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POR SALUD RENAL

Alerta de problema renal en el embarazo

El aumento del tamaño renal, el gasto cardíaco, la expansión del volumen sanguíneo, la reducción de las resistencias vasculares, el incremento del filtrado glomerular y el flujo plasmático renal son algunos de los cambios que aparecen al inicio de la gestación (embarazo) alcanzando un nivel más alto en el segundo trimestre y recuperan sus valores fisiológicos después del parto.

Durante el embarazo se alteran la anatomía y la función de los riñones, además de las alteraciones fisiológicas en la homeostasis del volumen y en el control de la presión arterial.

La aparición de una complicación como la preeclampsia afecta estos mecanismos fisiológicos y puede provocar hipertensión arterial, edema y proteinuria. También pueden detectarse anomalías urinarias que sugieren una enfermedad renal silente e incluso puede aparecer hipertensión arterial (esencial o secundaria) en este periodo del embarazo. El aumento del tamaño renal en una mujer embarazada puede llegar de 1 a 1.5 cms más que en mujeres no embarazadas.

Esto es lo que se llama hidronefrosis fisiológica del embarazo, la causa principal es el aumento del volumen plasmático renal, junto a la dilatación del sistema colector y la hipertrofia renal (riñón aumentado de tamaño).

Estos cambios morfológicos se deben a la producción de hormonas (estrógenos y prostaglandinas) y al aumento de la síntesis de prostaglandinas (PGE2) que inhiben el peristaltismo uretral y favorecen la hipomotilidad ureteral.

Puede observarse dilatación del sistema colector en mujeres tratadas con anticonceptivos orales. El volumen plasmático aumenta en un 40% y provoca una caída del hematócrito y de las proteínas plasmáticas. La elevación del filtrado glomerular provoca glucosuria (glucosa en orina), proteinuria (proteína en orina) y aminoaciduria (aminoácidos anormal en orina).

Un balance positivo de sodio, osmoralidad alterada con capacidad normal de concentrar y diluir la orina trae como consecuencia hiponatremia e hipoosmoralidad plasmática.

El balance de calcio positivo, vitamina D3 elevada con una hormona paratiroidea (PTH) normal y alcalosis respiratoria compensada disminuye el bicarbonato la PCO2. Otro cambio fisiológico es la elevación de la renina angiotensina aldosterona y la resistencia periféricas disminuida lo que conlleva a descenso de la presión arterial.

Hay manifestaciones clínicas renales normales que se pueden presentar en una embarazada, como polaquiuria (aumento micciones de orina), dolor lumbar, hallazgos de dilatación ureteral y aumento de la silueta real por ecografía renal; en cambio, las manifestaciones clínicas en una embarazada con patología renal incluyen anasarca (edema generalizado), hipertensión arterial, oligoanuria (orinar poco) y hematuria. El edema (hinchazón) lo podemos notar en pacientes con embarazos múltiples, en gestantes diabéticas y con síndrome anémicos. En el caso de la hematuria (glóbulos rojos en orina) en el embarazo las causas más frecuentes son los procesos inflamatorios, nefrolitiasis, tumores renales y tuberculosis. La oliguria (diuresis disminuida) muchas veces se produce por deshidratación o hiperémesis gravídica. También se presentan manifestaciones dolorosas de la enfermedad urinaria, propias de infecciones urinarias que son muy frecuentes en embarazadas, presentando complicaciones graves. En conclusión, el riñón es un órgano diana y se afecta considerablemente cuando no hay un seguimiento estricto y no se tratan a tiempo las complicaciones presentadas durante el embarazo, especialmente en las pacientes hipertensas, diabéticas y en las patologías renales.

Martha Magalis Bello Bello

Médico de la Fundación

Dr. Baquero El aumento del tamaño renal, el gasto cardíaco, la expansión del volumen sanguíneo, la reducción de las resistencias vasculares, el incremento del filtrado glomerular y el flujo plasmático renal son algunos de los cambios que aparecen al inicio de la gestación (embarazo) alcanzando un nivel más alto en el segundo trimestre y recuperan sus valores fisiológicos después del parto.

Durante el embarazo se alteran la anatomía y la función de los riñones, además de las alteraciones fisiológicas en la homeostasis del volumen y en el control de la presión arterial.

La aparición de una complicación como la preeclampsia afecta estos mecanismos fisiológicos y puede provocar hipertensión arterial, edema y proteinuria. También pueden detectarse anomalías urinarias que sugieren una enfermedad renal silente e incluso puede aparecer hipertensión arterial (esencial o secundaria) en este periodo del embarazo. El aumento del tamaño renal en una mujer embarazada puede llegar de 1 a 1.5 cms más que en mujeres no embarazadas.

Esto es lo que se llama hidronefrosis fisiológica del embarazo, la causa principal es el aumento del volumen plasmático renal, junto a la dilatación del sistema colector y la hipertrofia renal (riñón aumentado de tamaño).

Estos cambios morfológicos se deben a la producción de hormonas (estrógenos y prostaglandinas) y al aumento de la síntesis de prostaglandinas (PGE2) que inhiben el peristaltismo uretral y favorecen la hipomotilidad ureteral.

Puede observarse dilatación del sistema colector en mujeres tratadas con anticonceptivos orales. El volumen plasmático aumenta en un 40% y provoca una caída del hematócrito y de las proteínas plasmáticas. La elevación del filtrado glomerular provoca glucosuria (glucosa en orina), proteinuria (proteína en orina) y aminoaciduria (aminoácidos anormal en orina).

Un balance positivo de sodio, osmoralidad alterada con capacidad normal de concentrar y diluir la orina trae como consecuencia hiponatremia e hipoosmoralidad plasmática.

El balance de calcio positivo, vitamina D3 elevada con una hormona paratiroidea (PTH) normal y alcalosis respiratoria compensada disminuye el bicarbonato la PCO2. Otro cambio fisiológico es la elevación de la renina angiotensina aldosterona y la resistencia periféricas disminuida lo que conlleva a descenso de la presión arterial.

Hay manifestaciones clínicas renales normales que se pueden presentar en una embarazada, como polaquiuria (aumento micciones de orina), dolor lumbar, hallazgos de dilatación ureteral y aumento de la silueta real por ecografía renal; en cambio, las manifestaciones clínicas en una embarazada con patología renal incluyen anasarca (edema generalizado), hipertensión arterial, oligoanuria (orinar poco) y hematuria.

Martha Magalis Bello Bello Médico de la Fundación Dr. Baquero

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