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ENTRE LA VIDA Y LA MUERTE

Niños expuestos al ataque de la delincuencia

Un instructivo sobre seguridad explica cómo preparar a los niños a ser buenos observadores, cuidarse, evadir y escapar de amenazas latentes, detectar peligros, comunicarse con sus padres, denunciar abusos o insinuaciones perversas.

Oficial. Ramón Alcides Rodríguez Arias, coronel de la Policía Nacional, es un experto en materia de seguridad y autor del Manuel de Protección Ciudadana.

Oficial. Ramón Alcides Rodríguez Arias, coronel de la Policía Nacional, es un experto en materia de seguridad y autor del Manuel de Protección Ciudadana.

Camino a la escuela o de regreso a casa, recreándose en parques, correteando y saltando por las calles o acogidos en su hogar, los niños que exhiben celulares, prendas y buena ropa se exponen con más facilidad al ataque de la delincuencia, una situación de riesgo que preocupa a especialistas en asuntos de seguridad ciudadana que, al desvelar las fuentes de mayor peligro, revelan la existencia de una insuficiente orientación hacia estos en el eje familiar.

Para disminuir estos riesgos, el experto en seguridad, coronel de Policía Ramón Alcides Rodríguez Veras, plantea que los padres asuman la tarea de enseñar y orientar a los pequeños para que puedan encarar cualquier situación de peligro.

“El camino a la escuela o el colegio constituye una situación de riesgo para los niños cuando los padres no toman medidas preventivas básicas”, advierte el joven oficial, autor de un Manual de Seguridad Ciudadana que instruye sobre protección personal de los individuos.

Por ejemplo, sugiere, “los pequeños deben ser instruidos para que al caminar por las aceras lo hagan por el lado en que los vehículos les vienen de frente y orientarles para que sean observadores, no pasar entre grupos de personas y prestar atención a la gente que camina a su alrededor.

Un estudio publicado en la revista Psicología Médica de la Universidad de Cambridge, Estados Unidos, presentó los resultados de un estudio sobre los efectos psicológicos derivados de asaltos a niños, exponiendo dos trastornos principales observados en ellos: el síndrome por estrés traumatico y la paranoia. Algunas de las víctimas manifestó temores o desconfianza excesiva con respecto a la gente del entorno social, como la calle, la ciudad.

Rodríguez Veras llama a orientar a los pequeños para que no acepten regalos de extraños, especialmente golosinas o cemento para oler, desplazarse con cuidado, poniendo atención al sentido de las calles, a la proximidad de vehículos en movimiento y, si es víctima de un asaltante en medio de la muchedumbre, explicarles cómo llamar la atención de aquellos que les rodean o pedir auxilio.

Si el niño es asaltado por alguien armado, explica, enseñarle a mantener la calma y entregar todas las pertenencias que el asaltante le solicite, explicándole que la vida es más importante.

“Si su hijo se moviliza en transporte colectivo, debe recomendarle que no viaje en los asientos traseros, porque allí puede ser más fácilmente víctima de asaltos. También vestirlo con ropa sencilla, no usar prendas ni aditamentos que puedan llamar la atención del delincuente”, indicó.

Y agrega que a los niños hay que inculcarles que, para evitar sorpresa de los delincuentes, deben mantener cerradas las puertas y las ventanas de su hogar, revisar todas las noches, antes de acostarse, la seguridad de sus puertas y ventanas y no dejar objetos en el patio, visibles desde la calle, como ropa, bicicletas, y otros.

Y si hay área de jardinería frente a la casa, asegurarse de que el portón y la puerta permanezcan cerrados con llave. Al salir, asegurarse de que todas las puertas y ventanas estén cerradas. Enseñarles a llamar al número telefónico de la Policía y al sistema de emergencias 9-1-1, manteniendo siempre abierta la puerta de la habitación para que pueda escuchar cualquier ruido, grito de alarma o desesperación, y asegurar que su cuarto no sea fácilmente accesible desde el exterior. Nunca dejarlos solos en casa y si va a salir asegurase de que una persona responsable y de confianza cuidará de ellos.

Cuidado con las áreas aisladas Los niños no deben salir solos; exhortarles a organizarse, por lo menos, en grupo de dos, y si es posible grupos más grandes. Es más seguro caminar por calles de mucho tránsito y evitar áreas aisladas y terrenos baldíos.

Rodríguez Veras indica que si los niños están solos deben jugar únicamente en lugares donde las actividades recreativas sean supervisadas por adultos responsables y haya protección disponible. Explicarles que si una persona les molesta, acosando o haciéndoles preguntas o propuestas deshonestas, deben comunicarlo seguido a sus padres, o a la policía.

