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ENTREVISTA

Rey Andújar: Yo soy el escritor más importante no de la República Dominicana, sino de la galaxia, para mí mismo

NUESTRA SOCIEDAD HA CREADO UN CIERTO TIPO DE “INTELECTUAL” QUE PRIMERO SE SIENTE AGREDIDO, Y AL RESPONDER, REDOBLA LA OFENSA

Rey Andújar es uno de esos escritores jóvenes que si bien cualquiera cree que es un desvinculado de su país, comete un error. Su última novela, Los Gestos inútiles, galardonada con el Premio Alba de Narrativa 2015, respira dominicanidad en sus torrenciales tremedales de la investigación policial, en los alientos de su atmósfera y nos vuelve a la espejeante bruma de un clima de narración y fragmentación cultural.

Se trata de un escritor joven, cuya carrera ha fecundado en el exterior, consustanciado en Puerto Rico, y en Estados Unidos, y al final de esta entrevista deja una sensación de que en él no todo se ha dicho. Tiene una creencia, la crítica literaria debe ser libre y frecuente, abierta al diálogo.

“No dan ganas de criticar o reseñar libros en nuestro patio. Hay que ser cuidadoso. En ocasiones, el ejercicio que debería funcionar para generar un intercambio fructífero, cae presa de la emoción. Nuestra sociedad ha creado un cierto tipo de “intelectual” que primero se siente agredido, y al responder, redobla la ofensa. Escribes un texto y luego quieren meterte “los pelos paentra”.

Rey Andújar tiene el potencial del escritor de nuevo aliento que demuestra que cada uno de sus libros constituye su propia voz. Para él no hay favoritos y sobre todo se define como el escritor más importante no de República Dominicana, sino de su propia galaxia:

“Lo de ser “el más importante” es muy relativo, especialmente en asuntos de pensamiento, arte y literatura, ya que estas ramas de la vida están ligadas a la emoción, lo cual hace todo presa fácil de la subjetividad, de las ligerezas. Yo soy el escritor más importante no de la República Dominicana, sino de la galaxia, para mí mismo, cuando estoy escribiendo. Ese trance es personal y no va más allá de la escritura. En todo caso me gustaría ser el más leído, que no lo soy.

En esta entrega nos refrescamos con una voz en ascenso y no por ello ególatra, que contrario a otros escritores que reniegan de su propio país y hacen causa común con iniciativas académicas a veces contrarias a nuestra naturaleza e idiosincrasia, está asentado sobre las bases sólidas de su propia formación.

De Rey Andújar se puede proclamar su admiración por escritores de la dominicanidad como Aida Cartagena Portalatín, Marcio Veloz Maggiolo y José Alcántara Almánzar, de estos últimos ha abrevado de consejos para hacer más consistente su paso por la andadura literaria.

A continuación La Entrevista:

Los Gestos inútiles, es una novela en la que capturas nuevamente la esencia casi nostálgica de hechos que involucran a tu país y que nos muestran algunas ráfagas de lo que fue tu primera novela Candela, ¿qué quieres recuperar o decir con este texto?

Tengo gran admiración por la escritura policial. Con mis primeras novelas, El hombre triángulo y Candela, quise explorar estas posibilidades pero me vi frente a un problema: el de la corrupción. ¿Cómo escribir sobre justicia en un medio como el mío? Digamos que me lancé a la escritura consciente del conflicto y esas novelas son resultado de ello… esto es, no me planteé escribirlas de esa manera, sino que tuve que trabajar con lo que tenía a la mano. Resignado ante la idea de la conducta o la moraleja que pueda tener el texto, y tratando de alejarme del pesimismo y el cinismo, me propuse retomar algunos cabos sueltos en una novela que primero, por mucho tiempo, mientras anduvo por varias editoriales, se llamó Lubrini. Varios intentos y manuscritos después, luego de mucho borrar, botar y eliminar, quedé con un texto al que denominé Los gestos inútiles. Me concentré en hechos políticos y sociales ocurridos de los 70’s a los 90’s específicamente, y a una geografía entre Puerto Rico y Santo Domingo, pero estas variables son referencias, en realidad no creo que valga la pena ubicarla en algún momento histórico. Creo que el tiempo de la novela es el tiempo de la novela.

