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Destino

Un lugar en Nueva York: Aunque usted no lo crea

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Carmenchu BrusíloffSanto Domingo

Quien en Nueva York desea vivir raras experiencias tiene una original opción en el museo Ripley’s Believe it or not! (“Aunque Usted no lo crea, de Ripley”) Mi hija Carmen y mi nieta Carmel cuentan parte de sus vivencias en éste.

Lo más excitante, para Carmen, es el Black Hole, un túnel sicodélico de vórtice giratorio al cual entra por una pequeña puerta. Luces pequeñitas titilan en los muros del pasillo que parece bambolearse. Por si acaso, hay pasamanos para agarrarse. Para comprobar si en verdad no se movía, Carmen lo recorrió dos veces.

A quien quiere sentirse como un rastreador militar o un ladrón, ella sugiere el cuarto de los lásers. Escoges el láser que sortearás mientras te trasladas de uno a otro lado de la habitación, en un tiempo establecido y antes de que suene el reloj. “Para sortearlos tuve que andar a gatas, arrastrarme por el piso y alzar la pierna, pues si tocas un rayo suena una alarma”. Ni alarma ni reloj le sonaron a Carmen.

En cuanto a exhibiciones, las hay repugnantes, como la de ver cucarachas. Eso sí, con tu cabeza introducida en una bola de cristal. “Creía que era para observar de cerca cucarachas de mentira pero ¡son de verdad! Se mueven lentamente e incluso las ves comiendo”. Algo escalofriante resulta la zona de cabezas reducidas (práctica de una tribu del Amazonas) colocadas dentro de frascos. Hay dos vacíos para quien desee entrar su cabeza. Quien mira la verá reducida.

Como algo impresionante resaltan la figura sentada de una mujer de cuello alargado con anillos (mujeres jirafa, tradición tailandesa; los anillos deforman los huesos de la base del cuello haciéndole parecer alargado) y la figura de la mujer vampiro, una abogada mexicana que cubrió su cuerpo de tatuajes y se insertó cuernos de titanio en la cabeza.

Ocurren también situaciones cómicas: “Entramos al cuarto de damas y oímos una voz de hombre peleando con una mujer. El espejo reflejaba un señor con pelo cano. En el primer cubículo se veían unos pantalones como de piernas grandes de una mujer sentada en el toilet. En la discusión, el varón afirma que la gente va al baño ¡y no se lava las manos! De repente, la mujer se tira un gas. Nos reímos cantidad. ¡Y nos lavamos las manos!”.

Para visitar el museo Ripley’s Believe it or Not está en la calle 42 número 234 W. La entrada, según la web, cuesta US$ 33.00 adultos y US$ 25.00 niños. Carmen y Carmel compraron las suyas en la calle, con descuento: en la acera de la calle 42 hacia la Séptima Avenida. Pagaron menos de US$ 50, en vez de US $ 66. En Internet las consigues también con descuento.

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