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Bostezos y risas en 10 horas de debates

EL AGOTAMIENTO FUE NOTORIO DENTRO Y FUERA DE LA CORTE

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Carolina PichardoSanto Domingo

De 9:30 de la mañana a 7:00 de la noche transcurren casi 10 horas en las que pueden pasar muchas cosas. Para los imputados que presentaron recursos de apelación en el caso Odebrecht, este tiempo fue agotado en la segunda Sala Penal de la Suprema Corte de Justicia, y pasó entre argumentos, utilizar el celular, hablar y bostezar.

Ayer se le daba seguimiento al conocimiento de los recursos presentados por cuatro de los diez que apelaron la medida preventiva impuesta por el juez de Instrucción, Francisco Ortega. El proceso se inició el jueves. El agotamiento en la sala era notorio. Cuando hablaba Pedro Balbuena, abogado de Ángel Rondón, Hirohíto Reyes, uno de los jueces, con lentes casi oscuros, bostezaba, cerraba los ojos por unos segundos y después varios minutos anotando datos. Frank Soto, a su lado, también bostezaba, con ojos pesados y en un par de ocasiones volteaba el rostro para comentarle algo a su compañero de estrado.

La magistrada Miriam Germán Brito, sentada en medio del estrado, se mantuvo firme, con los brazos cruzados y atenta a las palabras de los abogados. En la otra esquina estaba Esther Agelán Casasnova, quien de vez en cuando miraba hacia arriba y bostezaba.

Los acusados estaban sentados uno detrás de otro en los asientos de madera, a excepción de Temístocles Montás, quien se encontraba un poco alejado de sus compañeros, por razones de espacio. Este imputado casi nunca estuvo serio, con cualquier comentario de los abogados o algún juez se reía.

Pero no todo fue bostezos y risas. Cuando César Sánchez habló, con poco ánimo y con la voz apagada, dijo frente al estrado que no tenía las mejores condiciones de salud, pero que les agradecía a todas las personas que lo acompañaron en los momentos difíciles.

Ni gritos ni protestas Contrario al primer día, que motivó a activistas políticos seguidores de Temístocles Montás y de Andrés Bautista, que exhibiendo pancartas y vociferando proclamas, pedían la libertad de ambos dirigentes políticos medio del sol abrasador de la mañana y la tarde, ayer, segundo día de lo que forma parte del caso más sonado en mucho tiempo, todo transcurrió sin novedades en la parte frontal del edificio que aloja la Suprema Corte de Justicia.

Mientras en la Segunda Sala Penal, que actúa como Corte de Apelación, los abogados de uno y de otro imputado, postulaban e intentaban una decisión que liberara a sus defendidos del escarnio de la cárcel.

ATACAN RESOLUCIÓN CUESTIONAN VIDEO En la sala de audiencia hacía calor, algunas mujeres que al parecer eran familia de los imputados se refrescaron con abanicos de mano, mientras escuchaban los argumentos. Fuera, los vehículos de los medios de comunicación y de la Policía Nacional se alineaban espectantes, para “escapar” veloces hacia la cárcel modelo de Najayo No hubo gritos, ni gentío, ni aglomeraciones, ni vociferaciones, todo transcurrió en paz en las afueras, Solo un cordón policial bostezando rescotado de las barreras mantenía la seguridad auxiliados con sus armas de reglamento y los celulares.

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