Si tiene transporte escolar, pedirle a los maestros que sólo sea entregado en casa a usted, o a su madre.

Respecto a los amigos, se le debe ofrecer su casa para sus encuentros, pudiendo así saber quiénes son y cuál es su comportamiento. Ellos aprenden a cuidarse por sí mismos si se les explica la importancia de ser precavidos. Hay que asegurarse de que los hijos sepan los nombres y apellidos completos de sus padres, dónde residen, el número de teléfono de la casa o el de algún familiar cercano.

Aconsejarles para que nunca acepten subir al vehículo de un extraño, ni acercarse a un automóvil si alguien les llama, evitando que pueda ser víctima de un degenerado. Negarse, si alguien les pide ayuda, a buscar un perrito o cualquier otra cosa que supuestamente se haya extraviado,

Otros casos; prevención El coronel Rodríguez Veras aconseja a los adultos conseguir el número de teléfono de sus vecinos y dárselos a su familia y personal doméstico, porque son de gran utilidad en caso de emergencia.

Igual pide tener en mente la posibilidad de que su teléfono pueda estar intervenido por personas inescrupulosas, y ser más discreto con las llamadas, en especial cuando hable de viajes o negocios.

También instruir a la familia y al personal doméstico de que no deben permitir que extraños entren a la casa y nunca discutir información confidencial, como viajes, negocios o de carácter familiar en presencia del servicio doméstico, que debe ser advertido de no revelar datos de la casa, tales como habitantes y actividades que se realizan, ni dar información por teléfono a personas desconocidas.

“Oriente a los que conviven con usted a no aceptar paquetes u otros objetos, a menos que estén seguros de su procedencia; hay que estar alerta cuando un adulto dedique mucho tiempo a su hijo y le haga regalos caros o sin una razón aparente, igual que tener cuidado con aquellos que cuidan a sus hijos, no importa su edad o grado familiar”, aconseja Rodríguez Veras.

Observar el estado de ánimo de sus hijos cuando estas personas se marchan o si se agitan e inquietan cuando saben que van a llegar. Atender los relatos que hagan sus hijos, como sobre alguien que ha tratado de acariciarles, regalarles algo o llevarlos de paseo.

Robos, ladrones van por joyas Los ladrones de joyas comúnmente actúan en grupo, van bien vestidos, aparentando ser prósperos y bien educados. Entran en una joyería en pareja, al parecer esposos o novios, piden se les muestren anillos con diamantes, examinan varias bandejas de anillos, eligen uno y mientras atraen la atención del joyero hacia otro lugar, sacan uno o varios anillos y los pegan debajo del mostrador o de una silla, con chicle que han estado masticando disimuladamente.

(+) FORMAS VARIADAS DE DELITOS Pareando los métodos Ladrones en casas Estos ladrones, que roban en residencias aisladas, siguen casi siempre los mismos métodos que los de apartamentos: averiguan cuándo los ocupantes están de vacaciones o de viaje, se aseguran de que no hay nadie en la casa, tocan el timbre, llaman por teléfono e inclusive activan la alarma como prueba y se esconden en un matorral para ver si se presenta el dueño o la policía.

Al percatarse de que las condiciones les son favorables, entran a la casa, comen, beben y escogen lo que han de llevarse y, valiéndose de su cómplice, acercan un camión de mudanza, cargan y se llevan su botín.

Con la fiesta en marcha El ladrón que aprovecha las fiestas de cumpleaños, bodas y bautizos observa el ambiente, se viste de acuerdo con la ocasión y se involucra entre los invitados, entra en la casa y, mientras los anfitriones agasajan a sus huéspedes, en un descuido, entra en las habitaciones, registra, selecciona y roba con toda su calma los objetos de valor de los residentes e invitados que han dado sus bolsos de mano a guardar.

En apartamentos En este género, hay un ladrón solitario que actúa solo y suele espiar desde el lado opuesto de la calle en busca de un apartamento en el que la apariencia le indique que nadie se encuentra; cuando lo localiza, entra al edificio y toca el timbre del apartamento escogido, si no tiene contestación y la puerta del edificio está cerrada con llave, suele entrar usando una llave maestra o tocando el timbre de algún otro apartamento. Una vez dentro, se dirige al apartamento escogido y toca para estar seguro de que nadie está dentro.

Ladrones nocturnos El ladrón nocturno es más astuto, hace planes de antemano y es muy peligroso. Para entrar se hace pasar por policía o de la división de drogas, lleva un supuesto fiscal y hasta un compañero esposado para identificar a alguien. Se presenta y luego anuncia su asalto.

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