En la parte metafórica, quise continuar con una línea de personajes que ya venían habitando conmigo desde hace tiempo, como Gideon y Lubrini. En la parte práctica decidí hacer uso de la experiencia que he ido adquiriendo poco a poco… sobre todo de los errores. Antes de escribir el texto definitivo de la novela, tuve que escribir y defender mi tesis de doctorado y cabe destacar que el sistema de notas y lecturas que apliqué para completar ese proyecto, me sirvió bastante al momento de dar la estructura final al libro. En esta novela retomo el tema de la corrupción y la impunidad, hago ciertas anotaciones y dislocaciones de nuestra historia reciente, pero nunca con ánimo de juzgar, me cuidé mucho de eso. Digamos que yo manejo la historia para mi propio beneficio, para poder contar las peripecias de mis personajes y darle solidez a la trama. Para mí la trama es lo más importante.

Con Los gestos inútiles recibiste un galardón internacional importante, que fue el Alba 2015, tu novela Candela, editada por Alfaguara en el país fue premiada por el Pen Club en Puerto Rico, ¿eso te catapulta y te hace el escritor dominicano joven más importante en este momento?

Lo de ser “el más importante” es muy relativo, especialmente en asuntos de pensamiento, arte y literatura, ya que estas ramas de la vida están ligadas a la emoción, lo cual hace todo presa fácil de la subjetividad, de las ligerezas. Yo soy el escritor más importante no de la República Dominicana, sino de la galaxia, para mí mismo, cuando estoy escribiendo. Ese trance es personal y no va más allá de la escritura. En todo caso me gustaría ser el más leído, que no lo soy.

Para mí esos premios son importantes porque me han permitido ampliar mi círculo de lecturas y lectores. He podido discutir sobre mi trabajo con amigos y amigas fuera del ámbito local y eso me ha demostrado que nuestro lenguaje y nuestras historias son importantes. Estos libros me han permitido formar parte de una conversación más extensa y me han permitido discutir y debatir en otros planos. Esto necesariamente no te hace escribir mejor, pero para mí ha sido una gran escuela de la paciencia. Fíjate (la vida secreta tras cada libro), Los gestos inútiles es un texto que antes de ser premiado, pasó por muchas editoriales, incluso editoriales en las que ya había publicado, y no prosperó. Pude haberme desanimado ante las críticas y las negativas. Sin embargo, eché mano de las críticas que entendí constructivas y trabajé el texto más a fondo. Terminé enviándolo a Cuba, primero porque creía en el proyecto y segundo, porque no quería tener eso en la cabeza. Recibir la noticia del premio fue una gran, grata sorpresa. Luego el viaje a Cuba y a México en febrero, a las ferias de libro, las presentaciones de la novela y el ánimo y la alegría de las conversaciones… Ver que tu texto puede defenderse solo; ser testigo de la vida ya no tan secreta de tu libro. Quizás para eso también se escribe.

En dos párrafos, ¿quién es Reynolds Andújar, qué lo diferencia de Rita Indiana, Junot Díaz o que te acerca a esos dos escritores de origen dominicano, en términos de creación literaria?

Rey Andújar es un tipo multi-interesado que aborda varias líneas artísticas desde la escritura, el cuerpo y el lenguaje. La escritura es en realidad la manera de organizar las cosas, los pensamientos, las dudas y las intuiciones. El cuerpo es para mí fuerza y reflejo… logro entender e interactuar con el lenguaje a partir del cuerpo y el espacio. No trabajo necesariamente con el público en mente pero sí espero que estas cosas sean transparentes cuando presento mis resultados, cuando los comparto con los demás.

