de datos históricos de la empresa; trabajó en la investigación y coordinación de Legados, exposición que mostró los aportes de dominicanos ya fallecidos que se destacaron en distintos ámbitos de la vida nacional.

¿Cómo surge este proyecto? Virginia Arredondo cuenta que ella y sus hermanos deseaban materializar una iniciativa que resaltara la dominicanidad y que sirviera de enseñanza y motivación a los jóvenes.

“Habíamos hablado en principio de hacer una historia nuestra, de cómo hemos sido testigo del tiempo”, recuerda.

Tenían, además, el deseo de mostrar la muerte como parte de la vida, no simplemente como el fin de esta. De modo que la idea inicial se fue ampliando y ya no se centraba en personajes cuyas honras fúnebres se hubieran realizado en Funeraria Blandino.

“La celebración de un 85 aniversario debía ser antes que nada un tributo a la vida”, opina Fernández.

El siguiente paso fue identificar a los personajes que formarían parte de la muestra, cuyos descendientes debían dar su autorización y prestar algún objeto personal de sus parientes fallecidos.

Hubo limitaciones de carácter práctico. No en todos los casos fue fácil conseguir a los parientes de las figuras seleccionadas. Con todo, el esfuerzo valió la pena. Así se deduce de los testimonios y anécdotas que cuentan Arredondo y Fernández,

Estudiantes genuinamente interesados en la vida de los personajes (no solo porque tuvieran asignaciones escolares basadas en la muestra), personas emocionadas al ver objetos pertenecientes a alguien que conocieron en el pasado, descendientes de las figuras honradas reunidas celebrando la huella dejada por sus ancestros...

“Sin darnos cuenta”, comenta Fernández, “nosotros estuvimos haciendo visible una expresión de la historia reciente del país, de esa historia que no está en los libros. Por tanto, uno tuvo la oportunidad de mostrarles a los jóvenes hechos tangibles”.

Con eso lograron uno de los cometidos de la muestra: llegar a los estudiantes y sembrar de ese modo valores positivos en las nuevas generaciones.

Para continuar haciéndolo, informa Arredondo, el grupo proyecta ahora llevar la muestra a otros puntos del país y organizar, a partir del contenido de la exposición y durante cinco años, concursos estudiantiles.

Crecerse ante la tragedia “Manejamos diariamente tragedias, manejamos el momento difícil de cada familia. Cuando la tragedia es colectiva, entonces te toca crecerte, multiplicarte, como entidad y atender las necesidades de muchas personas al mismo tiempo”.

Así reflexiona Virginia Arredondo cuando recuerda los tres retos más grandes que ha enfrentado la empresa de su familia.

1996: cuando un Boeing 757 cayó al mar frente a Puerto Plata poco después de despegar rumbo a Alemania, a la empresa le tocó trabajar en la labor de identificación y traslado de los cuerpos de los fallecidos, en su mayoría turistas alemanes.

2001: cuando el vuelo 587 de American Airlines, con destino a Santo Domingo, se estrelló en Nueva York, la firma fue contratada para coordinar con distintas funerarias del país el traslado y las exequias de los fallecidos.

2010: tras el terremoto de Haití, el 12 de enero, la empresa fue contratada para recuperar, preparar y trasladar los cuerpos de los fallecidos que pertenecían a organismos internacionales. “Esa fue la graduación de la cuarta generación”, recuerda Arredondo. Su padre había fallecido apenas un mes antes.

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