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ARTISTA

El imaginario de Richy Sánchez Ayala

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Gamal Michelén StefanSanto Domingo

El arte habita un meridiano inmaterial porque trasciende lo utilitario para conformar un universo que nos vende una ilusión que se desprende de la mente del artista cuando este construye una composición de líneas, manchas y tonos que concede como un préstamo a la mirada del espectador.

Escribió Kandinsky en su texto “De lo espiritual en el arte” que “toda obra de arte es hija de su tiempo, muchas veces es madre de nuestros sentimientos”.

En ese contexto el arte contemporáneo permite al artista mayor libertad de construir, desde su propio cráneo, sus mundos interiores sin estar compelido a la atadura de sujetarse a las afectaciones estilísticas.

La exhibición Tribus, de Richy Sánchez Ayala, aunque tiene sus referentes, es un conjunto inédito de pinturas que nos hace participar de espacios ilusorios y fantásticos en el que sobreviven unos personajes que, a la manera de los policarpos de Benedetti, surgen del imaginario de Richy.

Estos personajes conforman lo que el artista define como tribu, o sea, un grupo social y antropológico que cultiva costumbres específicas al habitar esas arquitecturas fantasiosas donde sobreviven.

Al hablar de referentes nos referimos a la apreciación de una corriente surrealista que inserta figuras solitarias en espacios desolados, como si expresara que, en medio de este colectivo social, en algún sentido, todos estamos algo solos como individuos y necesitamos nuestros momentos de introspección.

Otro referente es el cómic, desde hace siglos se ha caricaturizado la figura humana, teniendo excelentes ejemplos en el siglo XIX con los dibujos satíricos y de humor político de Daumier, pero en el caso de Sánchez Ayala sus protagonistas difieren de ellos y se aparta aun de la manera que desarrolla Lichtenstein cuando agranda los cómics clásicos de las historietas al estilo de un Rowlandson y aísla los personajes.

Las figuras de este joven artista se relacionan al lenguaje de la animación contemporánea, donde percibimos un excelente dibujo y una destreza en la relación de la luz y el color logrando una composición equilibrada y armónica.

Decía Wilde que el artista cuando crea limita la visión para que sea el espectador el que la amplíe. Ha sido para nosotros una experiencia gratificante observar esta excelente muestra, solo nos resta, pasando a través del prisma de nuestro cerebro, hacernos partícipes del imaginario de este virtuoso hacedor de arte de quien anticipamos una trayectoria fecunda en producción y pródiga en la calidad de su factura.

El autor es crítico de arte

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