Bus y trencito son gratis en el Viejo San Juan

En el Viejo San Juan, un enclave de alrededor de una milla cuadrada de extensión, donde abundan las calles empinadas y se conserva en excelente estado la muralla de los tiempos coloniales, el visitante y el nativo pueden ir y venir a su antojo en vehículos que les transportan gratis. Dos opciones se ofrecen al peatón: un autobús con aire acondicionado (muy utilizado por residentes o empleados de la zona) que dentro de la modalidad del Hop-on Hop off (Subir y Bajar) se adentra por diversas vías, con paradas específicas, y el turístico trencito abierto de dos vagones con bancos, que se traslada en igual modalidad por la periferia del Viejo San Juan.

En ambos casos, las paradas figuran como Trolley. En algunos puntos coinciden los dos medios de transporte, facilitando que apeándose de uno, pueda montarse en el otro para seguir una ruta diferente, por este sector calificado en Puerto Rico como “un museo de siete cuadras de extensión”.

A todo esto, el Cabildo ofrece recorridos gratis por puntos históricos. Eso sí, hay que llamar antes, para averiguar día y hora disponibles. Ésta es la cuarta vez que visito el Viejo San Juan, pero ahora voy a pasearlo con mi hija Carmen, que vive en la Urbanización San Gerardo. En vista de que el transporte público desde aquí no nos favorece, llegamos en su auto hasta el sector histórico donde más del noventa por ciento de las casas están bien pintadas. El problema con el que tropezamos es la dificultad de estacionar. El tráfico motorizado es intenso.

Difícilmente se encuentre parqueo en la vía pública. Solo en los edificios de estacionamientos de pago. Y a veces ni siquiera en estos. Por lo que puedo captar, hay tres de ellos entre públicos y privados; cada uno tiene precio diferente. Nos parqueamos en el que funciona en el Paseo de Covadonga esquina Corretjer, una esquina donde está la parada 2 del Trolley (del bus y del trencito). Nuestra idea es montar primero en el bus climatizado, para hacer el recorrido completo y tomar el tiempo que tarda entre varios puntos.

Luego, ¡a subir al trencito! ¡Qué cómodo y barato se recorre el Viejo San Juan!