Escuchar y hablar

No es lo mismo decir que querer decir. Hablamos para otros y no para nosotros mismos. Si no hemos de ser entendido en lo que vamos a decir, es mejor callar o analizar la mejor manera de expresarlo, pues podríamos generar confusión o herir sentimientos. No juzgues a los demás por haberte comprendido mal. Esto no ayuda en nada, mejor juzga lo que dijiste, cómo lo dijiste y a quién se lo dijiste, y si hubo un mal entendido, mejor habla con esa persona, y si fuera neccesario, discúlpate. Procura no asumir nada de otro sin que antes estés seguro. Es mejor preguntar, y recuerda que es mejor escuchar que opinar. Y si alguno tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, que es quien da a todos abundantemente y sin reproche.