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DERECHOS HUMANOS

Janet Camilo: ‘En pleito de marido y mujer sí hay que meterse’

La ministra de la Mujer comparte con LISTÍN DIARIO los programas y trabajos que ejecuta el Ministerio en la lucha contra la violencia hacia la mujer

Para la ministra de la Mujer, Janet Camilo, el dicho popular que insinúa que en pleito entre marido mujer nadie debe meterse es un mito que solo ha servido para ocultar la violencia contra las mujeres y los problemas de familia.

También cree que todavía los dominicanos y dominicanas justificamos la violencia y que en el mundo han fallado las estrategias de políticas públicas para detener el maltrato contra las mujeres, motivo que hace imprescindible que se adopten cambios en el abordaje.

Abogada, política y activista del feminismo, Camilo promueve que se reforme la ley 24-97 sobre Violencia Intrafamiliar para hacerla más integral y considera que el gran desafío actual es trabajar con los hombres. ¿Qué se hace desde el Ministerio de la Mujer a nivel de justicia, salud, educación y prevención en la lucha contra la violencia de género?

De estos y otros temas conversó con LISTÍN DIARIO a propósito de conmemorarse hoy el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer.

Setenta y dos feminicidios en lo que va del año, campañas que no parecen funcionar pese a los esfuerzos de muchas instituciones. ¿Se puede hablar de avances en el tema de violencia contra la mujer en RD en los últimos años? Actualmente, el sistema de abordaje de la ruta crítica de las mujeres que sobreviven y no sobreviven a la violencia de género se ha fortalecido desde el sistema penal. Los primeros avances que dimos fue tipificar el delito y establecer que ese delito fuera conocido por el sistema que tenía que aplicarlo, que era el Ministerio Público y la Judicatura. En ese sentido, tenemos la reforma del Código Penal, que es la Ley 24-97, que a partir del artículo 309 hace una reforma y tipifica varias cosas, entre ellas la violencia contra la mujer. Esa ley creó la necesidad de adecuar el sistema penal. En el Ministerio Público se crearon las unidades de atención integral.

Actualmente tenemos 18 unidades en todo el país a nivel de Ministerio Público, un Ministerio que continuamente también se capacita, fundamentalmente con el tema de género, porque el que no sabe qué es genero… Si no conoce un delito, no va a saber manejarlo. El que no sabe qué es el género, de qué hablamos, no va a saber identificar qué es la violencia contra las mujeres.

Capacitamos hacia dentro del Ministerio Público por una decisión de los incumbentes, pero también logramos un avance con la Procuraduría Adjunta para Asuntos de las Mujeres, que desde hace un tiempo dirige Rosanna Reyes, una mujer comprometida con nuestra causa.

El actual Procurador General de la República es también un hombre comprometido con esta causa y está dando un uso bien interesante y fuerte a todo lo que es el apoyo para que se siga fortaleciendo el sistema penal desde el Ministerio Público. Esta capacitación se hace con apoyo de cooperación internacional y con apoyo de varias instituciones del Estado.

Todo el que trae algo de buenas prácticas en el tema del abordaje de la violencia lo trabajamos en conjunto porque aquí, desde el año 1998, está Conapluvi, la Comisión Nacional de Prevención de la Violencia Intrafamiliar, y allí estamos todas las instituciones. La lidera el Ministerio de la Mujer pero están todas las instituciones.

El Conapluvi nos ha dado la capacidad de manejar un abordaje interdisciplinario para fortalecer la red desde el Estado. Hemos llevado procesos interesantes en capacitar a los jueces y juezas de nuestro país. De hecho, ya hay una materia que es optativa en la Escuela Nacional de la Judicatura; los ciudadanos y ciudadanas que entran a la escuela para optar a jueces tienen la opción de elegirla.

Estamos trabajando para que el año que viene la Escuela la ponga como materia obligatoria; que sea obligatoria para que todos los jueces y juezas, no importa para qué área mañana puedan ser elegidos, tengan el conocimiento del abordaje desde el sistema legal, de lo que es el género y de lo que son los delitos que puedan causar cualquier violación a los derechos de las mujeres. Eso está avanzado. Tenemos hoy una Judicatura.

¿Que seguimos teniendo sesgos en las sentencias? Dice Alda Facio, una jurista costarricense, que no basta con reformar la ley, si hay tres patas para que las otras funcionen en el sistema legal: que son la reforma a la ley, que el sistema que aplica la ley tenga conciencia y que la cultura cambie, que es lo peor. No basta con que se reforme la ley, que el sistema la conozca y la aplique si la cultura dominicana todavía sigue justificando la violencia de género.

