Hechos históricos en una muestra de arte

Confirmando su enorme talento, Omar Molina Oviedo es el invitado especial de la celebración de 98 aniversario de Casa de España en el país. El creador plástico expondrá en dos vertientes vitales: el hecho histórico de la llegada de los españoles durante el descubrimiento de América, y la tradición de los artistas españoles que forjaron un profesorado al venir a República Dominicana, exiliados de Guerra Civil, y formaron un discipulado nacional que dejó huellas a su paso por la Escuela Nacional de Bellas Artes.

El expositor resume su producción pictórica así: “Lo inquietante de hacer una obra que ante el espectador resulte atractiva encierra una carga de energía que solo puede lograrse con la seguridad y el amor al oficio”. En Convergencia aborda con una variopinta ejecución de figuración, de un pintor contemporáneo, que deja tras su huella elementos de su cotidianidad reinante que fluye al realismo mágico que descubre y nos aportan la versión de su impronta.

En esas visiones de índole social, nos lleva al urbanismo, donde sigue sus rastros de la indomable versión de su paleta, valiente, expresándose sin miedo, con una seguridad en cada acierto, en cada trazo, cada color, hasta llegar a monocromático y se desliza por el violento rojo de la pasión, que lo antepone a sus azules degradados, y confluye a sus personajes desdibujados, como se nota en su personaje callejero, donde toda su energía la vuelca en su pieza.

Aunque la tauromaquia ha sido una temática recurrente, Molina recibe un gran espaldarazo de los directivos de Casa de España, para escogerlo, para que reflejara parte esencial de su cultura, y su tradición, el artista da un homenaje implícito a su abuelo, el artista ilustre de la pintura dominicana recién fallecido, al dar un paso más, en el legado de su maestro, quien le dijo que trabajara con ahínco y con buen juicio para lograr paso a paso la confirmación en el mundo pictórico.

Talento que nace de la formación Con una factura y una peculiar composición, en la que fluye su energía pictórica, este artista basa su talento en formación. Entró a los ocho años al taller de su abuelo; no lo hizo por casualidad ni por imitación, sino porque en ese niño germinaba una vocación, que hace grande paso a paso y con brillantez.