Usureros irrumpen en casas para cobrar deudas

Usureros de Santiago cometen sus abusos sin órdenes judiciales, saquean viviendas de deudores que se atrasan en los intereses

Los prestamistas cobran altos intereses y por lo regular son compulsivos para cobrar cuando hay retrasos en los pagos establecidos en su negocio informal.

Los prestamistas cobran altos intereses y por lo regular son compulsivos para cobrar cuando hay retrasos en los pagos establecidos en su negocio informal.

Los usureros, como se co­nocen a los prestamistas, saquean viviendas de deu­dores cuando tienen entre cuatro y seis pagos de atra­so de sus intereses y come­ten otras acciones que no se ventilan en los tribuna­les, a pesar de la irregula­ridad de sus “negocios”.

La mayoría de los deu­dores se quejan de que los prestamistas les co­bran elevados intereses y que luego que han paga­do hasta tres y cuatro ve­ces el valor del préstamo, cuando deciden liquidar sus deudas, tienen que pagar también el capital e intereses adicionales, lo que estiman abusivo.

Asimismo, denuncian que cuando no pueden saldar sus deudas, por­que ya han pagado cin­co veces el valor de lo que les prestaron, los usure­ros irrumpen en sus ca­sas “con (tigueres), hom­bres armados” y que les llevan efectos electrodo­mésticos de valor, moto­cicletas y otros bienes.

Esa gente alega que se niegan a presentar de­nuncias en la fiscalía por temor a represalias, por­que la mayoría de esos prestamistas ilegales son muy violentos y defienden lo suyo a cualquier precio.

Yovanna trabaja en una banca de loterías de San­tiago y recuerda que su es­poso, que trabajaba como delivery, murió en 2019 en un accidente de tránsito.

Ella no sabía que su pare­ja había tomado a un pres­tamista 20 mil pesos para terminar de pagar un mo­tor que había comprado.

Pero con nostalgia e im­potencia cuenta que el usurero se presentó arma­do a su casa del sector Pe­kín, al sur de Santiago, con dos hombres más, le pidió la motocicleta, pero que al informale que la ha­bían vendido para cubrir parte del velatorio, le lle­vó una nevera, una lavado­ra y un televisor, alegando que eso había sido com­prado “con sus cuartos”.

“Le dije que mi pareja no me contó nada de ese préstamo; pero me res­pondió, no te haga la pen­deja y si quiere ve a la fis­calía y denúnciame, que la que pierde eres tú”. Dice que es madre de tres hijos pequeños y que por eso decidió dejar eso así.

El abogado Carlos García dice que las personas que se dedican a prestar dine­ro incurren en muchas irre­gularidades y lamenta que los deudores no presen­ten denuncias en las fisca­lías de sus jurisdicciones.

“Lo primero es que están cometiendo estafas, la otra irregularidad consiste en que tienen instituciones fi­nancieras clandestinas, que no pagan impuestos, por­que no están autorizadas por la Superintendencia de Bancos y otras entida­des del Estado responsables para esos fines”, aclaró.

Atrevimiento

Pero lo peor de todo ra­dica en el atrevimiento de entrar a un hogar sin orden de un juez, para llevarse lo que no les co­rresponde.

Justicia

Para Carlos García es importante que se co­mience a sentar prece­dente con ese tipo de personas.

Conflicto

Juan es un prestamis­ta de aquí, dice que los clientes se ríen al recibir el préstamo, pero cuan­do les cobra se enojan.

Los prestamistas cobran altos intereses y por lo regular son compulsivos para cobrar cuando hay retrasos en los pagos establecidos en su negocio informal.