¿Por eso la campaña “El poder tu voz”? Por eso. Porque todavía los dominicanos y dominicanas justificamos la violencia. A una mujer se le agrede porque ella se lo buscó y el hombre tenía derecho. Y eso lo oyes en los comentarios “Ah, pero si ella andaba con un pantalón muy apretado, y por eso la violaron. Ah, no, pero que ella salía todas las noches. Ah, no, ella le hablaba muy duro al marido. Ah, pero ella quería ser un hombre y se fue a trabajar y a ganar más dinero que él”.

Todo eso son justificaciones. Cuando miras cuántas mujeres mueren al año por cáncer de mama, es menos que por feminicidios. Sin embargo, la sociedad se une alrededor de la campaña del cáncer de mama, y alrededor de la campaña de violencia no se une. ¿Por qué? Porque los protagonistas de la violencia son los hombres. Ellos se niegan a articular acciones que le quiten su zona de confort y su poder en esa zona de confort es ejercer el dominio a través de la fuerza.

Por eso, en esta oportunidad, el presidente Danilo Medina desde que nos juramentamos nos ha solicitado verbalmente que trabajemos con hombres el desmonte de la masculinidad. La campaña nuestra, “El poder de tu voz”, es también motivada a que el que no cuenta lo que pasa nadie sabe lo que está sucediendo. Hay gente que la critica, gente que la aprueba. Siempre vamos a tener pros y contras. Lo primero, y en eso tenemos que reflexionar, es que en el mundo han fallado las estrategias políticas públicas para detener la violencia contra las mujeres. Hemos fallado porque en todas partes del mundo, aun en los países más desarrollados, está creciendo el feminicidio. Entonces necesitamos sentarnos. ¿A qué? A analizar por qué han fallado las estrategias. Eso significa que tenemos que darle otro vuelco al abordaje de esa temática. Y en ese vuelco yo, como ministra, apuesto al empoderamiento de las mujeres. Si ellas no cuentan lo que les está pasando, ¿quién nos lo va a informar? Si no vas al médico porque te duele algo, ¿cómo te vas a sanar? Y cuando el médico te dice que tienes cáncer, por más que tu familia te diga que te tienes que poner en tratamiento, si no te pones en tratamiento y tu actitud es positiva, el cáncer te mata aunque te des quimioterapia. Con la violencia es igual. Tengo que invitar a que las mujeres hablen, que nos cuenten qué les está pasando. ¿Para qué? Para apoyarlas. ¿Que el sistema no les va a responder? El sistema les responde. ¿De la forma que quisiéramos que se les respondiera o de la forma en que está escrita en los libros? No, porque el sistema está hecho por seres humanos, en países como los nuestros con muchas debilidades.

Pero dentro de todas las debilidades y la falta de institucionalidad que en República Dominicana podemos presentar en el tema del abordaje de violencia, ya hay un sistema institucionalizado. El Ministerio de la Mujer tiene la línea de auxilio, que fue primero que el 911. Y ya el 911, todos los casos que le llegan de violencia de género inmediatamente los transfiere a la línea de auxilio nuestra, la 1-200-7212.

¿Cuántas llamadas reciben? Tenemos dos años con esa línea de auxilio y hemos recibido más de 5,000 llamadas. Y directamente, hasta el 31 de octubre, hemos dado servicio para sacar de la línea de violencia a 465 mujeres directamente, es decir, las hemos salvado de una violencia mayor. Esa línea trabaja con la Procuraduría y con la Policía (ahí tenemos a la generala Teresa Martínez, con ellos hacemos el abordaje), y con Salud Pública trabajamos el tema de atención en la salud.

El sistema existe, la mujer tiene que dejar de tener miedo. Pero la mujer tiene miedo por varias cosas: porque no se le haga caso, porque no se le crea, porque venga un acto de violencia mayor, porque se quede sola. Todos esos miedos tenemos que trabajarlos para ayudarlas. O sea, invitarlas a nuestras casas de acogida para decirles tú no estás sola.

En el país también se ha corregido el tema de la denuncia. Tenemos casos de que nos han matado mujeres que han ido a denunciar, pero las estadísticas dicen que es la menor cantidad. La mayoría de los feminicidios nunca entraron al sistema de justicia. Por eso no hay que dejar de denunciarlas. Al contrario. Nuestra campaña es “Ven, denuncia”, pero no solamente a la mujer. Cualquier persona que sepa que una mujer está en situación de violencia, que se comunique con nuestras autoridades, con nuestro sistema, que nos llame a la línea de emergencia, que nos cuente.

