Sobremesa

No sé en realidad en que momento el asfalto y el cemento, el dinero y la vanidad, pasaron a ser los pilares principales en nuestras vidas al punto de llevarnos a echar a un lado la felicidad. Hemos dejado atrás las verdaderas costumbres para elegir un nuevo camino que nos lleva a la perdición. Cada día hay más adultos enfermos por el estrés, y menos espacios limpios y seguros para los niños. Ni hablar de la desintegración familiar por dinero. Realmente las personas han elegido el camino más corto en busca de bienestar, pero en su búsqueda confunden la riqueza con la felicidad. De esa manera se está criando una juventud vacía y sin valores, que juega a ser importante, pero no útil para la sociedad que les espera. Corazones fríos como el hierro, con tierna sonrisa simulada que divide una persona en dos. Otros eligen el asfalto y el cemento porque al parecer ignoran que la tierra que sepultan es la que provee los alimentos. Me da pena ver cómo le damos riendas sueltas a las grandes industrias para con sus químicos procesen todo lo que comemos. Esto nos resta vida y fortalece las emergencias de los hospitales.