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LEGADO DE LA HUMANIDAD

El primer mestizo

República Dominicana se lleva el privilegio de que en su territorio nació el primer niño de un español con una taína y la edificación de la primera ciudad e iglesia del Nuevo Mundo, ubicadas a lo alto de la parte oriental del Río Ozama y desde donde se observa la Ciudad Colonial.

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Mayra Pérez CastilloSanto Domingo

Miguelito fue el primer mestizo en América, un acontecimiento de la historia que “privilegió” a República Dominicana, en aquel entonces, La Isabela. Nuestro paseo cultural en esta ocasión lo hacemos por los márgenes geográficos en los que aún es posible recrear el inicio del encuentro entre dos razas: La europea y la indígena.

Las crónicas escritas narran que en su segundo viaje a La Hispaniola, Cristóbal Colón encontró destruido El Fuerte de la Navidad, ubicado en la parte Norte de La Hispaniola, donde se produjo el primer contacto entre ambos mundos y que tuvo resultados fatales: la situación lo llevó a continuar hacia el Este de la isla y consideró oportuno fundar el segundo asentamiento.

La decisión, a decir de la historiadora María Teresa Ruiz de Catrain, fue desafortunada porque las aguas estaban contaminadas, la cantidad de oro que él suponía que encontraría no estaba e iniciaron los problemas de convivencia entre los habitantes. Al verse obligado a partir del territorio, el Almirante dejó a cargo a su hermano el Adelantado Don Bartolomé Colón, quien frente a los disgustos entre los habitantes se ve en la necesidad de dictar una ley que trajera el orden, al menos para sus compatriotas, “Español que mate a español tendrá pena de muerte”, fue la norma.

Miguel Díaz Aux, proveniente de Aragón, fue, al parecer, el primero en verse frente a frente con el severo mandato, pues hirió a un español en un altercado entre ambos. Él lo creyó muerto. El temor a ser castigado lo condujo a huir hacia el Sur, siguió migrando y de ahí poco a poco avanzó hasta la ladera oeste del Río Ozama, donde encontró un asentamiento taino encabezado por la cacica Zameaca o Catalina, nombre que asumió luego de ser bautizada en la fe cristiana, explica.

“Con ella tuvo una relación marital de la que nació Miguelito, el primer hombre realmente americano, a quien el 2 de julio de 1504 (Pasajeros de la Española 1492-1530 de Vilma Benzo Ferrer) reconoció en su testamento. Esta convivencia produjo como resultado que ella le enseñara las minas de oro de Haina, una gran noticia que a su criterio significaría la conmutación de la pena de muerte”, dice.

Cuando el niño tuvo ocho años, Díaz Aux volvió a La Isabela donde fue perdonado por encontrarse sano el hombre que él dejó herido. Le contó la noticia de las minas a Bartolomé Colón, quien de inmediato ordenó una expedición del Norte hacia el Sur, cuenta Ruiz de Catrain, citando la obra de Vilma Benzo.

El Adelantado fundó, a finales de la década de 1490, una ciudad a la izquierda del Río Ozama, que la separa de su amiga comunidad levantada al otro lado. De aquella ciudad, propiamente de la época, solo queda el pozo con el que abastecían de agua; mientras que la pequeña Iglesia del Rosario, el santuario más antiguo de la urbe, es fruto de la edificación hecha sobre los cimientos de la primera iglesia, de la que se hallaron los vestigios de madera, consecuencia de los terremotos, huracanes y demás catástrofes naturales e invasiones.

“Gracias a la dirección de Virginia Roca, durante su gestión en Patrimonio, fue rehecha, la cual es la que hoy conocemos”, finaliza.

CRÓNICAS SOBRE LA IGLESIA DEL ROSARIO El asentamiento hecho en la parte izquierda del río, vino a ser el segundo intento real de villa de los españoles, luego de su fracaso en La Isabela, en el Norte.

Los malos gobiernos de la familia Colón provocan que la corona española envíe como gobernador a Nicolás de Ovando, quien al llegar a La Isabela tiene que enfrentar un huracán que destruye las pobres edificaciones que había, por lo que tomó la decisión de mudar la ciudad de la ladera oriental hacia la ladera occidental. “Las leyendas cuentan que fue una plaga de hormigas que lo obligó; otras alegan que los vientos huracanados daban más fuerte de aquel lado; para mí es que la necesidad de todo hombre de Estado y sobre todo urbanista, de construir su gobierno sobre un terreno virgen sin requerir del apoyo del anterior”.

El traslado hacia el occidente hizo que se dejara prácticamente al olvido a la Nueva Isabela. No obstante “Está cimentada sobre un gran escalón y ella se niega a ser olvidada”, dice.

Desde ella se puede observar con vista 360 la Ciudad Primada de América.

De cerca La Iglesia Nuestra Señora del Rosario está ubicada en territorio de la Molinos Modernos, sector Villa Duarte, Santo Domingo Este. Para llegar a ella se requiere un permiso a Patrimonio Monumental y una autorización de la empresa que apadrina el monumento.

Es importante resaltar que se debe presentar un documento de identidad en la entrada.

¡Por visitarla cualquier afán vale la pena! Unos cinco minutos caminando desde la entrada de la corporación llevará al visitante hacia el templo que en su exterior luce impecable, pero que al entrar a sus atrios da evidencia de descuido.

Estiércol de paloma cubre los asientos de concreto, las paredes y la imagen de la virgen por la que lleva el nombre el lugar.

La puerta y su manubrio están cubiertos de polvo, que al acceder al interior es más abundante, por lo que asume que lleva un largo período cerrada.

A pocos pasos de ella se encuentra la única construcción intacta de aquel momento histórico (década de 1490), el pozo que albergó el agua de toda una población y que hoy lo ocupan, lastimosamente, ramas secas, hojas y palos.

((Historia Un cuento de formación para niños y jóvenes La hermosa historia en común de Miguel Díaz Aux y la cacica Catalina será recreada en un libro para pequeñines, por la reconocida escritora de literatura infantil, Lucía Amelia Cabral. Ella se basa en las crónicas y leyendas.

“Es un placer para mi dar este adelanto del que me ha autorizado hablar la autora”, dice María Teresa Ruiz de Catrain.

Sobre ese acontecimiento histórico hay muchas contradicciones entre los cronistas, sobre si fue amor, casualidad o historia de conquista, pero se espera que el cuento, al ponerse en circulación, próximamente, pero sin fecha establecida, edifique a los niños y jóvenes sobre la primera Ciudad del Nuevo Mundo y el primer mestizo de América, que nació aquí y se llamó Miguelito, comenta.

Entre sus líneas e ilustraciones Lucía Amelia dará cuenta de las características del niño, su familia, su viaje a España y demás parte del contexto en el que se desarrolló. La historia real, esta enriquecida por la amplia imaginación de esta profesional.

Entrevista. María Teresa de Catrain y Mayra Pérez Castillo, sentadas en una de las ventanas de la Quinta Dominica, finalizan el conversatorio iniciado en la Iglesia Nuestra Señora del Rosario, sobre los acontecimientos ocurridos en esos márgenes a finales del siglo XV.

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