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ENFOQUE

Caram y su desatinada estimación del crecimiento

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Ramón Antonio González HernándezSanto Domingo

Según reseñas periodísticas publicadas en el matutino Hoy y en el diario digital Acento el pasado viernes 4 de enero, el dirigente reformista Guillermo Caram afirmó que el crecimiento económico de República Dominicana, deduciendo la deuda pública consolidada, fue de 3.7% en 2018 y no de 7.0% como fue anunciado por el Banco Central de la República Dominicana. El ingeniero Caram señaló además que, calculado de la misma forma, el crecimiento anual de la economía durante los 6 años que conforman el período de gobierno del presidente Danilo Medina fue de 2.1 %.

En un afán desmedido por llamar la atención y en un más que evidente interés de crear una imagen negativa, tratando de infundir en la ciudadanía desconfianza y escepticismo en las cifras oficiales del comportamiento de la actividad económica con fines de obtener algún provecho político, el señor Caram inventa una nueva técnica para medir el crecimiento económico, la cual a todas luces evidencia el escaso conocimiento y la poca o nula documentación que tiene en estos temas, muy lejos de la condición de profesional de la economía, para poder participar con fundamento y credibilidad en la discusión de los resultados.

En ese sentido, resulta descabellado e inconcebible que un ingeniero que haya ocupado la posición de gobernador del Banco Central se haya aventurado a plantear una hipótesis tan absurda en la que mezcla conceptos sin sustento teórico, ignorando completamente la disponibilidad incluso gratuita en el internet de los documentos metodológicos utilizados de manera universal para este tipo de mediciones, es decir el Sistema de Cuentas Nacionales 2008, publicado en conjunto por las Naciones Unidas, el Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Mundial (BM), la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OECD) y la Comisión Europea, los cuales no consideran descontar la deuda de un país para estimar el Producto Interno Bruto (PIB).

El cálculo realizado por el ingeniero Caram revela además que está completamente perdido conceptualmente y no comprende la diferencia entre PIB nominal y PIB real. Los resultados del crecimiento del PIB de 7.0% dados a conocer por el Banco Central son en términos reales, o de índices de volumen si se quiere emplear un lenguaje más técnico, por lo que no incluyen el efecto de la inflación o de la variación del deflactor del producto, en estricto rigor.

Es así como resulta inverosímil que Caram aplique al PIB nominal de 2017 (para colmo expresado en dólares) la tasa de crecimiento del PIB real para tener su punto de partida del PIB en dólares de 2018 y luego proceder a descontar a ese valor el monto nominal de la deuda pública consolidada, obteniendo de esa manera su indicador inventado de “PIB menos deuda”, el cual compara con el del año 2017 para concluir muy desafortunadamente que el crecimiento económico real de 2018 fue de 3.7%. El indicador de Caram implica descontar a una variable flujo como el PIB, que mide el valor de los bienes y servicios finales producidos en una economía en un año, una variable stock o de acervo como es la deuda pública consolidada que se ha venido acumulando a lo largo del tiempo, lo cual carece de sentido y arrojaría valores negativos en los países en los que la deuda alcanza más allá del 100% del PIB, tales como Japón (237.6%), Italia (131.8%), Portugal (125.8%), Estados Unidos (105.2%).

Por ejemplo, el “enfoque Caram de crecimiento económico descontando la deuda pública” aplicado al caso de los Estados de Unidos de América, nuestro principal socio comercial, llevaría a concluir que la economía de ese país experimentó un crecimiento negativo en 2018, razonamiento totalmente contrario a la realidad actual de estar creciendo por encima de su promedio histórico y con un mercado laboral en condiciones de pleno empleo.

Utilizar tasas de crecimiento reales para variables nominales y proponer descontar la deuda publica consolidada al PIB para intentar desmeritar el crecimiento económico experimentado por la economía dominicana, es sencillamente un error característico de una persona cuya única misión es crear incertidumbre a partir de cálculos errados, lo cual constituye un irrespeto a la sociedad. El ejercicio realizado por el Ing. Caram constituye un verdadero desacierto que solo tiene asidero en la cabeza de políticos y analistas inescrupulosos que viven cuestionando todo sin aportar soluciones, alimentando leyendas urbanas sin sustento técnico.

Con fines políticos Una vez más, la única explicación a los planteamientos de Caram es que los mismos fueron realizados con fines eminentemente políticos, buscando restar mérito al crecimiento experimentado por la economía dominicana durante la presente administración del Presidente Danilo Medina, vendiendo a la ciudadanía la infundada idea de que el crecimiento de la economía dominicana resultaría ser mucho menor una vez considerada la evolución de la deuda pública.

La realidad es que los resultados de la economía dados a conocer por el Banco Central el pasado 27 de diciembre muestran que el crecimiento del PIB de 7.0% en términos reales estuvo sustentado en el dinamismo de prácticamente todas las actividades productivas. Asimismo, desde la perspectiva del gasto o demanda agregada, las cifras arrojan que la demanda interna jugó un papel preponderante, con el consumo de los hogares y la formación bruta de capital de origen privado explicando el 87% del crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) en el año 2018.

Es lamentable que los intereses políticos sean utilizados a conveniencia para tratar de desorientar a la ciudadanía. Afortunadamente, un mínimo de sentido común es más que suficiente para rebatir los pobres argumentos del señor Caram.

La mayoría de los economistas del país, así como los grupos económicos y gremios empresariales y comerciales han reconocido como válidos los resultados de la economía ofrecidos por el Banco Central. Lo mismo ocurre con los organismos internacionales (FMI, Banco Mundial, BID, CEPAL), entonces uno se pregunta: ¿Qué persigue el Ing. Caram con sus planteamientos?

El autor tiene un Ph.D. en Economía

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