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FOLCLOREANDO

No sé de qué escribir hoy

He tocado temas de costumbres, tradiciones, carnaval, identidad, herencia, religiosidad o catolicismo popular, creencias populares, de carros, mensajes emotivos dedicados a gente que las llevo en el corazón, de juegos tradicionales, de cosas que me han pasado, que solo a mí me suceden. También de música, baile, fiestas navideñas, de ortografía, redacción, cocina tradicional, gastronomía, la vida mía (de lo que se puede saber), de mis hijas, de los nietos, de las personas queridas. Los viajes a todos los lugares (“aigunos”), mi infancia en Puerto Plata, mi adolescencia en la Capital, y mi juventud cerca del Cristo Redentor, Jardín Memorial, la Puerta del Cielo, el Car Wash Los Taxistas; dos supermercados, que lo que le falta a uno lo tiene el otro, con fundas diferentes, donde la gente de un brinco se traslada al otro para comparar precios y “lo que no se va en llanto se va en suspiro”, porque aunque quedan cerca, están a 30 pesos uno del otro en motoconcho. Entonces, no sé de qué escribiré hoy. La gente que me lee dice: pero Xiomarita habla de equis tema, pero para escribir del mismo tengo que empaparme bien, porque soy la responsable y en fin, no puedo complacer a estas personas, pero sé que en medio de todos los problemas de esta sociedad se alegran o entretienen con esta columna, pero sinceramente no sé de qué escribir. He pensado hacer una columna dedicada a mis piernas, que tienen 48 años bailando y no se me han roto, me han salido buenísima, me han durado muchísimo y han sido fiel a mí, porque saben que de ellas vivo, pero quizás en el periódico no me lo van a permitir y pensar que bailaron hasta en los XII Juegos Centroamericanos y del Caribe en 1974. Recuerdo que cuando viajábamos a cualquier sitio dentro o fuera del país y me ponía mis pantalones cortos o “hospán” mis compañeros del Ballet Folklórico de la UASD me decían: “Xiomarita dame uno” y yo no entendía; luego supe que era por mis piernas, que le diera un periódico, porque a los que venden periódicos le dicen “canillita” y no dudo que esa situación hizo también que me acusaran de periodista. Pero esto no se queda ahí, solo sé que tengo poca carne en mis piernas cuando ponen el tema, porque para mí estoy acabando, jajajajaja! Quizás en la próxima columna tenga un tema de qué hablar, pero soy sincera, no sé de qué escribir.

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