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FOLCLOREANDO

Amelia, misión cumplida

Cuando la tuve, ya pasadita de edad, no me imaginé que ese tesoro iba a fortalecer mis fuerzas espirituales, emocionales, aunque no física, porque los abuelos no paren. Ella vino a llenar un vacío en nuestro hogar. Amelia disfrutó de un buen preescolar, que dirigió la Tía Mechy por años, luego en el Liceo Escuela Nuestra Señora del Carmen, que aunque tuvo muchos honores, al igual que Nathalia y Noelia, nunca les hice caso. Otra de las satisfacciones que siento fue el haberla inscrito en el Instituto Técnico Salesiano (Itesa) por cuatro años, graduándose de técnico en electricidad. Jamás dejaré de agradecer a personas que encaminaron a Amelia por buen camino, dándole consejos de vida, como Pedro Antonio Torres -Tony- , Rafael Crucito Morel, Henry Rodríguez, Rafael Casado y Luis José Calderón, del cual escuché de ella que siempre se preocupó por enseñarles a sus estudiantes cómo conducirse en sus vidas, aun siendo profesor de matemáticas. No olvidaré a Carlitos, que aunque no estará graduándose, porque se nos fue a destiempo, enviará desde el cielo lluvias de bendiciones a sus compañeros. ¡Señor, dale conformidad a la familia Infante Taveras! No olvidaré las noches y trasnoches de estudios en mi casa y en muchas ocasiones mi hija trasladarse para amanecer estudiando en una de las casas de sus compañeros, siendo la única hembra del grupo, y yo confiar en ella y en sus compañeros: ustedes también son mis hijos y los quiero “baisa”. Gracias a los padres de ellos por acogerla y protegerla desde que estuvieron juntos en Itesa. Este sábado próximo se gradúan de Ingeniería Eléctrica. Nos sentimos satisfechas como familia porque Amelia ya está trabajando en su área, que bailé muchísimo para pagarle una carrera en Intec, que no es un maíz, y que por dignidad no quise insistir para una beca en el extranjero ni aquí, porque no soy muy amante de las búsquedas o cabildeos. Siempre le dije que no quería estrés, que no se sintiera presionada por querer sacar notas altas, que la actitud es lo más importante en la vida y ella le ha sacado partido. Amelia, ya cumplí con el deber de madre, ahora me toca seguir con mi rutina bailable, elaborando mis otros libros y seguir con mis andanzas folklóricas.

¡Éxitos en tu vida!

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