Hijos, padres y estupefacientes

Hay padres destruidos porque sus hijos están bajo el dominio de una plaga llamada droga. Es que ésta se cuela en los ambientes sin percibirlo hasta que es difícil seguir oculta. Hay que dedicar tiempo a enseñar a los hijos a decir no a la droga, y hablarles del peligro que conlleva caer en su trampa. Caer es fácil, levantarse es lo difícil. Descríbales los distintos tipos de drogas existentes, incluyendo alcohol, tabaco y otras adicciones como el juego y sexo, entre otras. Esté alerta y revise las posibles señales de consumo, nunca crea que a usted no le pasará. Observe qué hacen en sus horas de esparcimiento y ofrézcales alternativas para el uso del tiempo libre donde desarrollen valores éticos, morales, espirituales. Escúchelos, déjeles expresar mediante adecuada comunicación. Investigue quiénes son sus amigos, inclusive los que tiene en la Internet. Esté pendiente sobre cambios físicos y conductuales.

Oriéntese con los profesionales si tiene dudas. Y si al final el problema toca su puerta, no evada, encárelo sin buscar culpables, es hora de unirse para sobrevivir, no de reclamos. Tenga presente que un adicto ve todo en blanco y tiene tres caminos por delante: el hospital, la cárcel y el cementerio por lo que necesita de ti.