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PARQUE URBANO

Los 40 años del Jardín Botánico Nacional

El JBN arriba a sus cuatro décadas dedicado a la conservación de la flora nativa y endémica, la investigación científica, la educación ambiental y la sana recreación.

Evolución: Las fotos muestran dos lugares emblemáticos del Jardín Botánico Nacional durante su construcción y cómo lucen en fotos recientes: el reloj floral y el jardín japonés. Nótese cómo ha cambiado el arbolado de estos lugares en estas cuatro décadas. “Cuarenta años después se puede notar que una de las funciones más palpables del trabajo del Botánico es la formación del bosque”, dice Ricardo García. ©Archivo del JBN ¦  ©Glauco Moquete ¦ ©Yaniris López

Evolución: Las fotos muestran dos lugares emblemáticos del Jardín Botánico Nacional durante su construcción y cómo lucen en fotos recientes: el reloj floral y el jardín japonés. Nótese cómo ha cambiado el arbolado de estos lugares en estas cuatro décadas. “Cuarenta años después se puede notar que una de las funciones más palpables del trabajo del Botánico es la formación del bosque”, dice Ricardo García. ©Archivo del JBN ¦ ©Glauco Moquete ¦ ©Yaniris López

El próximo 15 de agosto se cumplen 40 años de la inauguración del Jardín Botánico Nacional (JBN). A lo largo de estas cuatro décadas, su maqueta de casi dos millones de metros cuadrados no solo ha aumentado en infraestructura y vegetación: las labores de investigación científica, educación ambiental y conservación de la flora nativa y endémica que allí se realizan le han merecido el reconocimiento internacional y la inclusión en la lista de los 10 mejores jardines botánicos del mundo, una selección hecha por el Real Jardín Botánico de Kew, institución británica encargada de crear el banco de semillas del milenio.

De los años que siguieron a 1976 quedan recuerdos de cuando los botes de recreación surcaban la Gran Cañada y los coches arrastrados por caballos recorrían con calma los senderos aún despoblados. Hoy no hay botes ni coches, pero sí mucho verde, senderos temáticos, proyectos ecológicos y culturales y una familia de 260 trabajadores que se encargan de que las miles de personas que lo visitan cada año vivan una experiencia lúdica maravillosa. Tan maravillosa como las postales fotográficas que se toman en todos los rincones del Jardín.

Compromiso y entrega Detrás del verde y de las facilidades que brinda el JBN al público hay un grupo de botánicos, agrónomos, educadores, jardineros, personal administrativo y obreros repartidos en tres departamentos (Horticultura, Educación Ambiental y Botánica) enfocados en aumentar cada día la colección de plantas vivas y promover una conciencia ambiental responsable.

HORTICULTURA Es el departamento que se encarga de que el jardín se vea bien. Esto incluye que las plantas estén sanas y que se siembre en los lugares correctos; de que todo esté en orden y limpio. Tomando en cuenta lo grande del lugar, es una tarea bastante ardua, dice Pedro de Jesús García, encargado de Horticultura, en la que participan biólogos, agrónomos, obreros y jardineros entrenados.

Aquí se encargan también de las labores de fertilización, de los cerquillos y de la poda tanto de formación como de levantamiento, es decir, la poda que permite que, al extender la vista, el visitante obtenga una buena visión del espacio. El vivero, con una capacidad para producir un millón de plantas, es dependencia de este departamento.

“Tenemos un programa de capacitación para el personal tanto para los que hacen labores técnicas como para los obreros y jardineros”.

Claritza de los Santos, bióloga recién graduada, asistente en la sección de registro de plantas y de la colección de plantas vivas, resalta la labor fitosanitaria del departamento de Horticultura. “Tenemos un especialista, biólogo especializado en fitopatología, que se encarga de la cura de las plantas; como médico de las plantas, hace un levantamiento de las enfermedades que se presentan, identifica las plagas, el problema, y nos hace las recomendaciones de lugar. Este trabajo es imprescindible en un jardín botánico”. De los Santos trabaja las estadísticas de la fenología y floración de las plantas del parque: cómo les impacta el cambio climático y cuándo florecen.

BOTÁNICA Es el área “científica del Jardín”, explica Yuley Encarnación, estudiante de Biología y asistente del Herbario.

“Aquí investigamos acerca de la flora y la vegetación de nuestra isla, porque no solamente nos limitamos a República Dominicana, sino que también hacemos investigaciones en Haití”. Uno de los fuertes del departamento es la publicación científica a través de la revista Moscosoa, una de las más importantes publicaciones anuales donde se dan a conocer los resultados de los trabajos que hacen los botánicos a lo largo del año.

