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SERIE ESPECIAL (4)

Claves para no volver a las drogas

PERSONAS RECUPERADAS DICEN QUE SOLO SE REQUIERE TENER VOLUNTAD

A media mañana la oficina central de Hogar Crea Dominicano, ubicada en la calle Padre Billini de la Ciudad Colonial, está en plena ebullición. Un promedio de 25 personas asisten cada día al local que funciona como centro de referimiento con la esperanza de encontrar solución a su adicción a diversos tipos de drogas.

De esa cantidad, cerca de trece son admitidos, luego de cumplir con los requisitos exigidos, y distribuidos en los 43 hogares con que cuenta la institución a escala nacional para lograr la recuperación de usuarios de drogas, una labor en la que participan como empleados, técnicos y terapeutas personas que han salido airosas en ese proceso.

Anualmente se recuperan alrededor de 400 personas, lo que arroja una cantidad aproximada de 17,000 adictos reeducados desde que se puso en servicio el primer centro de Hogar Crea dominicano, el 15 de Febrero de 1975, en una casa abandonada del ensanche Alma Rosa, en la zona oriental de la capital.

La ampliación de los servicios demuestra la magnitud que ha alcanzado tráfico y consumo de drogas en República Dominicana desde entonces. La entidad cuenta actualmente con 37 hogares para hombres, tres destinados a mujeres, un hogar para menores, otro para personas VIH positivas y un centro de prevención de recaídas.

Cada Hogar alberga un promedio de 28 personas, exceptuando los centros de Alma Rosa, Cantizano, La Paloma y el de La Romana, cuyas plantas físicas pueden recibir hasta 75 residentes.

Lo sacaron de la zona de confort Una de las particularidades en Hogar Crea es que los orientadores y encargados de aplicar el tratamiento a los residentes fueron adictos que ya alcanzaron la recuperación.

Guillermo Oyarce, un chileno radicado en el país desde el 2012, inició el tratamiento en su país para recuperarse de su adicción a la cocaína y el alcohol en el 2000 y se graduó en 2007 de Técnico en Rehabilitación en la Universidad Santiago de Chile. Sin embargo, tuvo una recaída y fue enviado a República Dominicana como una forma de alejarlo del ambiente donde había tenido ese traspié y que pudiera completar el proceso.

Aquí logró superar la adicción y actualmente es el director clínico del Hogar Crea del sector Alameda de la capital, donde ahora ofrece apoyo y orientación a los que enfrentan la realidad que él ya padeció.

“A mí me sacaron geográficamente de la zona de confort que me hacía caer una y otra vez”, añadió sobre los beneficios de haber llegado desde Chile a República Dominicana. Oyarce refiere que el único requisito para ingresar a un Hogar Crea es tener la voluntad de cambio.

De adicto a sicólogo clínico Cesáreo Then, quien ahora ocupa el cargo de director de referimiento de la Oficina Central de Hogar Crea, narra que llegó a la institución en 1998, luego de que fuera detenido por posesión de estupefacientes por la Dirección Nacional de Control de Drogas (DNCD) y referido a tratamiento en la organización sin fines de lucro, en virtud de un acuerdo entre ambas entidades.

“Yo no entendía que era una persona enferma, eso lo reconocí aquí dentro del programa, cuando la gente entiende que tiene un problema y que requiere ayuda profesional es que verdaderamente logra reaccionar”, precisó.

Luego de completar su programa por uso de cocaína y marihuana, Then se graduó de sicólogo clínico en la Universidad Nacional Evangélica y actualmente tiene 12 años siendo director clínico de Hogares Crea.

“La sociedad no entiende el problema que estamos viviendo con la adicción a las drogas, y por eso rechazan a personas que se han rehabilitado, y las rechazan incluso cuando solicitan puestos de trabajo, no los ven como personas regeneradas”, precisó el profesional de la conducta.

Dirige el hogar del ensanche La Fe Emmanuel Ulloa Benítez, de 34 años, dirige el Hogar Crea del ensanche La Fe de la capital. Ingresó a la institución el 24 de abril de 2006 por adicción a la marihuana y cocaína que adquirió por la influencia de amigos y presión de grupos. Tenía 22 años, vivía con su madre y se había convertido en un joven que causaba muchos problemas en el hogar y la comunidad donde residía.

Su mamá trató de convencerlo de que buscara asistencia, pero como adicto al fin se resistió bajo el pretexto de que “no estaba en eso” y que su madre lo estaba inventando todo.

Su progenitora Sixta Benítez tomó la valiente decisión de citarlo ante la fiscalía para vencer su resistencia al cambio y le planteó el ultimátum de que buscara ayuda o tendría que irse de la casa. “En una actitud de rebeldía me fui para las calles”, indicó.

Comenzó a consumir junto a usuarios de drogas más crónicos y pronto había caído más profundo en la adicción, incluso llegó a traficar para obtener el dinero que le permitiera seguir en el uso de estupefacientes.

Cayó en una adicción crónica, pero un día durante un momento de reflexión optó por entar a Hogar Crea de San Cristóbal.

Tuvo una recaída que la considera parte de su tratamiento, pero finalmente completó el proceso.

Considera que un motivo que lleva más al fondo al adicto es el rechazo familiar y de la sociedad, por eso exhorta a mantener la autoestima alta. “Mi mayor satisfacción ahora es ayudar a las personas que están pasando por la misma realidad que yo padecí y brindarles la opción de que puedan tener otra vida”, expresó Ulloa, quien dijo que su interés de aprender y ayudar a los demás lo llevaron a esa posición de liderazgo que ahora ocupa.

(+) TRABAJA CON PERSONAS QUE TIENEN RECAÍDAS Yenaro Avelino, de 39 años y director Hogar Crea de Prevención de Recaídas, ya a los 13 años consumía marihuana, cocaína y luego crack, incitado al principio por una amiga de su madre, en la Zona Colonial.

“La amiga de mi madre me sacó a dar una vuelta y me puso a oler cocaína”, indicó el terapeuta, quien agregó que ese fue el detonante que lo llevó a usar otros tipos de drogas. “Esto es un infierno, caer en un abismo que acaba con tu vida”, dice Avelino, quien se vio en lugares bajos que desdecían de la formación que le dio su familia.

Puntualiza que es una enfermedad incurable y en la que recibes mediante un tratamiento las herramientas para sostener tu sobriedad. “No me olvido de mi pasado para no regresar a la adicción”.

Agradecidos. En algunos hogares de internamiento tienen facilidades para que los residentes puedan ejercitarse y recrearse.

Nota del editor.

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