Escribí poemas como todo chico joven pero me cuidé de mostrarlos. Luego de unos viajes y algunos negocios que no dieron resultado, entré a la facultad de negocios de la Universidad APEC y empecé a trabajar en McDonalds. En la universidad empecé a leer a Borges y a Cortázar. Garabateaba poemas y obras de teatro pero no mostraba eso a nadie. Empecé a leer a Bosch gracias a una obra de teatro en la que participé durante unas clases de actuación en APEC con Germana Quintana y Lidia Ariza. Hice una maestría en Gerencia de Mercadeo y me fui a Estados Unidos. Para ese tiempo ya era un lector súper disciplinado y estaba loco con Bryce Echenique. En Nueva York, bajo su influencia, escribí mi primer cuento, El factor carne.

Leí todo lo de Rita Indiana en Santo Domingo antes de partir. También asistí a sus puestas de performance. Fui testigo de el performance que luego se convirtió en Rita y sus misterios. Siempre con una gran sentido de admiración equiparado con un ojo crítico. Sigo muy atento todas sus cosas y enseño su trabajo al menos una vez al año en algún curso, precisamente ahora, que Papi ha sido traducida al inglés por Achy Obejas (también traductora de Junot Díaz) y publicada por Chicago University Press. Recién acabo de entrevistar a Achy Obejas y pudimos hablar ampliamente no solo de Rita sino de Junot, a quien empecé a leer cuando llegué a Nueva York y tuve la oportunidad de conocer hace muchos años en San Francisco University durante unos talleres de verano. El trabajo de Junot es fundamental para entender nuestra literatura, sus límites y alcances. De sus libros siempre he preferido Drown y lo leo cada semestre con los estudiantes en mis seminario Geografías de la soledad: la civilización latinoamericana.

Ya tienes un trecho importante recorrido, el estilo de tus libros, por ejemplo Amoricidio, Saturnario, incluyendo Candela, han perseguido una especie de búsqueda no encontrada en lo que respecta a una voz que te defina, ¿cuál libro de los tuyos eres tú?, ¿Ya encontraste esa voz?

Yo soy todos mis libros. Me desvivo afinando el oído para tratar de atajar los vicios, las distracciones y ruidos en mi escritura, y si he encontrado cierto color en mi voz narrativa ha sido gracias a la exploración con los personajes y al trabajo con la dramaturgia del cuerpo. He encontrado cosas muy gratas pero en realidad son paradas para seguir construyendo textos. José Alcántara Almánzar me dio un gran consejo, me sugirió considerar el texto, las palabras, como herramientas muy cuidadosas. Marcio Veloz Maggiolo me dijo una vez “No te precipites”. Esas son joyas que tengo pendientes. Trato de poner la emoción en los libros y mantener la cabeza y el corazón claros al escribir.

¿Cómo ves a los jóvenes escritores dominicanos, y a los viejos y consagrados?

No tengo una formación literaria dominicana como tal porque no seguí la ruta de los talleres y las juntas poéticas. Mi formación intelectual tuvo mucho más que ver con el performance y el teatro de mano de Loraine Ferrand. Mis interacciones con los escritores, las que importan, pues han sido muy fructíferas y dentro del marco del respeto y la colaboración. Empecé a leer literatura dominicana en Puerto Rico, durante mis años de doctorado, y a partir de ahí, con la elaboración de una tesis sobre la obra de Aída Cartagena Portalatín, pues se me siguieron abriendo puertas en mi propio país. Y esta apertura de puertas ha significado también la posibilidad de tener acceso a lo que se publica en nuestra media isla. Hasta hace poco estuve reseñando literatura dominicana de manera muy regular en Acento.com. Así que tengo una muy buena relación con lo que se escribe en Dominicana.

¿Hay alguna evolución fundamental en el Rey Andújar artista de la escena o el escritor que busca su rumbo?

