Santo Domingo 23°C/26°C thunderstorm with rain

Suscribete

COSAS DE DUENDES

Tómelos en serio

Cuando un niño le diga que aspira a ser como Juan Luis Guerra, cómprele una guitarra. Si le promete que se convertirá en el primer dominicano en ganar un premio Nobel de Literatura,rodéelo de libros. La historia está llena de casos en que unos niñitos, o niñitas, anunciaron en lo que se convertirían de adultos y lograron sus sueños cuando encontraron personas que creyeron en ellos. Algo que se nos dificulta, cuando de gente pequeña se trata.

Las quejas, sueños, dolores y angustias de los chicos son subvalorados por los adultos. Pensamos que no tienen importancia. Que la idea de construir un barco para recorrer el mundo se le olvidará a nuestro hijo, o hija, pasado mañana. Les matamos las ilusiones y, peor aún, ignoramos sus problemas. Les decimos que no es tan grave que alguien los moleste en el colegio o que no ganaran una competencia.

Apostamos a que se trata de cosas de niños y, como tales, serán efímeras, pasajeras. ¿Y si no es así? ¿Qué habría pasado con tanta gente que ha hecho historia en el mundo si cuando ellos eran pequeños nadie hubiese creído que sus sueños eran posibles? ¿Y cuántas tragedias más podrían haber ocurrido si profesores o padres no reaccionaran ante un síntoma de depresión en un niño o un adolescente? Ni todo el que anuncia que conquistará Hollywood se convertirá en Zoe Saldaña ni todo el que advierte que se irá de casa o se quitará la vida, puede que lo cumpla. Pero lo cierto es que no sabemos quién hará una cosa o la otra. Por eso debemos poner atención a lo que dicen y hacen nuestros hijos. Mantenernos alerta porque, lo que parece una tontería, tal vez se revele como un asunto serio. Sea para bien o para mal. A lo mejor es que la niña o el niño es un superdotado, o que enfrenta dificultades y quiere manifestarlo. No le pase la vista por encima a las señales.

Préstele atención a lo que les gusta y a sus planes para el futuro. A lo que dicen que podrán ser o a lo que creen que nunca lograrán. Y, en especial, a cómo se sienten. Que no sea un extraño quien le haga ver los talentos de sus hijos. Y sobre todo, que no lo sorprenda descubrir que una “tontería” se convirtió en un problema grande o en una tragedia.

Tags relacionados