Carencias ahogan a politécnico de Baní

El Politécnico Máximo Gómez, localizado en esta ciudad, atraviesa por una crisis económica y carencias de recursos didácticos y tecnológicos que ponen en peligro la calidad de los procesos educativos del centro, así como las competencias técnico-profesionales que deben alcanzar los egresados de sus aulas.

Según denuncias de la Sociedad de Padres y Amigos de este Centro Educativo (APMAE), esta escuela, cuyos egresados se disputaban empresas e instituciones locales y nacionales por su alto nivel de preparación técnica, atraviesa en estos últimos años por una carencia total de recursos que limita su desempeño y pone en riesgo la calidad de la preparación de sus alumnos.

Según su director actual, el profesor Felipe Peña, el centro tiene una oferta curricular de seis carreras: Informática, Contabilidad y Gestión Administrativa, Frutas y Hortalizas, Productos Lácteos, Procesamiento de productos Cárnicos, Finanzas y Mercadeo, empero, las precariedades económicas ponen en riesgo de desaparecer esta oferta curricular.

Entre las más sentidas necesidades del centro destacan la situación del laboratorio de Informática, donde de 30 computadoras que tenía, hoy no tiene ni una sola en uso, pues todas se fueron dañando una a una hasta quedarse sin una sola máquina en funcionamiento.

A la hora del almuerzo, sus alumnos tienen que comer de pie sus alimentos, con los platos en la mano, debajo de los árboles del patio o en los pasillos, pues el centro carece de un comedor para los estudiantes, que son más de 300 provenientes de diferentes provincias del país. Este valioso centro educativo de Baní, la región Sur y del país, fue construido en 1999 por el Gobierno cubano, como un regalo del recién fenecido comandante de la Revolución Cubana, Fidel Castro Ruz, al pueblo de Baní, en reconocimiento a los aportes del Generalísimo Máximo Gómez a la independencia de esa nación caribeña.

Los directivos de la Sociedad de Padres revelan que tampoco tienen las herramientas necesarias en el área de Contabilidad ni pueden adquirir las materias primas para las prácticas en los talleres y laboratorios para las clases de cárnicos, lácteos ni procesamiento de vegetales.

“Ya no se procesan embutidos, ni queso, ni boruga, que eran productos de los talleres de esta escuela, que revelaban en otros años la calidad de sus estudiantes, así como la capacidad de autogestión del centro”, se quejan con amargura los directivos de la APMAE. Varios de sus docentes trabajan por contratos desde hace años, sin que se haya producido su nombramiento, como se prometió al ser reclutados.

NO TIENEN CIRCUITO 24 HORAS EN EL CENTRO Asimismo, Miguel Báez, presidente de la directiva, critica el hecho de que, aunque el tendido eléctrico del circuito 24 horas de energía eléctrica de EDESUR pasa frente al edificio del politécnico, el plantel se queda a oscuras cuando se va la luz, ya que no gozan del privilegio de energía permanente.

La APMAE considera inexplicable que el más importante centro educativo técnico-profesional de la provincia padezca todas estas necesidades por varios años, sin que del sector educativo se haya preocupado por resolver estas urgencias ni mucho menos otras autoridades provinciales ni municipales.

El politécnico fue donado por Fidel Castro, entonces Presidente de Cuba, durante una visita que realizó al país en 1998.