“Tenemos el Herbario Nacional, que es como un museo botánico, con más de 140,000 especímenes, sin contar muestras no trabajadas. Es el más grande, el más activo y actualizado del país”, indica.

Encarnación destaca que el departamento se mantiene realizando proyectos de investigación y buscando fondos en cooperación con otras instituciones nacionales e internacionales. “Las ciencias, y más la Botánica, son colaborativas. Los científicos de fuera están muy interesados en investigar la flora del Caribe pero necesitan personas de aquí que les instruyan cómo van a hacerlo, necesitan de una interacción constante con el herbario”.

Uno de los proyectos futuros del herbario es digitalizar el material y ponerlo en línea, de manera que no sea necesario acudir al edificio para consultar sobre las especies.

“En el herbario trabajan y colaboran varios estudiantes de Biología y no solo los botánicos formados. Esta es la gran escuela de formación de todos los botánicos dominicanos; todos los botánicos que tenemos aquí han pasado, en algún momento, por el herbario”.

Además, señala Ricardo García, por tratarse del Herbario Nacional “cualquier investigador que venga a hacer trabajos botánicos aquí, de colección, debe dejar una muestra antes de sacarla. Es el protocolo”. En el departamento laboran siete botánicos formados y dos agrónomos.

EDUCACIÓN AMBIENTAL El trabajo de este departamento, que coordina Olga Lidia Rojas, es contribuir a la formación de una conciencia ambiental responsable. Más de 150,000 estudiantes de escuelas públicas y privadas visitan el jardín cada año (187,000 el año pasado entre estudiantes y maestros).

“Muchos de los estudiantes que nos visitan vienen con una formación no muy adecuada sobre el medio ambiente. Nuestra función es sensibilizar a este grupo que no entiende que los recursos hay que cuidarlos, que tenemos que tener una relación armónica con el medio ambiente”, dice Rojas. Para alcanzar este objetivo realizan charlas, talleres, maratones, huertos pedagógicos y campamentos dirigidos a maestros y estudiantes, así como instalaciones de pequeñas reservas ecológicas en los centros que lo soliciten. Según Olga, el uso excesivo de los recursos naturales y su demanda ha hecho imprescindible la educación ambiental.

“Aprovechamos las situaciones de las malas prácticas ambientales para hacer talleres de sensibilización; para educar, concientizar, cambiar actitudes y valorar el medio ambiente”. Por eso, sostiene, el JBN ofrece un paquete educativo que tiene como objetivo obligar a los estudiantes a que vayan al departamento de Educación, porque “voluntariamente no van”.

“Allí toman una charla, ven un vídeo, recorren el museo ecológico y pasean en tren. En la actualidad la percepción ha cambiado y ahora los estudiantes exigen que les den su charla e ir al museo. La demanda de recursos naturales está promoviendo la necesidad de educarnos y sensibilizarnos y a veces no damos abasto”, comenta. Este departamento también se encarga de dar a conocer el trabajo que realizan los botánicos a través del programa “La flora de la isla Española y sus investigadores”.

TRES DIRECTORES El Jardín Botánico solo ha tenido tres directores: el arquitecto Benjamín Paiewonsky y los biólogos botánicos Milcíades Mejía y Ricardo García. Con 33 años laborando en el parque García es, de hecho, el empleado más antiguo del Jardín. Iniciando el tercer semestre de la carrera de Biología en la UASD comenzó como técnico auxiliar de investigación en el departamento de Botánica, como parte de un programa de investigación implementado en toda la isla para la formación del Herbario Nacional.

“Nos íbamos semanas y semanas por las montañas para colectar muestras científicas, que es lo que nos permite saber hoy qué hay en cada lugar y dónde vamos a buscar las semillas y las plantas”.

DE INTERÉS • En el JBN crecen unas 800 especies de plantas registradas y cultivadas. Incluyendo el área virgen de la reserva y la maleza, la cifra podría alcanzar las 2,000 especies en todo el parque, dice su director, Ricardo García. Se estima que alrededor del 70% de todas las especies corresponde a plantas endémicas y nativas. En el área del Arboretum hay unas 1,500 plantas entre nativas, endémicas e introducidas.

• Las visitas al Botánico se incrementaron en un 25% en 2015. Exactamente 307,000 personas visitaron las instalaciones, sin contar las entradas diarias del Club de Caminadores, que ya alcanza los 7,700 miembros. El 5% de las visitas correspondió a turistas, informa Luis Carrasco, encargado de Planificación y Desarrollo.