¿Al margen del dicho popular que dice que en pleito de marido y mujer nadie se debe meter? Eso hay que romperlo. Porque es mentira. Los problemas de las familias ocupaban y ocultaban toda la violencia contra las mujeres. Por eso yo me niego al Derecho de Familia, porque lo que ha hecho es ocultar las violaciones contra niños, niñas y adolescentes y las violaciones contra las mujeres. Ya logramos romper eso. Hay derechos para niños, niñas y adolescentes y ya hay derechos para las mujeres. Entonces, el mito de que “en pleito de marido y mujer nadie se meta” se debe de romper porque bajo ese mito se mantuvo presa a la mujer de la esclavitud moderna. ¿Cuál es la esclavitud moderna para las mujeres? La violencia.

Y la violencia se convierte en terrorista porque cuando un hombre llega a la casa, si es violento y tus hijos y tú están tranquilos, desde que ese hombre se parquea o llama que va a llegar los muchachos se van para su cuarto y tú te pones tensa; entonces la violencia se convierte en terrorista, y ese terrorismo imprime un temor en esa familia y esa violencia daña a la pareja, a los hijos, al vecino y a ambas familias al final. Por eso es un tema bastante complejo, no hay una fórmula mágica para resolverlo.

¿Por qué promueve el Ministerio de la Mujer la modificación a la Ley 24-97 sobre Violencia Intrafamiliar? Tenemos que modificarla para que sea más integral. Se acaba de aprobar una ley en Paraguay que condena directamente el feminicidio, y lo condena con las máximas penas. Aquí hay un nudo en el Congreso de la República. Y el nudo es que los hombres no quieren definir feminicidio íntimo y otros tipos de feminicidio. ¿Y eso por qué? Para proteger su misma clase. ¿Y debemos pelearnos con ellos? No, es hacer alianzas estratégicas, y por eso creo en que hay que ir a conversar con ellos y explicarles, desde su experiencia de vida, cómo se sentiría, como hombre si (le pasara) a una hija suya. Porque a los seres humanos nos tienen que pasar las cosas en carne propia para darle la justa dimensión. Hay que ir a explicarles. Y por eso también, aparte de que el Presidente nos ha dicho que trabajemos con hombres, estamos trabajando por ejemplo con los sindicalistas, los motoristas, con el empresariado. El Presidente tiene fijo el tema educativo y la prevención es educación.

Desde el Senado y desde la Cámara de Diputados se debe legislar para el pueblo. Y si lo que estamos buscando es que se mejore la vida de las mujeres, que se respete su dignidad y que no haya una muerte más, necesitamos una ley de violencia donde el Senado y la Cámara de Diputados le digan al electorado dominicano que los eligió: 'Nosotros estamos aquí cumpliendo con la Constitución de la República, que establece que no se puede tolerar la violencia contra la mujer’.

Es un principio constitucional. Está constitucionalizado el tema de no violencia contra las mujeres. Está constitucionalizado el principio de igualdad. Entonces, basado en eso nosotros esperamos, como Ministerio de la Mujer, que el Senado de la República, que el Congreso en sentido general, lo apruebe. Y apruebe ese marco jurídico que venga a dar una nueva mirada, sumando la parte civil con la parte penal para no solo penalizar, sino también dar garantías a esa mujer que es víctima de ese tipo de agresión.

¿Nos explica un poco qué tipo de trabajo realiza el Ministerio de la Mujer en el área de la salud relacionado con la violencia de género? Tenemos varios reglamentos de abordaje y se han hecho varias experiencias en hospitales del país. Ahora mismo estamos trabajando para ver si podemos, en hospitales modelos, detectar violencia desde las emergencias. Porque la mujer no va primero a dar una querella (ella no quiere salir de su marido, quiere que él deje de tener violencia), lo primero que hace es ir al médico.

Tenemos que ver cómo capacitamos a los servidores del sistema de salud, no solamente para que den respuesta en el tema de violencia y puedan ayudarla, sino para humanizar el servicio. Porque el servicio de salud se ha puesto de una manera u otra violatorio a los derechos de los pacientes.

Aquí hay mucha violencia obstétrica, y es una realidad. Nuestras mujeres sufren mucha violencia obstétrica con lo que supuestamente República Dominicana se cuida tanto, que es la maternidad… Hay un compromiso del Ministerio de Salud Pública para capacitar, para hacer alianzas estratégicas con los hospitales, que nos permitan negociar nuevas actitudes para la práctica de salud, que podamos detectar violencia.

