Santo Domingo 23°C/26°C thunderstorm with rain

Suscribete

Viaje

Una reliquia de la cruz donde murió Cristo está en Madrid

Avatar del Listín Diario
Carmenchu BrusíloffSanto Domingo

En la calle Mayor de Madrid hay un local de baños árabes que en un tiempo comprendía restaurante y tetería: Hamman Al Ándalus. Hasta aquí llego. Pensaba que los baños, construidos sobre un aljibe centenario, podrían visitarse pagando entrada como un punto turístico. No es así. Son piscinas de aguas termales, para cuyo uso hay normas y horario establecido. Es obligatorio traje de baño. Tras la explicación, la empleada me brinda un té recién hecho que bebo en un vasito desechable, sentada en un sofá.

Desde aquí, tomo por la calle Concepción Jerónima. Muchas tiendas pequeñas exhiben ropa, pero solo venden al por mayor. Sigo bajando la cuesta. En la casa número 21, una placa indica que aquí estuvieron las casas donde el pintor Diego de Silva Velázquez vivió desde su establecimiento en Madrid en 1623. En la número 12, otra placa señala que en ella falleció en 1821 el escritor José Marchena (Abate Marchena). Justo a mi lado se detienen dos hombres. Uno explica al otro: Por aquí, una cámara, pero hay que tirar un tubo. Intuyo ha de ser cámara de vigilancia.

Ando sin rumbo, pues no traigo plano. Cruzo diferentes calles hasta encontrarme en la Plaza de la Provincia, donde se levanta un edificio que parece abarcar toda la cuadra: el Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación. (El ministerio español dispone de cinco edificios diferentes. Éste es el Palacio de Santa Cruz, construido en el siglo XVII como Sala de Alcalde y Cárcel de Cortes, pero posteriormente reformado). Su belleza llamaba tanto la atención que en 1654 Robert Bargrave, comerciante inglés que viajaba por España, escribió en su diario: “La cárcel de Madrid es un edificio tan bonito que parece más apropiado para ser el palacio de un príncipe que una cárcel para criminales, y vivir en ella tendría que ser mas bien un placer que una pena, si no fuese por el sufrimiento de estar encerrado”. En esta prisión, el bandido Luis Candelas y el dramaturgo Lope de Vega “durmieron bajo el ángel” (con referencia a la estatua del ángel asentado en la parte central alta de la fachada)

En esta plaza empieza la calle Atocha. Por ella camino hasta divisar una gran torre de ladrillo con decoraciones de pÏedra caliza. Es de la Parroquia de Santa Cruz, tal como se identifica sobre el portón, junto al cual varias personas hacen fila. Aquí, según la página web de la parroquia, tienen sede algunas de las hermandades más antiguas del viejo Madrid, como “la de San Antonio de Padua, ‘el Guindero’, o la de la Virgen de los Siete Dolores que trajo desde Flandes el rey Felipe el Hermoso y cuya congregación funda su nieto Felipe II en 1590”. Luego me entero, a través de esa misma página en Internet, que en esta iglesia “se venera una reliquia de la verdadera cruz donde Cristo murió para redimirnos del pecado”. De haberlo sabido, hubiera visitado el templo para verla.

Palacio de Santa Cruz En el año 1939, habiendo ya estallado la II Guerra Mundial, un periodista del vespertino Informaciones escribió en una crónica el nombre del Palacio como Santa Cruz, después de una reunión en que se había discutido, aunque desestimado, llamársele así para que el edificio del Ministerio de Asuntos Exteriores llevase un nombre como lo tenían otros que aparecían en las noticias: la Casa Blanca, el Quai d’Orsay, etcétera. Y poco a poco así empezó a ser identificado.

Tags relacionados