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CARDIOLOGÍA PARA TODOS

Consumo bebidas energéticas y mal cardiovascular

El creciente consumo de bebidas energéticas entre adolescentes puede tener consecuencias cardíacas fatales en su salud, que van desde arritmias a posibles casos de muertes súbitas por fallos en el corazón.

Se advierte de los riesgos que supone la ingesta de este tipo de bebidas y constata la escasa información que sobre ellas tienen padres y educadores, que en ocasiones las ven como meros refrescos. Su consumo entre los jóvenes, ligado en muchas ocasiones al alcohol o a prácticas deportivas, se produce sin tener en cuenta las consecuencias que el exceso de excitantes (principalmente cafeína) puede acarrear para los adolescentes.

Algunas estimaciones consideran que prácticamente uno de cada tres adolescentes entre los 12 y los 19 años consume de manera regular bebidas energéticas, que incorporan grandes cantidades de cafeína y así se hace constar en el etiquetado. Pero en ocasiones suman otras sustancias que constituyen un tipo de cafeína enmascarada, como el guaraná, que procede de una planta originaria de Brasil con el doble de concentración que el café. A veces estos productos contienen no solo guaraná, sino que también otras sustancias excitantes, como el ginseng o la taurina, que pueden ocasionar interacciones cuyas consecuencias aún son inciertas.

Todos, y en especial padres y educadores, debemos sentirnos preocupados por el creciente consumo irresponsable de este tipo de productos. “Se han descrito casos de consumo excesivo de bebidas energéticas y va en aumento, Las sustancias excitantes que incorporan pueden acabar creando adicción, sobre todo entre adolescentes.

Uno de los principales riesgos está en el desconocimiento social que existe sobre los efectos de estas bebidas, además del hecho de que su ingesta se esté considerando como usual entre ciertos grupos de adolescentes, que además la combinan con alcohol. “Las toman como refrescos combinadas con bebidas alcohólicas. Hay cada vez más tendencia a consumir grandes cantidades entre adolescentes, asociándola a momentos de fiesta y recreo”.

investigadores de la Universidad Europea de Madrid, así como del Hospital Académico de Parma y la Universidad de Texas, se plantea la necesidad de incrementar la información sobre estas bebidas tanto entre médicos, como en padres y educadores.

Advertencias importantes que deberían ser conocidas, como que es desaconsejable el consumo de bebidas energéticas antes o durante la práctica de ejercicio físico, que los adolescentes con algún problema cardiaco deberían consultar a su cardiólogo antes de ingerir este tipo de productos, o que el consumo excesivo de bebidas energéticas mezcladas con alcohol o drogas, o ambas, puede ocasionar efectos adversos severos, incluida la muerte.

“Una lata de 250 mililitros contiene unos 80 miligramos de cafeína, que sería el equivalente a una taza de café, pero cada vez las presentaciones que se ofertan son mayores, con envases de 750 mililitros e incluso un litro. Podríamos estar hablando entonces de una concentración de cafeína equivalente a tres o cuatro de café. Pero hay que tener también en cuenta el efecto que pueden causar los demás componentes añadidos.

Debe considerarse que, dado el aumento del consumo de bebidas energéticas, los médicos deberían preguntar a sus pacientes adolescentes si las consumen para advertirles de los posibles síntomas que puede causar el exceso de sustancias excitantes y explicarles los riesgos que supone combinarlas con alcohol. Los padres deben estar informados sobre los riesgos de padecer arritmias cardíacas o desarrollar ansiedad y fobias por un excesivo consumo de esta bebida.

Dr. Josué Pichardo Médico Cardiólogo - Internista. Instituto Dominicano de Cardiología

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