Nuncio del Papa: Dios ha dejado sus huellas en RD

“Dios ha dejado sus huellas en este país a través de su hijo amado Jesucristo”, expresó el nuncio apostólico Jude Thaddeus Okolo, durante una eucaristía de despedida de la nación que lo acogió el pasado 7 de octubre del 2013, cuando fue designado por el papa Francisco en sustitución de Josef Wesolowski.

Okolo, quien fue nombrado el pasado mes de mayo Nuncio Apostólico en Irlanda, agradeció la acogida del pueblo dominicano y de manera especial a los miembros de la comunidad Emaús, a quienes exhortó a continuar hacia adelante en el camino del Señor.

La misa fue oficiada en la parroquia Stella Maris (Estrella del Mar), donde se congregaron decenas de hombres y mujeres de la hermandad Emaús de Santo Domingo, además del vicario episcopal de Santo Domingo Este, monseñor Benito Ángeles.

“Ustedes son una nación consagrada y lo digo porque es la verdad, yo he visto muchas naciones”, manifestó.

El diplomático de la Santa Sede exhortó a los feligreses a poner en práctica la gracia de Dios, aceptarla y reconocerla.

Durante la homilía, Okolo recordó su llegada al país, el recibimiento y las cosas que le impresionaron, como la cultura.

Contó anécdotas sobre las peticiones que le hacían feligreses fanáticos de los equipos de béisbol Águilas y Licey, así como la música y la alegría que distingue a los dominicanos.

Monseñor Benito Ángeles agradeció a Dios por la vida del Nuncio, a quien calificó como un hombre de fe y de pueblo que ha servido a la iglesia con humildad.

“Gracias a Dios por el regalo que en estos tres años ha hecho a la República Dominicana, un hombre de Dios y un hombre de pueblo, de fe y con sentido apostólico que nos está dejando una fecundidad apostólica con una plataforma de entusiasmo muy grande y al mismo tiempo de identidad con el pueblo y la comunidad”, expresó el vicario episcopal.

Ángeles rogó porque el Nuncio Apostólico siga siendo inspirado del espíritu en donde sea enviado, y afirmó que ha dejado un verdadero patrimonio de pastor y servidor fecundo en su vida ministerial.

Entre aplausos y muestras de afecto fue despedido el Nuncio por la hermandad Emaús, la que aseguró que Okolo deja una huella imborrable.