Síntomas de infarto: señales que nos avisan

Las enfermedades cardiacas son la principal causa de muerte en el mundo y en nuestro país. De estas, la enfermedad arterial coronaria y sus consecuencias provocan más de la mitad de las muertes en hombres y mujeres.

Cuando se obstruye una o varias de las arterias coronarias, las cuales son responsables de llevar sangre al músculo cardíaco, ocurre lo que conocemos como angina, si la obstrucción de la arteria es parcial (50% o más), o infarto, si la obstrucción de la arteria es total. Si esta situación no es atendida de manera inmediata puede ocurrir la muerte del paciente o un daño irreversible al corazón provocando su deterioro inminente.

Aproximadamente la mitad de los pacientes con infarto presenta síntomas de advertencia antes del incidente. Estos pueden presentarse de manera gradual en el transcurso de días, hasta minutos antes y si se identifican, se puede buscar ayuda a tiempo.

Los primeros minutos a partir del momento en que se suceden las sintomatologías son vitales: el 75% de las muertes se produce en la primera hora.

Aquí algunas señales sugestivas de que puede haber un infarto cerca:

Molestias o dolor en el pecho: aunque no todos los infartos están precedidos de dolor en el pecho, este es el síntoma más frecuente y más fácilmente reconocible. Suele durar 15 minutos o más y se percibe como una presión intensa en el pecho, que puede extenderse hasta la espalda, los brazos y los hombros, sobre todo en el lado izquierdo. El dolor puede no ser continuado.

Sudoración excesiva: si notamos sudores fríos que no tienen una causa aparente, y la piel fría y húmeda, debemos ir al médico; estos síntomas pueden aparecer días antes de un infarto.

Indigestión, náuseas y vómitos: en ocasiones los paros cardíacos vienen precedidos por problemas digestivos que incluyen náuseas y vómitos. Una indigestión repentina puede indicar que algo no va bien en nuestro corazón, y haríamos bien en acudir al médico.

No siempre estos síntomas indican que vayamos a sufrir un ataque al corazón, pero es mejor prevenir que curar. Muchas personas no actúan con suficiente rapidez y solo se dan cuenta de que algo grave ha ocurrido cuando están tendidas en el suelo.

Alrededor de un cuarto de los infartos son silentes: aparecen sin dolor de pecho y ningún otro síntoma.

Como reconoció el prestigioso cardiólogo Valentín Fuster, “lo que de verdad resulta frustrante no es la gente que acude a urgencias y no tiene un infarto, sino la gente que tiene el infarto y no viene, sabiendo que el 95% de las personas que mueren así las hubiéramos podido salvar. Y es algo que pasa cada día”.

Dra. Aimée Flores Bretón Cardióloga-hemodinamista Instituto Dominicano de Cardiología