Político prevén choque de trenes Hillary-Trump

((Panorama

Con la elección el sábado del senador Tim Kaine, de Virginia, como su compañero de boleta, la ex secretaria de Estado, Hillary Clinton, completó la fórmula que se enfrentará en un choque de trenes, al republicano, Donald Trump y su candidato vicepresidencial, Mike Pence, gobernador de Indiana.

Se trata de fórmulas políticas completamente diferentes. Mientras Trump es un trepador pretencioso con enorme riqueza derivada de los casinos y las inversiones inmobiliarias, la señora Clinton representa el ala liberal del Partido Demócrata, fue primera dama de su esposo Bill y secretaria de Estado.

Trump arranca con el repudio enorme de la prensa liberal del país y de los sectores afroamericanos, latinos y de los jóvenes de estilo “indignados”, que estaban más cerca de Bernie Sanders, quien prometía un socialismo democrático en la pre-campaña demócrata que perdió de la ex secretaria.

Al candidato republicano lo siguen los sectores más conservadores del país, a la cabeza de los cuales está la Asociación Nacional del Rifle, que propugna por el armamentismo general hasta en las escuelas como una manera de combatir la delincuencia y los actos de terror y proteger la seguridad familiar.

En una convención caracterizada por los traspiés entre el lunes y el jueves pasado en la ciudad de Cleveland, Ohio, los familiares de Trump, su esposa Melania, sus hijas e hijos pasaron por la tribuna para presentar al candidato, defenderlo frente a las acusaciones y sazonar el encuentro republicano.

Los medios gozaron con la pifia de la señora Trump, quien en su discurso para presentar a su esposo, utilizó tantas porciones del discurso de la primera dama, Michelle Obama para proponer al suyo, Barack Obama, en el 2008, que la prensa lo llamó “plagio”, uso de expresiones ajenas como propias.

La convención republicana también sufrió la presencia del disidente principal de los varios que levantaban pancartas, el senador de Texas, Ted Cruz, uno de los que rivalizaron a Trump durante la pre-campaña, quien pidió a los republicanos votar por su conciencia, alejándose del candidato.

El tema musical que daba fondo a la convención fue una versión de “LoveTrain”, del grupo O¥jays, de los años de 1970 bajo el sello afroamericano Motown, que hizo furor en los años de 1970, y todavía. La banda de soul y ritmo Disco, se distanció del uso de su música para animar la convención de Trump.

Las críticas de la gran prensa del Este de los Estados Unidos, sobre todo del Washington Post y The New York Times fueron mordaces, lo que anticipa que pudieran endosar a la señora Clinton más adelante en la campaña. La revista Esquire se burló de la afirmación del candidato de que “sólo yo puedo arreglar esto”.

El Post llamó a Trump tras su discurso en la convención “candidato del apocalipsis”, en tanto que Times lo definió como “mensajero tóxico. El talante del candidato fue mucho más recogido en la convención que durante la campaña cuando repartió golpes a diversos objetivos, pero en el fondo fue lo mismo.

Prometió ley y orden Trump prometió cambiar a los Estados Unidos, del cual dijo que está desarticulado hasta en sus fuerzas armadas y que al asumir la presidencia “el crimen y la violencia terminarán”. Criticó el paso de Clinton por el gobierno como secretaria de Estado (2009-2013), por su legado de muerte y debilidad.

Dijo que ella era una especie de títere de los grandes negocios, la élite mediática y los grandes donantes. “El mensaje de Hillary Clinton es el de que las cosas nunca cambiarán. Mi mensaje es que las cosas tienen que cambiar y lo tienen que hacer ahora mismo”, puntualizó el candidato republicano.

Una vieja propuesta de la pre-campaña electoral contra los otros aspirantes del Partido Republicano, la construcción de un muro para contener el ingreso de mexicanos a su país, fue retomada en la convención, al afirmar que busca poner fin a la entrada ilegal, las pandillas, la violencia y la droga.

Al día siguiente del discurso de Trump en la convención que concluyó el jueves, el presidente Obama, tras reunirse con el presidente de México, Enrique Peña Nieto, en lo que pareció una unidad ante el avance del republicano, declaró que un México cooperativo es mejor que tener un muro.

En la convención republicana, el candidato Trump presentó a su candidato vicepresidencial, el gobernador Pence, un cristiano evangélico de la derecha más esencial que se pueda conseguir en el país y quien, como Trump, es opuesto al aborto, a la agenda LGBT y al aumento de salarios.

Clinton presenta a Kaine El sábado, durante una bulliciosa reunión política anticipada a la convención que se iniciará mañana lunes por la tarde en Filadelfia, la candidata demócrata presentó a su candidato vicepresidencial, el senador de Virginia, Tim Kaine, un católico devoto que trabajó como voluntario en Honduras y habla bien español.

Kaine, casado y con tres hijos adultos tiene una impresionante hoja de servicios a su país como funcionario menor del estado de Virginia, vice-gobernador, gobernador y senador. Está a favor del aumento salarial mínimo, de la educación y la salud para todos y en contra de la pena de muerte.

Su presentación ante la convención el sábado causó enorme emoción en los participantes a la reunión de Miami, donde la candidata demócrata lo presentó con los mayores elogios posibles.

Con la selección de Kaine, quedaron al margen otros notables políticos demócratas que aspiraban la nominación.

Entre ellos estaban el senador de New Jersey, un carismático, atlético y simpático político que como gobernador del estado revivió a Newark que era una especie de patio de Nueva York; el secretario de Vivienda, Julián Castro, de ascendencia mexicana y el secretario de Trabajo, Tom Pérez, hijo de dominicanos.

Al parecer la candidata Clinton razonó que con los votos de los latinos en un puño no tenía necesidad de hacerse acompañar de un hijo de hispanos. Lo que necesitaba era un blanco con experiencia de gobierno, que pudiera ser el presidente en caso de necesidad y que acercara votantes de clase obrera. Kaine tendrá la tarea de conseguir el apoyo de los estados claves de Ohio, Arizona, Nuevo México, Texas y Florida. Clinton está segura de que Nueva York, Nueva Jersey y California le darán el triunfo, así como Maryland, por la influencia de Virginia y el Distrito de Columbia, la capital del país.