Son palabras muy bonitas las que te estoy diciendo. Por eso, no creo que abarque todo el sistema de salud. Vamos a coger uno o dos hospitales como modelo de prácticas y vamos a ver cómo funciona en el tiempo. Porque si te digo que lo vamos a hacer en el sistema de salud entero te estaría hablando palabras muy bonitas pero no realidades. La realidad es que no tenemos la capacidad como Estado dominicano de articular, ni en Educación ni en Salud Pública, de la noche a la mañana, un cambio en el sistema. Y eso lo sabe el país. Y no podemos hablarle mentira al país, que es otra forma de violencia también. Hay que hablar de realidades.

Y en educación… Estamos trabajando en la capacitación para maestros, que son referentes en las aulas y los que perpetúan un modelo de conducta a través de su poder. Son los jefes en las aulas. Hace mucho que se está trabajando con ellos, con cooperación internacional inclusive. Y también trabajando con el tema de la currícula. Lo ideal sería que nosotros lográramos que a nivel inicial se comenzara a trabajar el desmonte de la masculinidad violenta, hacia una nueva socialización de rol. ¿Con qué? Con cuentitos. Cuentos donde no haya príncipes y princesas; cuentos donde no se diga que el príncipe es el que viene a caballo y la princesa, la pobre, está esperando a que ese príncipe llegue. Porque cuando el príncipe llega a veces no es del color azul que te dijeron.

Tenemos que desmontar la socialización de ese niño que juega con niños y la niña que juega solo con niños y cuando se juntan en la adolescencia no saben cómo compartir una conversación porque lo hemos educado separados: niños juegan con niños juegos de niños y niñas juegan con niñas juegos de niñas. Tenemos que cambiar eso desde el nivel inicial: enseñarlos a jugar juntos, a que se respete la dignidad de ambos y que cualquier diferencia sea manejada desde la palabra, en conversación. Y ese proceso es apostando a una nueva generación que está ahora mismo en el nivel inicial.

Porque cuando vas a la generación que está ahora en bachillerato, le hemos reproducido el mismo patrón de conducta violenta. Y eso pasa diariamente. Cuando trabajamos el tema de prevención de embarazo en adolescentes con ellos nos damos cuenta que el patrón de conducta aprendido es el mismo que está propiciando esa gran cantidad de feminicidios y de violencia en República Dominicana. Son cosas difíciles.

El Ministerio tiene el área de educación, de salud, de violencia. Tenemos abogadas y psicólogas en las 52 oficinas del interior que trabajan y dan servicio gratuito. Tenemos tres casas de acogida donde también damos servicios gratuitos. Damos orientación y capacitación, pero desde el sistema del Estado dominicano tenemos una gran alianza estratégica.

¿Qué desafíos tienen por delante? El desafío es fortalecer la parte de la sanción al delito, pero sobre todo fortalecer el trabajo de prevención desde la educación. Y trabajar con hombres. El desafío para el 2017 es el trabajo con hombres. Por eso lo comenzamos en esta campaña. En “El poder de tu voz” estamos trabajando con los hombres para que ellos también usen su voz como actores principales de la violencia y detenerla. Estamos haciendo una alianza con Amet para capacitar a sus agentes. La Vicepresidenta inauguró una Unidad de Violencia de Género de la Policía Nacional. Este hecho es un logro. Las mismas estadísticas internas de la Policía nos daban un 20 y pico de agresiones dentro de la Policía; hoy anda por un 16. Hemos bajado. La masculinidad en esos cuerpos castrenses es muy fuerte y lo hemos bajado gracias al apoyo que la Policía nos ha dado. La generala Teresa Martínez ha hecho un trabajo muy bueno. Siempre hay gente en puntos focales que está motivando las actividades y que le dan seguimiento a la agenda. La sociedad civil juega un rol importantísimo y en eso tengo que hacer un reconocimiento.

El movimiento de mujeres es el gran propulsor de todos los cambios que hemos dado. Detrás de todas las políticas públicas que hoy tenemos, con eficiencias y deficiencias, tenemos un movimiento de mujeres en República Dominicana, una sociedad civil organizada con el tema de género, que ha propiciado apoyo y seguimiento y en momentos los ha empujado de manera tal que el Estado dominicano ha tenido que acoger esas demandas y convertirlas en políticas públicas”.

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