Digamos que sí. Al tener una formación teatral y un interés tan marcado por la ficción, pues siempre soñé escribir y trabajar para cine y teatro y ese es un sueño que ido forjando de a poco. Estrené una obra de teatro titulada Adverses que abrió en primavera y ahora en otoño va para una segunda ronda de presentaciones. En el momento de escribir estas palabras pues una versión de mi novela Candela está en proceso de pre-producción de mano de Andrés Farías Cintrón, el director del corto Tiznao, que está basado en mi escritura y anda por varios festivales internacionales. Hay otro proyecto, para el cual fui contactado como guionista, que entrará en producción a finales de año. En estos momentos me encuentro trabajando dos guiones que, aunque no tienen productora, ya están apalabrados como se dice, con otros directores.

Si se acercara alguien, un niño de diez años, un adolescente de catorce, un joven de veinte o un adulto joven de 40, qué libro de los tuyos le recomendarías?

El factor carne, fue mi segunda publicación y es una locura de libro. Es el libro que ningún joven escritor debería publicar, y sin embargo, le tengo mucho cariño a ese texto. Fui publicado por la editorial Isla Negra. Estamos preparando una nueva edición del mismo con ilustraciones del pintor José Levy.

¿Sigue siendo República Dominicana un país de poetas y cuentistas, o la novela rompió esos esquemas?

De qué manera puedo responder… a ver… Digamos que me gustaría que la República Dominicana se reconociera como un país de lectores. Creo que aspiramos a una gran cultura y la medimos por la cantidad de publicaciones y no por los libros leídos, por la gente que lee, por las tasas de alfabetización. El lector es algo que se construye, no aparece de la nada. Pero si me la pones difícil para ir a la escuela, y encima tengo que sentarme en un block o en el piso, en un aula sin techo, pues entonces la lectura no es una prioridad. Lo que te dice entonces que mucho de los que estamos escribiendo, no hemos leído. Eso es grave.

¿Hace falta una crítica literaria seria y objetiva o estamos bien a la libre, sin que nadie enfile los cañones hacia la novelística nacional?

La crítica debe ser libre y frecuente y abierta al diálogo, al debate. He reseñado textos que me han permitido establecer cercanías muy especiales con varios escritores. Pero como todo, esto tiene un lado negativo y es horrible. No dan ganas de criticar o reseñar libros en nuestro patio. Hay que ser cuidadoso. En ocasiones, el ejercicio que debería funcionar para generar un intercambio fructífero, cae presa de la emoción. Nuestra sociedad ha creado un cierto tipo de “intelectual” que primero se siente agredido, y al responder, redobla la ofensa. Escribes un texto y luego quieren meterte “los pelos paentro”. Este tipo de violencia seduce y distrae bastante. Al final no queda nada productivo sino malentendidos, insultos y la desacreditación. Quizás debamos tomarnos un poco menos en serio y entender que a lo sumo, los libros deben defenderse solos. Además, al final del día, nada de eso importa. Ni el crítico, ni el escritor… importa el libro y el lector. Si el libro es bueno, aunque no te guste, te quema, y el lector lo sabe. Punto.

¿Qué crees que falta en República Dominicana para que el escritor real, quien trabaja en un ejercicio sincero, cuente con las herramientas que faciliten su ejercicio, tomando en cuenta un mercado editorial prácticamente complejo cuando no inexistente?

No me cabe duda de que en nuestro país hay muchos escritores y escritoras reales, sinceros y conscientes de las herramientas de su ejercicio. No puede haber mercado editorial sin lectores y a esos los tenemos relegados. El trabajo hay que hacerlo en otro lado, me parece. El lector necesita mucho, el escritor puede hacer su trabajo donde sea, no necesita tanto. Al principio puede parecer que sí, que se necesita un esquema editorial y tal, pero no. El que escribe o la que escribe, escribe donde sea, con los materiales que están a la mano. El valor está ahí.

Sentarse a esperar a un crítico u organizar tu historia literaria a partir de lo que diga una editorial, no tiene sentido. Eso atrasa y llena de miedos y resentimientos que terminan en el cinismo deliberado que también abunda por ahí.

