“Trabajaré para que se sientan orgullosos”

Muchas niñas han soñado con ganar una corona para sentirse como una Reina de Belleza. Ese deseo no estuvo ausente durante la niñez y adolescencia de Sal García, quien la noche del pasado domingo se alzó con el título de Miss República Dominicana Universo 2016; pero en su destino no estaba escrito iniciar como reina, sino como “Top Model”.

Rosalba Abreu, nombre de pila de Sal García, cuenta que a sus 16 años se animó a dar el paso de hacer ese sueño realidad y participó en un reinado de belleza de las fiestas patronales de su natal Maimón, provincia Monseñor Nouel, en el que quedó como virreina.

“Cuando termina el concurso me dicen que vaya al casting del Dominican Fashion Week en el 2009. A la rueda de prensa llegó Sandro Guzmán, presidente de la agencia de modelos Ossygeno Models, quien ahora es mi manager. Se quedó mirándome intensamente, lo que provocó que creyera que estaba mal vestida”, expresa la beldad.

Narra que después Guzmán se acercó y le pidió que lo acompañara a su oficina. Era de noche y la joven sentía miedo porque no conocía a nadie. Minutos después la diseñadora de trajes de baños, Larissa Salcedo, le propuso acompañarla y se atrevió a ir.

Dice que Guzmán le tomó las medidas y constató su tamaño. Al día siguiente se presentó a su casa, ubicada en Maimón, habló con los padres de García y ese mismo día firmaron un contrato por tres años que le permitiría ser modelo de la agencia Ossygeno Models.

Recuerda que estaba muy feliz, pero no lo demostraba, por lo que Sandro le preguntaba si le gustaba el mundo del modelaje, porque no veía ninguna muestra de felicidad en ella.

“Una semana después de firmar el contrato con Sandro, las agencias de modelos Elite New York y Elite Europa me proponen un contrato, firmo con ellos y me voy a Estados Unidos a mis 16 años. Ya había terminado el bahillerato y es a partir de ahí que se inicia mi carrera como ‘Top Model’ a nivel internacional”, cuenta.

El gran paso

Revela que a pesar de ser “Top Model” siempre se visualizaba compitiendo en el Miss Universo.

“El año pasado entendí que era el momento de darle un giro a mi vida y me comencé preparar. Inicié arreglando mi dentadura, y me puse brackets, incluso, en la actualidad tengo los retenedores, por eso a veces tengo inconvenientes al hablar”, expresa.

Dice que tiene casi ocho años en el mundo del modelaje, pero que sentía que solo se había dado a conocer entre diseñadores y personas que están en el mundo de la moda.

Asegura que en los desfiles se convertía en la musa de muchos diseñadores dominicanos, pero sentía que tenía que dar un paso más. No quería quedarse siendo solo una “Top Model”.

“A las reinas les dan más oportunidades para ayudar a los demás. Eso no pasa siendo top model. No tenía planificado entrar al Miss República Dominicana Universo este año, pero me dieron la noticia de que la que ganara en esta edición iba a tener más tiempo para prepararse, y entendí que era una buena oportunidad”, cuenta la joven de 23 años.

Su reto

Confiesa que uno de sus grandes retos fue trabajar su sonrisa, porque las “Top Models” no tienden a sonreír. El manejo en las entrevistas con el jurado también lo tuvo que trabajar, “la pasarela no la cambié mucho, solo le incluí más chispa, carisma y coquetería”.

Consideró el transcurso del certamen como muy tenso, porque muchas personas decían que una top model no podía ser una reina de belleza, además, sentía que lo daba todo, pero que no lograba complacer a nadie.

“Comencé a trabajar según entendía. La competencia estaba fuerte, sentía que mis dos grandes competencias eran Miss Santo Domingo Oeste y Miss San Pedro de Macorís. Cuando me vi agarrada de manos con la primera, me asusté, porque entendía que nuestras respuestas fueron las mejores”, expresa García.

Dice que cuando mencionaron la primera finalista sintió emociones que no puede describir, solo veía la felicidad de su familia y el orgullo que sentían por ella.

Agrega que la organización del Miss República Dominicana Universo le ha informado que deben trabajar en mejorar las entrevistas, la sonrisa y tonificar el cuerpo en el gimnasio; no le han hablado de cirugías.

“Sé que debo mejorar lo que me dicen. Respecto a las cirugías, si hay que hacerla y no perjudica mi integridad como persona, estoy dispuesta”, añade.