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Migraciones

Dominicanos en Hazleton Cuentan con una casa amiga

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Daniel Johnson BenoitSanto Domingo

Víctor Pérez Balbuena lleva más de siete años siendo lo que él dice ser: “un embajador de buena voluntad”, liderando la Casa Dominicana de Hazleton, en el condado de Luzerne en Pensilvania.

Se trata de una entidad no lucrativa que asiste a miles de inmigrantes dominicanos e hispanos.

Pérez Balbuena realiza una labor social que le satisface. Justo al cumplir su décimo primer aniversario, el pasado 12 de agosto, resalta que la Casa Dominicana de Hazleton se ha convertido en la mano amiga de inmigrantes que día a día buscan mejorar su condición de vida por medio de la capacitación, alimentación, empleo y asistencia.

Por eso, aprovechó su estadía en el país para pedir al Gobierno que incentive aún más, para que miles de hijos de dominicanos en el exterior obtengan la documentación que avale su nacionalidad dominicana.

Lamenta que ahora ese proceso resulte tedioso en los consulados dominicanos, lo que, a su juicio, impide que cientos de jóvenes puedan tener una cédula de identidad y electoral, porque nacieron en Estados Unidos.

“Que el Gobierno instruya a la Cancillería para que los consulados faciliten más operativos de cedulación y documentación, mediante un programa que incluya acta de nacimiento, cédula y pasaporte, en un plan con la Junta Central Electoral”, aboga. A eso le llaman los tres golpes, ya que logran los tres documentos.

Destaca que la encargada de esa entidad en Pensilvania, Gisela Hernández, ha realizado grandes esfuerzos para expedir cédulas a cientos de dominicanos en el exterior, pero se espera que desde el Gobierno se contribuya aún más con esta misión.

Recuerda que la Casa Dominicana abrió sus puertas para recibir a los votantes en las pasadas elecciones del 15 de mayo; pero que tristemente muchos jóvenes de origen dominicano no votaron porque carecían de su cédula; por eso llamó a las autoridades de Relaciones Exteriores a trabajar para que más dominicanos en el exterior posean su documentación dominicana.

Contra el crimen Cuenta que esta organización se ha involucrado en la lucha social para enfrentar males que también afectan a dominicanos residentes en Hazleton; y mencionó el problema de la droga, la criminalidad y la violencia doméstica.

“Hemos concienciado a las personas sobre la necesidad de mantenernos unidos y trabajando con todo el resto de la comunidad, permitiendo superar algunas etapas, así como con las autoridades de la alcaldía de la ciudad y las estatales”, dice Pérez Balbuena.

Precisamente, cita una actividad contra el crimen que organizó la entidad con el apoyo de la Policía local. Asimismo, comenta que la Casa Dominicana auspicia un programa con el Departamento de Violencia Doméstica, con el cual ofrecen asistencia y consejería a mujeres víctimas de maltrato.

De acuerdo a datos de la Oficina Nacional de Estadística (ONE), en Estados Unidos residen 2.5 millones de dominicanos. De acuerdo a Pérez Balbuena, esa cifra revela que la diáspora constituye “la provincia más grande del país”. Recuenta que desde el exterior, los dominicanos envían alimentos, remesas, medicamentos, y contribuyen con la economía del país.

Según Wikipedia, desde 2015, cerca del 40% de la población en Hazleton era hispana o latina. Explica que muchos estadounidenses de origen dominicano se trasladaron a esta ciudad desde Nueva York, incluyendo Bronx, Brooklyn y Nueva Jersey, así como Newark y Paterson.

Una lucha con la que se identificó la entidad comunitaria fue su oposición a una ley contra el alquiler de apartamentos a inmigrantes ilegales. Por siete años la Casa Dominicana rechazó esa medida por considerarla discriminatoria.

El gobierno municipal de Hazleton estableció esa ley contra alquiler de apartamentos a inmigrantes ilegales, pero los tribunales federales la bloquearon. En 2014, la Corte Suprema de Estados Unidos se negó a revisar el caso, lo que significó un triunfo para la entidad comunitaria.

Programa educativo Pérez Balbuena muestra su alegría cuando pondera el programa de educación que impulsa la organización a favor de inmigrantes que no han terminado su bachillerato.

Explica que mediante un acuerdo con una organización estatal, obtuvieron la licencia del Colegio Universitario Cristiano para que cientos de inmigrantes puedan cursar su bachillerato sabatino. Ya el programa cuenta con una treintena de estudiantes, pero indica que la lista de espera es larga, por lo que buscan nuevas aulas y profesores. Citó a la profesora Keila Sánchez como encargada del programa docente.

Banco de comida Sin duda que el trabajo comunitario ha dejado sus huellas en más de un centenar de voluntarios que colaboran en programas sociales en Hazleton. Se estima que el 80% de la población hispana es de origen dominicano.

Pérez Balbuena destaca que, tras obtener la acreditación para operar un banco de comida, la entidad mitiga diariamente la falta de alimentación de decenas de inmigrantes en esta zona de Estados Unidos que procuran superar su condición de desempleados o de indocumentados.

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