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Sociedad

Residuos y unión para mejorar villa argentina

Integración. Lugareños y voluntarios que construyen “mano a mano” el primer eco-merendero de una villa miseria de la periferia de Buenos Aires.

Integración. Lugareños y voluntarios que construyen “mano a mano” el primer eco-merendero de una villa miseria de la periferia de Buenos Aires.

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Cris Terceiro (EFE)Buenos Aires

Lugareños y voluntarios construyen “mano a mano” el primer eco-merendero de una villa miseria de la periferia de Buenos Aires para brindar “un sueño por el que luchar” a 84 personas sin recursos, gracias a una red solidaria construida a base de buena voluntad, conciencia social y kilos de residuos.

El proyecto surgió hace un año en el barrio de La Paz, en Monte Grande (provincia de Buenos Aires), cuando un grupo de chicos se reunía a diario para jugar a la pelota en casa de una familia humilde.

“Iniciamos haciendo unas tortas fritas y los chicos se quedaban”, explicó a Efe Patricia Carina Gamarra, coordinadora del proyecto y propietaria de la casa en la que residen actualmente un numeroso grupo de niños y mujeres, algunos indocumentados, en la zona junto a la que se creará el nuevo Merendero La Paz.

Se trata del primer edificio construido con eco ladrillos; es decir, botellas de plástico rellenas de basura no biodegradable comprimida y que sacan casi diez metros cuadrados de residuos del medioambiente.

Chicos del barrio y jóvenes estudiantes trabajan, codo con codo, para levantar su refugio con 8,400 unidades de estos ‘ecoladrillos’ que se apilan, unidos por cemento, y llevan grabado el nombre de la familia o persona que lo donó a modo de agradecimiento.

El Merendero La Paz pretende aglutinar a las nuevas generaciones de este barrio marginal para brindarles un proyecto de vida por el que luchar lejos de la delincuencia o la droga que campa a sus anchas por ciertas zonas del Gran Buenos Aires.

Según Gamarra, al principio buscaron apoyo político “de todos lados” y no consiguieron nada hasta que conocieron a Red Solidaria, un proyecto conformado por diversas “voluntades que se van agrupando por un objetivo común a través de la presentación por la confianza” y que ya cuenta con 500,000 voluntarios en todo el país.

Cuando le contaron el proyecto ideado con eco ladrillos, la coordinadora no entendía cómo sería viable esta construcción en una zona que padece frecuentes inundaciones.

Ahora, se muestra “sorprendida”, pero enfatiza que es “hermoso” saber que los niños tendrán un espacio “donde no se mojen, donde venir a hacer actividades, tomar la leche y poder estar”.

Para quienes participan desde fuera es emocionante ver cómo los pequeños ayudan a construir su futuro.

“Estoy en el proyecto desde hace casi cuatro años porque me gusta ver cómo ayudo a los chicos y compartir un momento de alegría con ellos”, explicó Rodrigo Montero, adolescente colaborador en el merendero.

Importancia de la unión Gabriel Schneider, de Red Solidaria, quiso recalcar la importancia de “la unión” entre los participantes para que todos estos proyectos salgan adelante y “poder brindarle a la persona que lo necesita un sueño que pueda llevar adelante”.

Ese es el lado desde el que actúa la entidad en la que colabora para “educar en la solidaridad”, aseguró el voluntario, quien manifiesta que cada día son muchas las personas que, en sus ratos libres, se reúnen a ritmo de mate para colaborar en algo tan pequeño como puede ser tejer “cuadraditos de 20x20” con los que diseñar frazadas destinadas a abrigar a personas que realmente lo necesitan.

Para Red Solidaria son los niños “los generadores de cambio”; es decir, la vía más “fácil y rápida” de que los adultos puedan replicar acciones solidarias y medioambientales hasta concienciar al grueso de la población.

Esfuerzo. Para quienes participan desde fuera es muy emocionante ver cómo los pequeños ayudan -como pueden- a construir su futuro.

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