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Unidos contra el consumo nocivo de alcohol

La lucha contra el consumo nocivo de alcohol ha encontrado un aliado en el lugar más insospechado: la industria de bebidas alcohólicas.

En el año 2013 y como respuesta a una estrategia que la Organización Mundial de la Salud (OMS) lanzara en el 2010, productores de cerveza, vino y licores se unieron para fundar la Alianza Internacional para el Consumo Responsable de Alcohol (International Alliance for Responsible Drinking o IARD), organización sin fines de lucro cuyos esfuerzos se centran en reducir la ingesta dañina de bebidas alcohólicas.

“Como somos parte del problema, queremos ser parte de la solución, entonces estamos asumiendo nuestra responsabilidad”, dice el peruano Alberto Bouroncle, director de programas de la IARD.

Antes del nacimiento de la organización, los productores ya se habían unido para desarrollar iniciativas que redujeran la conducción bajo los efectos del alcohol. En 2010 lanzaron programas pilotos en China, Colombia, México, Nigeria, Rusia y Vietnam.

Ahora le toca el turno a República Dominicana.

¿Por qué RD?

República Dominicana ocupa el primer lugar de América y el décimo quinto del mundo en muertes por accidentes de tránsito. Aunque no se sabe con exactitud en cuántos accidentes está involucrado el alcohol, se estima que son muchos, debido a que este tipo de emergencia aumenta durante los fines de semana, las grandes festividades y los días de pago.

Por otro lado, una encuesta realizada por la IARD en el país determinó que el 65% de los dominicanos consume alcohol y que, de este porcentaje, más de la mitad lo hace diariamente.

Según Melissa Martínez, coordinadora de IARD en el país, también se encontró que la edad promedio de inicio del consumo rondaba los 12 o 13 años y que el producto más consumido (“por mucho”) es la cerveza, seguida del ron y el whisky.

La encuesta midió las motivaciones de las personas para ingerir alcohol y la principal razón que adujeron los encuestados fue “ser feliz”.

“Lo interpretamos como un tema de evasión”, comenta Martínez.

Estrategia

Con unas estadísticas poco favorables, República Dominicana se convirtió en 2015 en uno de los seis países donde la IARD comenzó a trabajar con miras a reducir la conducción bajo los efectos del alcohol (completan la lista Argentina, Camboya, Namibia, Sudáfrica y Tailandia).

Bouroncle señala que, para asegurar su éxito, este tipo de programas debe basarse en alianzas público-privadas que vayan más allá de la creación de leyes e imposición de multas.

Además de contar con una legislación fuerte que defina de manera clara qué es conducir bajo los efectos del alcohol, se necesita un cuerpo policial entrenado para aplicar la ley, así como educar a los consumidores.

La primera actividad de la IARD en el país, en septiembre del año pasado, tuvo como fin discutir con diferentes sectores el mínimo legal CAS (contenido de alcohol en la sangre) permitido al conducir vehículos de motor.

Luego de una primera etapa de sensibilización y concienciación, la IARD se propone donar alcoholímetros y proveer entrenamiento para su uso. Su compromiso, según Bouroncle, es trabajar durante tres años en el país y, si el Estado asume el programa, brindarle asistencia técnica a largo plazo.

“Sabemos muy bien que no es un problema que se solucione en un año o dos años, que probablemente tome incluso generaciones porque es un cambio cultural”, comenta.

¿Contraproducente?

Muchos se preguntarán por qué la industria de bebidas financia iniciativas que, en apariencia, afectan sus intereses.

Al respecto, Bouroncle aclara: “Lo que nosotros queremos hacer es no vender más, pero vender mejor; lo que nosotros queremos son clientes que disfruten nuestro producto por un largo tiempo, con una vida larga. ¿De qué nos sirve vender mucho a una persona que se va a morir a los 18 años en un accidente de tránsito? Nuestro mensaje es consumo responsable”.

Bouroncle define como “muy positivos” los resultados de los programas iniciados en 2010 en China, Colombia, México, Nigeria, Rusia y Vietnam, países con realidades y retos muy diferentes.

¿Qué ha pasado con las ventas de bebidas alcohólicas en esos seis países? “En lo que tenemos entendido -asevera Bouroncle- se han mantenido: ni han disminuido ni han aumentado”.

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