Cuidados
Empoderamiento por el corazón
Hoy es el Día Mundial del Corazón, y es importante que los pacientes sepan que si colaboran para enfrentar las enfermedades cardiovasculares mejoran sus condiciones de vida.
Desde hace varios años se habla del empoderamiento de la salud cardiovascular por parte de los pacientes. El empoderamiento del paciente implica un cambio de mentalidad y la erradicación de ciertas costumbres muy arraigadas en el sistema.
La colaboración del paciente permite personalizar los tratamientos, adaptarlos a sus condiciones de vida y aumentar su seguridad.
Según la revista de la Universidad de Barcelona sobre salud y bienestar, un paciente empoderado tiene capacidad para decidir, satisfacer necesidades y resolver problemas, con pensamiento crítico y control sobre su vida.
Además, tiene que estar bien informado sobre la enfermedad y su tratamiento, información que obtendrá por un profesional de la salud.
Un estudio ha demostrado que confiar en el enfermo tiene efectos positivos en su recuperación.
Se trata de un modelo menos paternalista, basado en la participación del ciudadano tanto a la hora de tomar decisiones como en el autocuidado. Elecciones respecto a los hábitos de vida, ejercicio, alimentación o la correcta toma de medicamentos, pueden influir directamente en la evolución de la patología.
De hecho, el grado de implicación del paciente suele ser determinante en el balance global del tratamiento.
En todo caso, lo que se hace evidente es que hay que incorporar al paciente como agente activo en el sistema sanitario y procurar que esté dispuesto a cooperar y corresponsabilizarse de su salud.
En países desarrollados como Estados Unidos, Reino Unido, Rusia, Japón y Francia; y en otros en vía de desarrollo como Cuba, República Dominicana, Uruguay y Ecuador, las enfermedades cardiovasculares son la primera causa de muerte, siendo la enfermedad coronaria (infarto del miocardio) la más común y principal en la mayoría de estos países.
En Estados Unidos más de 100 millones de habitantes sufren de algún tipo de enfermedad cardiovascular, alrededor de 2,200 personas mueren cada día por su causa. Es decir, se registran 92 fallecimientos cada hora y 2 cada minuto, lo que nos da una noción de lo que representa la mortalidad cardiovascular.
En otras palabras, en el mundo mueren más de 7 millones de personas cada año por esta causa.
En República Dominicana, la enfermedad cardiovascular es también la principal causa de muerte y en especial de las prematuras, así como una importante causa de discapacidad y aumento de la carga económica para la familia por el alto costo de los servicios de salud.
En 2011 las muertes cardiovasculares representaron el 38% de los fallecimientos registrados en el país.
La mayoría de los casos de enfermedad cardiovascular están relacionados con el estilo de vida, factores bioquímicos y fisiológicos modificables.
La modificación del riesgo cardiovascular ha mostrado su capacidad de reducir la mortalidad y la morbilidad por enfermedad cardiovascular, muy especialmente en personas de alto riesgo.
Los factores de riesgo cardiovascular no son más que una característica biológica, hábito o un estilo de vida que aumenta la probabilidad de padecer o morir a causa de una enfermedad cardiovascular. Es decir, un infarto agudo al miocardio, un derrame cerebral, una insuficiencia cardiaca o una insuficiencia renal crónica.
Las complicaciones, debilidades y a menudo muertes por causa de las enfermedades cardiovasculares, suelen observarse en hombres y mujeres de edades moderadas y avanzadas. Sin embargo, la aterosclerosis, lesión básica de la coronariopatía y arteriopatía cerebral y periférica, empieza en la niñez y evoluciona gradualmente a lo largo de la adolescencia y la juventud, siendo asintomática durante un periodo de la vida bastante prolongado.
El riesgo total de sufrir enfermedades está determinado por el efecto combinado de los factores de riesgo cardiovascular que suelen coexistir y actuar de forma multiplicativa.