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BOMBEROS EN EMERGENCIA

Un camión contra incendios para 180 mil habitantes de Peravia

Los bomberos de Baní quieren cambios en la ley que los rige para así lograr que fluyan recursos a favor de esas instituciones a escala nacional.

El Cuerpo de Bomberos de Baní funciona en el mismo centro de la ciudad, en un estrecho local donde “caben sus miembros”, empero eso no impide que cumplan con su responsabilidad social, cubriendo de extremo a extremo las emergencias de la provincia Peravia.

Una población de más de 180,000 habitantes exige día a día la presencia de estos servidores publicos que, en esta ciudad, apenas cuentan con un camión para sofocar los incendios y con limitados equipos de combate.

La provincia Peravia posee una extensión geográfica de unos 788 kilómetros cuadrados, tres municipios y 10 distritos municipales y cuenta con algunas pequeñas estaciones de bomberos en ciudades como Villa Fundación, Matanzas, Villa Sombrero y Nizao.

Un dato común es que ninguna de ellas dispone de camiones contraincendios, por lo que este tipo de servicios le corresponde a los bomberos de Baní y con su único camión antiincendios.

Los bomberos banilejos tienen que realizar sus labores de cada día “a manos peladas”, entre limitaciones y precariedades.

El coronel Luis Roberto Pérez, subintendente de esta institución, explica que los bomberos permanecen en ella más por vocación que por los pocos beneficios que perciben.

El único vehículo antiincendio que poseen en el local fue donado recientemente por la ciudad de Milton, Massachusetts.

Precariedades Aunque un bombero necesita equipos especiales para atender los llamados de emergencia, aquí esa labor se debe realizar solo “con el deseo”.

“La mayoría de los bomberos entran a los fuegos en camisetas, tenis y muchas veces hasta en chancletas, aunque deberían contar con equipos de salvamento, herramientas de combate y equipos de protección, como capas, guantes, cascos, extintores de incendios, entre otras”, refiere Pérez.

Al respecto explica que la ambulancia que sirve de unidad médica está dañada y su reparación cuesta sobre los 100,000 pesos, de los que no disponen.

Lamenta que no haya una política del Estado para resolver los males de los bomberos del país y el Ministerio de Interior, responsable de suplir estos equipos, “no se refiere nunca a quienes integramos estas instituciones”.

Quienes apoyan El intendente de los bomberos de Baní afirma que, en cuanto a los ayuntamientos, que son los “responsables directos de sostener y mantenerlos” en todo el país, no disponen de recursos para afrontar estas necesidades.

Al referirse a la situación de los bomberos de este municipio, Pérez dice que no es diferente a la de otros cuerpos en el país y, como elemento fundamental, destaca los bajos salarios que devengan, que apenas oscilan entre 4,000 y 5,200 pesos, lo que no alcanza “ni para alimentar a la familia por tres días”.

La alcaldía municipal cubre la mayor parte de los salarios de los bomberos a través de una subvención de 110,000 pesos, pero el monto total de la nómina de esta entidad de socorro es muy superior y para cubrirlo tiene que recurrir a la venta de agua con un camión cisterna que lleva el servicio a domicilio.

Por ese servicio reciben recursos para mantener los camiones y adquirir parte del combustibles que consumen, ya que el ayuntamiento les asigna 1,500 pesos semanales para ese renglon, y eso, según Pérez, “no da ni para el uso de un vehículo liviano”. Ellos consumen entre 30,000 y 35,000 pesos mensuales de combustible.

Riesgos Explica Pérez que los bomberos son hombres y mujeres que a diario exponen sus vidas al peligro y, sin embargo, “no cuentan ni con seguro médico ni con seguro de vida”.

Afirma que si un bombero sufre un accidente en sus labores, sobre todo en una extinción de incendio, para comprar sus medicamentos tiene que hacer una colecta entre compañeros y amigos o pedirle a alguna autoridad. “Esta es una situación sumamente difícil la que vive un bombero”, dice el coronel Pérez.

Como ejemplo expone que han perdido algunos de sus miembros en el ejercicio de sus funciones y la familia ha tenido que pasar “las mil y una, porque no tenemos una respuesta de la institución ni del Estado, ni para el sepelio”. Por eso, afirma, “yo digo que el bombero dominicano es el mejor bombero del mundo. En otros países un bombero en combate está bien protegido”.

El Cuerpo de Bomberos de Baní lo conforman 24 hombres y mujeres, nominales, con edades entre 19 y 40 años de edad. Hay otros 40 que conforman la Guardia de Voluntarios, que se llaman en casos de emergencia.

La estación de bomberos de Baní cubre servicios en prácticamente toda la provincia, desde Sabana Buey y Salinas hasta la zona de Nizao, Santana, Pizarrete y Las Barías. Y en ocasiones socorren las provincias vecinas de Azua y San José de Ocoa.

Avituallamiento Cada día la dirección de esta estación bomberil debe proveer de desayuno, comida y cena a entre 20 y 24 de estos hombres y mujeres en servicio.

Sobre los alimentos, explican que tienen dificultades porque dependían del Plan Social de la Presidencia, pero hace seis meses que no les llegan esas raciones.

Para paliar esta necesidad se han convertido en “cuidadores de los motores” que dejan ciudadanos próximo al cuartel que ocupan y se van a realizar alguna diligencia en negocios cercanos. “Esa es la verdad”, recalca Pérez.

El servicio El jefe del cuerpo de bomberos de Baní dice que ellos tienen que “servir hasta para remedio”, pues tienen que hacer de todo. Desde la extinción de incendios hasta socorrer accidentes de tránsito, fuegos forestales, problemas de postes del tendido eléctrico que en algún momento representan un peligro para los ciudadanos.

También atienden problemas sanitarios en algunas escuelas y la cárcel pública, además de ser llamados para controlar casos ocasionales de animales en las vías y “hasta cuando hay problemas de criminalidad en algunos barrios, nos llaman para ser enlace con la Policía”.

Capacitación Los miembros de las unidades reciben capacitación de forma permanente.

Hombres y mujeres participan con entusiasmo, sin embargo, existe una dificultad, “es que muchos están limitados por su nivel educativo” y los bajos salarios no motivan a los jóvenes de mayor preparación a enrolarse.

Expresa que para tratar de lograr cambios significativos, ellos y otros cuerpos de bomberos están impulsando a nivel nacional un proyecto de ley que procura modificar la Ley de 1910 que rigen los cuerpos de bomberos.

Para esto buscan el concurso de las autoridades locales y de los congresistas.

Entrega. Hombres y mujeres, aunque sin devengar un salario adecuado, se entregan cada día a una labor de servicio comunitario.

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