¿Puede República Dominicana presentar sin muchas dificultades a la comunidad internacional a un escritor con base sólida que califique para apostar por el Premio Cervantes, o el Nobel de Literatura? ¿En quién piensas?

Se me rompe la cabeza, perdona, pero es que no puedo pensar en términos así tan absolutos. Un Nobel a un dominicano o dominicana sería un premio más al país que al homenajeado. Quizás nuestro país podría hacerle un regalo al Caribe y al mundo y crear una nueva generación de lectores… lectores y lectoras atrevidos que, y la redundancia vale, se atrevan a los textos sin juicios preconcebidos. Dice Italo Calvino que la magia del relato no está en la voz, sino en el oído.

¿Qué opinas del desdén que se muestra desde muchos ámbitos hacia los autores dominicanos y las preferencias de autores del exterior sobre nuestros escritores, es cierto que esto se debe a que tienen una mayor calidad o que se trata de una realidad impuesta por las propias deficiencias sistémicas del país?

Estas cosas regularmente pasan por un proceso de mímesis. Si nuestros escritores son ninguneados y el chisme va primero que la obra, pues fuera del país la valoración partirá desde ahí. Un lector bravo va a exigir el texto que quiere leer. Pero es difícil enfrentarse a la literatura local. La calidad es una cosa subjetiva. El problema está en otro lado.

¿Qué escritor o escritora dominicana te representa y por qué?

Aída Cartagena Portalatín, porque su voz intentó recogerlo todo.

¿Existe una novela dominicana? ¿Quién la escribió? ¿La escribiste tú?

Creo que existen muchas novelas espectaculares y que Escalera para Electra es una de ellas.

¿Qué te parecen las intervenciones de los intelectuales dominicanos en las redes, se abusa de Facebook, los temas que tratan son frívolos, inducen al debate o deberían alejarse un poco?

Cada quien tiene su manera de trabajar y sabe cómo le funcionan las cosas. En mi caso pues procuro de manejar mi vida en las redes sociales con moderación. Yo bailo en privado como si fuera a descocotarme el espinazo pero escribo emails y mensajes de Facebook como si los fuera a leer en el tribunal mañana en la mañana. Escribir, en mi caso, que tengo variadas obligaciones, es algo que toma mucho tiempo y el Facebook me distrae bastante, así que trato de ser moderado en este aspecto. Pero creo que todo tiene su beneficio, porque si uno tiene suerte, Facebook puede ser también el lugar de la risa y el ridículo, lugares que conozco muy bien y me mantienen con vida.

Biografía activa:

Rey Andújar es autor de varias novelas y cuentos, entre ellos El hombre triángulo (Isla Negra Editores) y Candela (Alfaguara), seleccionada como una de las mejores novelas del 2009 por el PEN Club de Puerto Rico. Los cuentos de Amoricidio recibieron el Premio de Cuento Joven de la Feria del Libro en el 2007 y fueron publicados por la editorial Agentes Catalíticos en Puerto Rico. Su colección de cuentos Saturnario fue galardonada con el Premio Letras de Ultramar 2010, traducida al inglés y publicada por Sietevientos en Chicago y México. La editorial mexicana Librosampleados publicó el cuento Ecuatur, que obtuvo el primer lugar en el Concurso de Cuento de Northeastern University. Su novela Los gestos inútiles recibió el VI Premio Alba de Narrativa Latinoamericana y Caribeña, durante la Feria del Libro de la Habana 2015. Con la tesis Formas del ascenso: estructura mitológica en Escalera para Electra, obtuvo un doctorado en filosofía y letras caribeñas por el Centro de Estudios Avanzados de Puerto Rico y el Caribe. Es artista asociado del Teatro Aguijón y director editorial de la revista Contratiempo. Enseña historia y literatura latinoamericana en Governors State University, en Chicago.

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