Campesinos serán reubicados por construcción La Nueva Victoria piden tierras para trabajar

Se encuentra avanzado el proyecto habitacional que construye la Procuraduría General de la República para reubicar a 32 familias que viven en una porción de los terrenos donde funcionará el centro de corrección y rehabilitación La Nueva Victoria.

Algunas viviendas ya están a nivel de plato. Son casas de block, de tres habitaciones, sala, baño, y una pequeña cocina y una área frontal para jardín, que será el nuevo hábitat de esas familias; algunas de ellas viven actualmente en casas de madera y zinc en malas condiciones.

El proyecto de viviendas está ubicado en el sector Las Barias, en el municipio Guerra, próximo donde se construye, desde el pasado martes 19 de febrero, el centro penitenciario La Nueva Victoria, en el sector Las Parras, también del municipio de Guerra, en la provincia Santo Domingo.

Las familias ya fueron notificadas del traslado, y se mantienen a la expectativa, porque algunos moradores no quieren ser reubicados.

El señor Juan José Santana Torres, quien tiene 43 años, y nació en la casa de donde será desalojado, expresó que a través de la Asociación de Campesinos estaban luchando para que el Gobierno le entregara títulos de propiedad de los terrenos, debido a que allí tienen su casita y su conuco, pero expresó que “lamentable vino este “monstruo” (proyecto de la cárcel) y nos han desterrado”.

Mostró materiales de construcción con los que pensaba hacer una casa al lado de la de su papá, donde habita, pero indicó que no la ha podido iniciar porque se le informó que serán reubicados.

“Con este proyecto estamos parados, aquí vinieron, hicieron un censo, primero dijeron que la comida no iba a ser afectada y después a su acomodo, el censo fue utilizado al antojo de ellos, y vinieron diciendo que aquí no se quedaba nadie, que todo el mundo se iba”, se quejó.

No está acuerdo con la reubicación, porque sostiene que no le gustaría mudarse de donde ha vivido siempre.

“A mí no me gustaría que me reubicarán, porque es donde nacimos, y nos hemos criado”, sostiene.

Aunque vive en una casita de madera y zinc, dice que su problema no es un “rancho”, porque ya él estaba preparado para hacer una casa, donde piensa vivir cómodo. Administra una finca ubicada al frente de su hogar.

Su padre, Juan Santana Díaz, de 83 años, expresó que ve mal la reubicación, porque ya allí hizo su vida con su familia y producen para su sustento.

“Uno aquí cría un marrano, tiene una gallina, hace un conuco, hace varias cosas y así malamente uno se mantiene, uno no tiene una fuente de trabajo porque no ha podido tener un buen empleo, yo tengo nueve hijos, y nietos”, manifestó. Era operador de máquinas pesadas en el CEA, pero dice que ahora no puede trabajar porque se enfermó.

El señor Federico Antonio Reynoso Soriano tiene una casita dentro de los terrenos que serán utilizados para la nueva cárcel, aunque no vive en ella. Señaló que el proyecto penitenciario es una maravilla, pero dice que el problema es la reubicación, porque iba a hacer un conuco, y cuando comenzó, lo pararon.

“Ni puede uno clavar ni un clavo, ni remodelar, ni nada”, contó. Cree que no hay necesidad de que los reubiquen, porque están en una “puntita” de los terrenos, justo a la entrada del área donde el pasado martes se inició la construcción del moderno recinto penitenciario.

Estas personas levantaron sus viviendas en terrenos del CEA, entidad que los donó a la Procuraduría para la construcción del centro de corrección y rehabilitación.

Demandan tierra para sembrar

El presidente de la Asociación de Agricultores de La Parra, de Guerra, Víctor Javier Santana, sostuvo que tiene 110 tareas sembradas de caña, 30 de cítricos y 35 de cacao híbrido.

“Nos dicen que nos van a tomar en cuenta con los sembradíos, con las casas, esperamos que se nos cumpla”, señaló Santana, quien vive en el área de incidencia del proyecto penitenciario, junto a su esposa y sus cinco hijos.

“El proyecto me parece esencial, incluso lo veo como un logro de la asociación, porque hay terreno para hacerlo, esperamos que nuestros campesinos sean dignificados y reubicados de la manera correcta”, puntualizó.

El señor Cándido Rincón, de 76 años, quien ha vivido siempre en ese sector, dice que no se opone a que los reubiquen si le dan una vivienda y un pedacito de tierra para trabajar.

“Esto está bien (la nueva cárcel), no queremos que se vaya el proyecto”, manifiesta Rincón.

Su hija, Sandra Rincón, quien es secretaria de la Asociación de Agricultores, explicó que antes los terrenos donde se levantará la cárcel fueron vendidos por el CEA a unos empresarios de San Pedro de Macorís, pese a que los miembros de esa asociación los trabajaban.

“Estamos esperando, nos dijeron que nos van a dar una casa, pero los cultivos que teníamos aquí, quién nos lo va a pagar”, refiere Sandra Rincón, quien precisó que su familia tenía 110 tareas sembradas de cítricos. Apoya el proyecto penitenciario, porque los reos de La Victoria necesitan la humanización, y además, puede ser una fuente de empleos, ya que en el sector no hay muchas áreas para trabajar.

“No tenemos ningún tipo de problemas, apoyamos el proyecto, siempre que nos tomen en cuenta y nos den un trato justo”, enfatizó Sandra Rincón.