Santo Domingo 20°C/20°C clear sky

Suscribete

FÁBULAS EN ALTA VOZ

El “¿tú no sabes quién soy yo?”

No voy a hacer alusión a ningún caso en particular, pero sí quiero tratar la odiosa manía que tienen muchos dominicanos de creerse la gran cosa cuando sienten que alguien atenta contra ellos de diferentes formas. Toma cuerpo entre ellos la famosa frase: “¿Tú no sabes quién soy yo?”. Oh, pero bueno... A quién le importa quién es nadie cuando la respuesta todos la tenemos: un ciudadano más de los alrededor de 10 millones de personas de las que tiene el país. La frase es tan engorrosa que preferí viajar a una ciudad fabulosa donde todo el mundo es igual, donde el que se expone al escarnio público -no importa quién sea- puede ser juzgado y penalizado como un ciudadano común. En ese lugar fabuloso no aplica el “¿tú no sabes quién soy yo?”. Los dislates que comete una persona son observados sin importar qué puesto ocupe, qué posición económica ostente o qué figura famosa sea. Lo que se juzga son sus acciones, nunca la persona como tal. La ley es igual para todos, y la soga nunca se parte por lo más delgado. A veces la parte más gruesa es la que está más débil cuando de comportamiento se trata. De ahí la importancia de investigar a fondo la calidad de la soga para saber dónde es que está el órdago problema. Conocido el resultado es que se toma la medida que no siempre afectará al que tenga menos poder. El símbolo que representa la justicia se mantiene en equilibrio. Eso me gusta, y es lo que hasta se puede palpar en este lugar fabuloso. La ley se cumple por encima de cualquier rango, inclusive de quiénes diseñan los reglamentos. Y a propósito de este concepto, qué pena me da tener que regresar a un país donde en lo que se averigua el caso, hay una víctima pagando. Será que lo que funciona en República Dominicana es el famoso y gastado comentario: “Es tu palabra contra la mía”, con lo que se deja claro que el que tiene más saliba traga más hojaldre. No estoy de un lado ni del otro, pero en lo que tiene que ver con el caso de la fiscal y el agente de Amet, con todo respeto creo que, en lo que se determina qué pasó, ambos deben gozar los mismos privilegios o de la misma amonestación.

Tags relacionados