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CONSPIRACIONES

“Exhibicionismo vs. espionaje”

Una conocida, contemporánea en edad, me increpó “dulcemente” desde el Everest de su madurez hacía mi montículo de adolescente con granos: “publicas todo lo que haces en las redes sociales”, me soltó con esa especie de sorna que se utiliza para ver la paja en el ojo ajeno. “¿Y cómo lo sabes?”, le pregunté con sincera curiosidad. “Porque tengo mis perfiles en esas aplicaciones, las miro (pausa narrativa y dramática) pero no publico nada”, me respondió y esta última frase sonó a “soy menos culpable porque miro los toros desde la barrera” o “mi pecado es venial y el tuyo es súper mortal”. Resultó ser que mi conocida y yo éramos amigas de Facebook, nos seguíamos en Instagram y en Twitter; ella lo sabía todo acerca de mi vida y yo ignoraba todo acerca de la suya. Aquella chica conocía a mi pareja, a mi familia, a mis amigos, leía mis artículos, mis publicaciones compartidas, los vestidos y zapatos utilizados para cada ocasión y hasta había seguido mis discusiones en el muro de tercerosÖ

Empecé a darle vueltas al asunto y me pareció que nuestra relación virtual era francamente desigual. Yo ejercía mi parte, el exhibicionismo sin reparos, aportando carnaza a destajo, mientras ella se quedaba inmóvil, agazapada en la oscuridad, sin hacer comentarios, de manera invisible, al mejor estilo de Sherlock Holmes si hubiese tenido un teléfono inteligente. Así que desde aquí, queridos lectores, les invito a conspirar conmigo contra los espías de las redes sociales que, para más INRI, tienen la cara dura de criticarnos. Porque nosotros, los exhibicionistas, también criticamos a nuestros congéneres (los selfies en plano picado, las fotos difuminadas, los cartelitos cursis, las declaraciones de amor, las filosofías de vida aleccionadoras) pero lo hacemos con agradecimiento: si no estuvieran ahí, si no alegraran nuestros días con sus publicaciones, no podríamos participar de este juego de interacción inmediata y mundial que nos ha proporcionado la (¡oh, bendita!) tecnología.

¡Hasta la próxima y salud, que belleza sobra!

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