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Formación

Encarnación Molina de vueLta a RD

La maestra retirada del Instituto Veritas tenía 35 años sin venir al país, y a su regreso responde agunas preguntas a reporteros de LISTÍN DIARIO sobre su experiencia en la institución Teresiana.

Después de 35 años sin visitar República Dominicana, se encuentra en el país Encarnación Molina, maestra retirada del Instituto Veritas. No puede ocultar su emoción, y es con esa misma que define lo que es esta entidad para ella. “El Veritas lo defino como juventud, entusiasmo, empeño, trabajo y enriquecimiento personal”.

Ante la pregunta sobre su experiencia allí durante su tiempo de trabajo en el centro educativo, Molina dice: “Me marcó mucho por supuesto el contacto con ustedes mis alumnas, y por supuesto el contacto con muchas familias. Me marcó también el empeño educativo que teníamos de hacer de ustedes para el futuro mujeres íntegras, auténticas con unos valores que no solo quedaran en ustedes, sino que los proyectaran hacia la sociedad dominicana”.

Asegura que su paso por la entidad le aportó todo tipo de experiencias agradables, otras tal vez menos porque enfrentaban situaciones de la misma sociedad en la que las alumnas tenían que moverse a otros lados y podía ser menos fácil. “Nunca hubo algo desabrido o frustraciones. Había lucha, mucha compensación y había el convencimiento de parte del equipo y estábamos fuertemente convencidas de que fue uno de los ejes de San Pedro Poveda, quien decía: ‘Dame una vocación y yo os devolveré una escuela, un método y una pedología’. Eso lo vivimos mucho y era tan bonito porque el día a día te devolvía el sentido de lo que hacía”.

Sostiene Molina que lo que querían para entonces era que las alumnas fueran agentes de cambio, y que les llenaba de alegría y sentido saber que lo que hacen en el Veritas era lo correcto porque los resultados estaban ahí. “Ustedes me aportaron a mi y me acogieron, eso significó mucho para mí. Tuve muchas experiencias gratas, semanas culturales, acampadas y otras vivencias que siempre estarán en mi vida, y que fueron mi mayor experiencia”.

Sobre la filosofía de la institución Teresiana, dice que permanece al cien por ciento con el esfuerzo del día a día, con actualizaciones del carisma fundacional, que es con lo que siempre ha manejado la entidad educativa. “Es decir, que si San Pedro Poveda quiso en su aporte a la iglesia formar una institución de laicos para laicos, en la sociedad en la que los ámbitos eclesiales eran muy sacralizados, sin tener nada en contra de eso, la sociedad necesitaba laicos que desde su fe insertaran verdaderos cristianos en la sociedad. Siempre buscó que se aportaran todos los valores éticos, humanos y cristianos que hicieran ir transformando la sociedad”, puntualiza. Molina asegura que los Teresianos son una familia y todavía se reunen.

Especifica que dentro de su filosofía también tienen muy claro que la sociedad de Roma ha apostado siempre a una pedagogía de amor y un clima de familia. Esto, en pocas palabras quiere decir formación humana a través del diálogo de cultura. En definitiva, admite que la mejor filosofía de una institución que forma, es precisamente: educar en valores.

“Me llena de satisfacción decir que en aquella época vinimos en el momento y con las actitudes que el país se merecía, porque ya también había cambiado. Sobre por qué no había vuelto en 35 años, la maestra informa que las condiciones no se habían dado, pero que sintió mucha conmoción interior, respeto, y agradedecimiento a Dios por permitirme volver. “No lo había hecho porque dudé estar a la altura del recibimiento que hoy me han hecho”, admite con nostalgia.

Señala que se le removieron todas las fibras del cariño al saber que iba a tener este reencuentro, que constituye una experiencia nueva para ella después de tres décadas y media sin venir a su querida República Dominicana, donde dice se le ha brindado cariño y respeto siempre. “Me siento que he formado parte de un tramado de la educación teresiana en su presencia educativa en unos años que están bien abiertos a los cambios”.

Con alegría y evidente sinceridad dice que el Veritas forma parte del entramado y una parte fértil de la institución teresiana. “Mirar al pasado solo con nostalgia no lleva a nada, se pasa un buen rato recordando y se pasa la hoja, aquí no se pasa la hoja. Me preguntas que qué sentí, y pues, he sentido que no se ha pasado la hoja. Es como un árbol que tiene unas raíces profundas, las que he dicho, y no hay ciclón que se lleve este árbol. Hay estaciones, hay cambios y lo esencial permanece, y esa sensación no puedo expresarla. Ha merecido la pena”.

Términos Encarnita: Se llama educación personalizada. Luego había un espacio para socializar conocimiento, el autor de este sistema fue el Padre Faure, hubo personas de la institución que se prepararon en París y traíamos personas que nos daban cursos y luego nosotras lo transmitíamos a ustedes.

Luisa: Aprendimos mucha sensibilidad social, y mi opinión particular es que las veritianas tenemos un sello. Aquí en República Dominicana nos conocemos. Crecimos como gente centrada.

Gretna: Más que un comentario es un agradecimiento. No sé si a las demás les pasa, pero mis compañeras y yo somos igual, nosotras somos muy marianas todas, gracias a la Virgen yo conocí a Jesucristo, porque ella fue que me lo presentó y eso es gracias a ustedes.

((Premio Reconocimiento a su entrega y labor Durante su visita, las autoridades y exalumnas del Instituto Veritas reconocieron su entrega y dedicación a la enseñanza.

En conversación con Rosanna Rivera, Encarnita, como se le conoce, admitió que debe procesar el gran honor que se le rinde con reconocer su trabajo. “Ha sido un regalo de Dios. No saques a Dios de donde está, ponlo, reconócelo y agradece lo que te da”.

Como mensaje final la maestra invitó a la gente a tener ánimo, y a que entienda que todo lo que se da se devuelve con más vida.

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