Kairós
Protección divina
“¡Qué deseables son tus moradas, Señor de los ejércitos!”. Anhelo encontrarme con el Dios vivo en la casa del Señor. Te pido, Señor, en este momento, protección, abrigo, lugar de reposo y de una dicha incomparable. Gozando de la dulzura del Señor, me encuentro seguro en el camino hacia la única y verdadera felicidad que es gozar de su presencia por años sin término.