El jazz, más que un estilo de música

Es más que un estilo de música: el jazz contribuye a la construcción de sociedades más inclusivas, transmite valores significativos para cada mujer y hombre y ofrece oportunidades únicas para el entendimiento mutuo.

Con este mensaje, Naciones Unidas (ONU) y la Unesco celebraron ayer, 30 de abril, el Día Internacional del Jazz.

La conmemoración de este día tiene apenas cinco años, pero sus objetivos calan más allá de los círculos de la música. Las jornadas invitan a “sensibilizar al público en general sobre las virtudes de la música jazz como herramienta educativa y como motor para la paz, la unidad, el diálogo y el refuerzo de la cooperación entre pueblos”, explica la ONU.

El jazz nació en Es tados Unidos a finales del siglo XIX. En “Historia del jazz clásico” (Robinbook, 2007), Frank Tirro la describe como una música democrática de origen humilde que ha llegado a ser patrimonio de pobres y ricos; una música de cariz participativo, tendente a la comunión entre el artista y la audiencia.

“Su lenguaje es directo y expresivo, puede ser simple o elocuente, y requiere una interacción entre ejecutante y oyente que precisa de activa participación por parte de este último”, escribió Tirro.

Para la directora general de la Unesco, Irina Bokova, este género “puso música al valor que impulsó el movimiento de derechos civiles en los Estados Unidos, y sigue siendo una fuente de inspiración para millones de personas de todo el mundo que buscan la libertad y luchan por el respeto y la dignidad humana”.

Sobre el día

Si se pregunta por qué dedicar un día internacional al jazz, en estas ocho inspiradoras frases publicadas por la ONU podría encontrar la respuesta.

El jazz rompe barreras y crea oportunidades para la comprensión mutua y la tolerancia. Es una forma de libertad de expresión. Simboliza la unidad y la paz. Reduce las tensiones entre los individuos, los grupos y las comunidades. Fomenta la igualdad de género. Refuerza el papel que juega la juventud en el cambio social. Promueve la innovación artística, la improvisación y la integración de músicas tradicionales en las formas musicales modernas. Estimula el diálogo intercultural y facilita la integración de jóvenes marginados.