Bienestar animal, una deuda pendiente RD

República Dominicana tiene un compromiso pendiente con el bienestar animal, asegura el presidente del Colegio Dominicano de Médicos Veterinarios (Colvet), Félix Flores: dedicar a los animales destinados al consumo humano el mismo interés y los cuidados que se les brinda a las mascotas menores como perros y gatos.

“La tendencia es que a vacas, chivos, cerdos y aves se les brinde bienestar porque no hacerlo puede repercutir en la salud humana”, dice Flores, y cita como ejemplo la carne de cerdo: cuando está estresada o se le trata con manejo inadecuado y violencia se le dispara la adrenalina, una hormona extremadamente vasoconstrictora, y esa adrenalina afecta a los humanos.

“Eso está comprobado, y ocurre lo mismo con los bovinos”, dice. “Los bovinos destinados a la leche, si tienen bienestar van a producir más leche, que es lo que quiere el productor. Hay granjas, y aquí ya se está implementando, donde les ponen música, colchones y arena a los animales, porque mientras más confort tienen, más producen”.

La falta de interés en este aspecto de la pecuaria se debe, señala Flores, a que “vivimos de espaldas a una realidad: la gente desconoce la medicina veterinaria y eso, a primera o última instancia, va a influir en la salud de ellos y luego en la de nosotros; como sociedad, tenemos ese compromiso por cumplir”.

Labor de sanidad

¿Qué hacen los médicos veterinarios de los animales destinados al consumo? Los del Estado trabajan para la Dirección General de Ganadería (Digega), dependencia del Ministerio de Agricultura, y se dedican, fundamentalmente, a la labor de sanidad animal.

Su función principal es asegurarse de que los animales sean vacunados contra la brucelosis y la tuberculosis bovinas, dos enfermedades zoonóticas que, según la Digega, ocasionan pérdidas al sector productivo y causan infección en las personas expuestas, siendo los de mayor riesgo los ganaderos, veterinarios, obreros de fincas, ordeñadores, carniceros y todo aquel que consume quesos o leche sin hervir o pasteurizar.

El médico veterinario debe tomar muestras de sangre para determinar si tienen la enfermedad y aplica reactivos para determinar si los animales son positivos a tuberculosis, explica Flores.

“También es labor de la Digega erradicar la peste porcina clásica, una enfermedad que no es zoonótica pero que nos impide como país exportar carne de cerdo. También nos impide mandar carne de res al exterior el hecho de que seamos positivos a la brucelosis y la tuberculosis. Además, tenemos que velar por la eliminación de enfermedades endémicas de las aves, como la Newcastle”, indica.

Alrededor de 350 profesionales se encargan de hacer estas labores de sanidad. Muy poquitos para asistir a todo el país, sostiene Segura de Óleo, secretario general del Covet y médico veterinario de la Digega asignado a San Cristóbal.

De Óleo explica a LISTÍN DIARIO que el Estado dominicano siempre ha tenido como misión, desde la época de Leonidas Trujillo, sanear el ganado de los productores.

“Es su obligación ir en su auxilio porque de ahí va a depender la salud de la población humana. Las personas que ingieren leche y carne crudas se exponen a contraer brucelosis y tuberculosis bovinas. La brucelosis no tiene cura, hay tratamiento de sostenimiento, nada más, y es una enfermedad catastrófica que produce en la mujer abortos, infertilidad, fiebre, dolor de cabeza… En el hombre produce infertilidad e inflamación de los testículos”.

Mejorar condiciones

La labor del Estado es garantizar que la leche, los huevos y la carne que consume el pueblo dominicano lleguen libres de enfermedades, dice Segura de Óleo. “A nivel agropecuario, en cuanto a métodos de trabajo estamos avanzando y se han hecho muchas cosas, pero es un trabajo delicado y riesgoso; y lo decimos para que la gente se eduque, porque la mayoría no conoce la formación, la misión y la parte humana del veterinario con respecto a los animales y a la humanidad”.

Es lamentable, señala, que las condiciones de trabajo del médico veterinario del Estado que realiza las labores de sanidad sean precarias y no solamente en términos de salario, sino en lo que respecta a los instrumentos de trabajo y el transporte para trasladarse a los diferentes puntos del territorio. Muchos deben recorrer grandes distancias y deben recurrir a recursos personales para hacerlo, dicen Flores y De Óleo.

“Hay que reconocer que el salario es muy deprimido. En marzo del año pasado conseguimos un aumento y un tope salarial de 25,000 pesos, porque había colegas que ganaban 12,000 y 13,000 pesos mensuales. Aunque para muchos significó un aumento de un 90 %, la cifra sigue siendo una miseria para la labor que se realiza y se nos deben tres meses de ese completivo. Por eso solicitamos a las autoridades los pagos atrasados y que se nos unifique el salario en un solo pago para continuar haciendo con esmero una labor tan importante para la sociedad”, expresa Flores.

De interés

--La brucelosis es una enfermedad infectocontagiosa del ganado bovino producida por la bacteria Brucella abortus que también puede afectar a ovinos, caprinos, equinos y porcinos, explica el “Manual del ganadero para el control de la brucelosis y la tuberculosis bovina”, elaborado por la Digega. Esta enfermedad ocasiona pérdidas económicas debido a la disminución de la producción de leche entre un 20% y 25% y pérdida de animales y de crías debido a abortos.

--Segura de Óleo, secretario general del Colvet, comenta que aunque la Facultad de Ciencias Veterinarias de la Universidad Autónoma de Santo Domingo tiene más de 50 años de fundada y la carrera se imparte en otras instituciones académicas, la veterinaria no ha avanzado gran cosa en el país y la población desconoce la labor que realizan los médicos veterinarios en el campo. El colegio fue fundado en 1961 y cuenta con unos 1,070 miembros.