Turismo médico y vacaciones

En Santo Domingo le llamamos turismo de salud. En Puerto Rico se conoce como turismo médico. Es el traslado de una persona de un país a otro con el principal objetivo de hacerse un reconocimiento médico, una intervención quirúrgica... Nunca pensé que unas vacaciones las decidiría con tal finalidad.

Todo empezó cuando, luego de haber dado negativas las biopsias tomadas en el área donde me habían tratado con 30 sesiones de radioterapia un carcinoma epidermoide, tres especialistas (cardiólogo, oncólogo y nutricionista) me recomendaron hacerme un Petscan. Era la única manera de evaluar la posibilidad de enfermedad residual metabólicamente activa. Es decir, si había habido alguna metástasis en otra parte de mi organismo. En nuestro país ya están haciendo dicha prueba, pero en vista de que el isótopo radioactivo utilizado es traído desde Puerto Rico, mi hija Carmen que allí vive me animó a irme de vacaciones a su casa, y tramitó con mucha antelación mi cita con Sononuclear, donde me harían el estudio.

Es una de las instituciones médicas que promueven el turismo médico y, consecuentemente, les da facilidades a los pacientes. Decido viajar en la aerolínea JetBlue, tomando en cuenta que la configuración de sus aviones permite amplio espacio en las cómodas butacas de clase Economy. Por cierto, es la única clase que ofrecen sus aviones, aunque hay cuatro o cinco asientos de mayor anchura y espacio para piernas, por las que uno puede pagar una reducida suma adicional.

Vienen bien a personas gordas… No es tal mi caso. Lo que no podía suponer es que por acudir personalmente a la oficina de la línea aérea, me cargan US$ 25.00 adicionales al costo del ticket, pero bajo la indicación de Phone Booking.

De haber realizado la compra por Internet a la propia línea, me hubiera ahorrado 25 dólares. Para Don Sabido que está en Gloria. A todo esto, al pagar con tarjeta de crédito, el cargo automáticamente es en dólares. Asombrada pregunto por qué. Me aclaran que si hubiera pagado en efectivo saldría en pesos dominicanos.

¡Ay, Dios! Por suerte, el vuelo de ida transcurrió cómodamente y en un santiamén. Y habiendo solicitado a JetBlue silla de ruedas en el aeropuerto de San Juan, evité caminar un trayecto exageradamente largo para mis energías en descenso.