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Familia

Impacto de los dibujos animados

Aspectos psicológicos asociados al consumo de series animadas incluyen la búsqueda de emociones y sensaciones, la ansiedad, la capacidad imaginativa y creativa y la agresividad.

Cuántas veces hemos escuchado respecto al uso abusivo que hacen muchos niños de la televisión.

Cada vez que lo oímos pensamos que hemos de mejorarlo. Creo que muchos padres tienen la intención de hacerlo, de poner unas pautas y límites para ver la televisión, pero muchas veces después de poner y explicar estas pautas a sus hijos no las cumplen por varios motivos, entre ellos está la ausencia de los padres y en ocasiones la errónea decisión de recurrir al televisor o a los dispositivos electrónicos, para “entretener” o “tranquilizar” a los niños.

Respecto a los dibujos animados, es importante destacar que son muchos los aspectos psicológicos que se asocian al consumo de series animadas, entre los que se pueden mencionar la búsqueda de emociones y sensaciones, la ansiedad, la capacidad imaginativa y creativa y la agresividad en las relaciones con otros.

Manifestación Una de las principales manistestaciones para determinar que esta interacción está afectando psicológicamente al niño es la agresividad o violencia.

El impacto emocional que pueden causar los dibujos animados se define como “el que genera una fuerte reacción emocional después de ser visualizado imágenes en la pantalla”, sobre todo si es expuesto por largas horas.

La violencia televisiva tiene un impacto importante a nivel conductual, cognitivo y afectivo

En este sentido, se ha dicho que son tres los más importantes: (a) los niños pueden llegar a ser menos sensibles al dolor y al sufrimiento de otros, (b) pueden llegar a ser más temerosos del mundo que los rodea, y (c) es más probable que se comporten de manera agresiva o dañina con otros.

Muchas de las veces los niños aprenden de los comportamientos desarrollados por personajes de dibujos animados y copian de ellos sus acciones, forma de hablar, voces y sonidos.

La hipótesis de imitación nos explica que los teles-pectadores, en su mayoría muy jóvenes, tienen tendencia a aprender de los comportamientos desarrollados por personajes televisivos y copian de ellos sus acciones.

Los trabajos experimentales del psicólogo Albert Bandura en los años 60 probaron que los niños imitaban las conductas agresivas de los personajes vistos en pantalla, dirigiéndolas a un muñeco presente en la habitación donde habían visto los programas.

Hemos observado niños en edad escolar emulando las acciones y voces de ciertos personajes de las caricaturas de forma excesiva y llegar incluso a adoptar este modelo como identidad más allá del juego común que pueden tener los niños en un momento determinado.

Es necesario estar alerta ante estas actitudes, pues podría representar una despersonalización que afecte el desarrollo psicoemocional.

(+) CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES Las largas horas de exposición al televisor o videojuegos suele ser una de las variables más importantes al momento de determinar las causas de una inconducta. Cuando un niño ve dibujos animados, la mayoría de las veces lo hace solo, lo cual lo lleva a un aislamiento temporal y en su momento a un mecanismo de defensa. En ocasiones, hemos encontrado síntomas de depresión en estos niños. Es importante la integración de los niños en actividades cocurriculares, deportes y artes, de acuerdo a los gustos, edad y preferencias del niño. El niño debe conocer formas de recreación que no requieran un dispositivo electrónico para divertirse. Con respecto a ver dibujos animados, debe existir un control de los adultos respecto al tiempo, la edad y el tipo de material que están seleccionando para ver.

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