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FERNELIS CARRIÓN

Sacerdote acusado de asesinato en Villa Mella buscaba de "día y de noche" al joven Fernelis

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Carolina PichardoSanto Domingo Norte

“La iglesia tenemos que hacerla, oigan generación vamos a hacer nuestra iglesia en nuestra casa, porque ya no podemos creer en nadie, ni en pastores, ni en padres, ni en sacerdotes”, manifestó Dorka Trinidad, una vecina de Fernelis Carrión, un joven que fue encontrado muerto ayer, caso por el que sus familiares acusan a un sacerdote

El sacerdote a quien familiares y amigos acusan es Elvin Taveras, considerado como un hombre de confianza para la familia, al punto de que la abuela de la víctima, solo identificada como Ana, se encargaba de lavar y planchar su ropa.

Virginia Jiménez, una mujer que también vive en el sector Villa Marina, expresó que se siente dolida por la muerte. “La gente cree que el padre es un Dios, y hay un solo Dios, el padre es un hombre”, para luego agregar que Taveras iba de día y de noche a buscarlo a su casa, pero los vecinos nunca imaginaron que ocurría algo incorrecto, y en ninguna ocasión vio que le llevara regalos al joven.

Ramón Nolasco, un tío del joven también se encontraba fuera de la casa donde creció el niño, dijo que también se sentía consternado. Informó que Carrión pasaría a segundo de bachillerato este año escolar y que era considerado como un chico bueno. “A ningún familiar le habló de eso”, dijo. “El abuso que él cometió fue muy grande, a un niño, porque fue a un niño que él mató de 16 años”, insistió.

Noemi Peña Castillo, una de las vecinas que se encontraba entre los decenas de conocidos afuera de la residencia de Frennelis, dijo que estaba sorprendida de que supuestamente el sacerdote abusara y asesinara al joven.

La lugareña confesó que le daba pena ver a esa familia destrozada. “Tú nunca vas a ver a un padre de la Iglesia violando a una niña, solo son niños”.

Dorka Trinidad, otra conocida de la familia, manifestó que deberían aprobar una Ley para que los sacerdotes se casen y no estén con niños. “Ellos les compran tenis, buena ropa. ¿Qué va a hacer el niño? Caer en lo que ellos hacen y eso está muy mal”, dijo.

Gloria María Rodríguez, otra vecina, expresó que Carrión era como su hijo, porque lo conocía desde su nacimiento. “Como quien dice lo crie”, y agregó que ayer cuando se enteró de la desaparición pidió oración en su iglesia.

La mayor parte de los conocidos estaban fuera de la casa este medio día, pero luego, al comenzar la lluvia, se disiparon, la mayoría fueron a refugiarse debajo de una carpa.

Al principio, su tío confesó que el padre de la víctima no estaba seguro de que el cuerpo que las autoridades habían encontrado era el de Fernelis, pero después su hermano Alexander Saviñon confirmó su identidad.

Casa de la victima

Cerca de la puerta, al doblar a la derecha se encontraba la cocina de la casa. Allí, en una silla de plástico, estaba sentada la novia de Carrión, con un diminuto crucifijo dorado en su cuello y emocionalmente afectada: “¡Ay! ¿Por qué tu no me llevaste?”, gritaba mientras era sostenida por dos mujeres. “Nos llevábamos bien, todo el tiempo juntos, para todos los lados juntos”, decía.

Tenían dos meses de relación. La adolescente después fue sacada de la casa de la familia de la víctima y sentada enfrente. Aún lloraba.

No sabía de la existencia del sacerdote, no tenía conocimiento de que su novio iba a una iglesia.

En una pequeña habitación donde había una fotografía del papa Francisco sonriendo hay una cama donde estaban sentadas dos mujeres, y en una silla de madera, estaba la madre de la víctima, Rosanna Saviñon, quien con una voz afónica dijo que la justicia no alcanzaba para su hijo.

Nunca vio un comportamiento extraño en él, se enteró de los supuestos abusos tras el asesinato.