Este último dato es una buena noticia, agrega Marggi Reynoso, encargada de Servicio al Público, “porque estamos trabajando con los operadores turísticos para que nos tomen en cuenta cuando traen grupos a la ciudad”.

• Las plantas manejadas del JBN tienen una especie de acta de nacimiento donde queda registrado de dónde llegan y cuándo y quién las siembra. “Estamos creando poco a poco una buena base de datos y una pequeña fototeca del árbol, porque llegan continuamente, y nuestro fuerte y mayor interés es aumentar la colección de plantas en peligro”, dice García.

• Las especies más comunes son palmas real, “una ventaja porque es la fuente de alimento de la mayoría de las aves que están aquí” (García); samán, cigua (sobre todo en la reserva), caracolí y almendra.

• En los últimos años han aumentado las siembras simbólicas en el parque, especialmente de personas que honran la muerte de algún familiar plantando un árbol y esparciendo en el lugar las cenizas. Personalidades locales y extranjeras han plantado árboles en el parque. “Estas actividades reflejan la conexión de las personas con la naturaleza y serán en un futuro no lejano una actividad frecuente en todas las áreas verdes dominicanas, y es algo que debemos promover no solo por motivos tristes, sino alegres, de identificación con el verde”, indica García. • Inaugurado en 2014, el mariposario del Jardín recibió en 2015 unas 12,000 visitas. • El JBN cuenta con un centro de reproducción de abono orgánico.

• Muchos estudiantes de media cumplen aquí las 30 horas de labor social que les exige la ley 179-03. Realizan especialmente labores de siembra y de limpieza. El jardín recibe también estudiantes extranjeros interesados en la investigación de la flora local y del Caribe.

• Próximamente será inaugurado el banco de semillas del JBN, que albergará entre 3,500 y 4,000 especies de las 6,100 registradas en la isla. También abrirá el laboratorio de cultivo in vitro, “un punto clave del Jardín en el que actualmente se reproducen orquídeas endémicas y nativas”, explica la bióloga Claritza de los Santos.

Las visitas al botánico se incrementaron en un 25% en 2015. Exactamente 307,000 personas visitaron las instalaciones el año pasado. Yaniris López

En 2015, en un trabajo publicado en Listín Diario, los botánicos que laboran en el JBN y el director de la Academia de Ciencias, el biólogo botánico Milcíades Mejía, alentaron a las autoridades a prestar más atención al trabajo que realizan los botánicos locales.  Yaniris López

El JBN es uno de los lugares más atractivos y apreciados de Santo Domingo. Glauco Moquete ¦ Yaniris López

Embellecimiento. El departamento de Horticultural se encarga de que el JBN se vea bien, que las plantas estén sanas y de que se siembren en los lugares correctos. Glauco Moquete ¦ Yaniris López

El nombre del parque honra la memoria del doctor Rafael María Moscoso, primer botánico dominicano que escribió un catálogo sobre la flora de La Española en 1943. Glauco Moquete

El JBN asumió la arborización de los terrenos de la Barquita Vieja, en Santo Domingo Este, para lo que deberán producir unas 43,000 plantas.  Ya hay disponibles 10,000 plantas para arrancar.  Vamos a manejar y a recuperar 100,000 metros cuadrados con criterio técnico, un proyecto de mucho impacto porque desde el punto de vista del manejo de la arborización va a ser un proyecto modelo. En el Jardín nos sentimos muy bien de que nos hayan puesto esa responsabilidad en la mano, dice Ricardo García. Glauco Moquete

Los botes en la Gran Cañada entraron en desuso para finales de los 80 debido a la contaminación del afluente.  Las tortugas embellecen el entorno. Glauco Moquete

Flora. En el Botánico crecen unas 800 especies de plantas registradas y cultivadas. Incluyendo el área virgen de la reserva y la maleza, la cifra podría alcanzar entre 1,800 y 2,000 especies en todo el parque, dice García.  Las más comunes son las palmas real. Glauco Moquete

Directores. El Jardín Botánico solo ha tenido tres directores: el arquitecto Benjamín Paiewonsky y los biólogos botánicos Milcíades Mejía y Ricardo García.

En el JB aprovechamos las situaciones de las malas prácticas ambientales, de las personas que viven de espaldas a los recursos naturales, para hacer talleres de sensibilización; para educar, concientizar, cambiar actitudes y valorar el medio ambiente, dice Olga Lidia Rojas, encargada del departamento de Educación Ambiental. Glauco Moquete ¦ Yaniris López

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