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MONSEÑOR JOSÉ GRULLÓN ESTRELLA

Obispo desaprueba reglas de menonitas

REFLEXIÓN. LOS PADRES QUE QUIERAN TENER A SU CARGO LA EDUCACIÓN INICIAL EN CASA LO PUEDEN HACER, PERO LOS NIÑOS TIENEN DERECHO A ESTUDIAR Y SUPERARSE

Imposición. El señor Lorry Brachy, quien tiene una fábrica de yogurt, queso y panadería, junto a su esposa Elena, su hija Raquel y su empleada Reusy. Todos dicen que no quieren vivir diferente.

Imposición. El señor Lorry Brachy, quien tiene una fábrica de yogurt, queso y panadería, junto a su esposa Elena, su hija Raquel y su empleada Reusy. Todos dicen que no quieren vivir diferente.

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Adriana PegueroTumba Coco, San Juan

El obispo de la diósesis de San Juan, monseñor José Grullón Estrella, consideró que a los niños no se les puede coartar la libertar de estudiar y actualizarse con la tecnología como lo ha estado haciendo la Iglesia Menonita Conservadora en Ranchito y otras comunidades de esta provincia.

Dijo que las familias que entiendan que pueden sustituir la educación escolar de iniciar y enseñar a sus hijos es una alternativa, pero una vez pasen esa etapa, deben enviarlos a los centros educativos calificados para que se desarrollen.

Grullón habló del tema al ser entrevistado sobre la modalidad de la Iglesia Menonita Conservadora, que entre sus reglamentos impide la educación y preparación universitaria a los hijos de sus seguidores, alegando que en esos espacios se contaminan espiritual y mentalmente.

Monseñor dijo que en lo que respecta al uso de la Internet, los padres tienen que supervisar a sus hijos para que no copien y peguen los textos para tarea, como para que eviten contaminarse con contenido malsano.

“Yo no estoy de acuerdo que el muchacho sea sacado del ambiente familiar porque decida estudiar. Si quiere seguir ese camino, respetémosle que siga estudiando. El niño tiene derecho a estudiar”, consideró.

Empero, los menonitas justifican que sus hijos no estudien y vivan una vida aislada del resto de las personas que no son de su religión.

El señor Lorry Beachy, quien fue líder de la Iglesia Menonita Conservadora, manifestó que cuando un empleado hace cosas indebidas en la empresa donde trabaja, el dueño tiene todo el derecho de cancelarlo, como forma de justificar el hecho de que los padres boten de sus casas a los hijos que rompan las reglas y se inscriban a la escuela.

“Pero nosotros no obligamos a nadie a que sus hijos estudien en nuestras escuelas. Los que quieran estudiar en los centros del Estado o privado, que lo hagan”, dijo.

Si embargo, aún y cuando se expresa de esta manera, sabe que sus seguidores nunca elegirán sacar a los hijos de las escuelas que administran, porque implica que los echen de la congregación, donde les han asegurado que es la única iglesia que les garantiza salvarse y ganar la vida eterna.

Miedo a no salvarse

La señora Nilda Zabala Medina, quien habita en San Juan, es un ejemplo de esta situación y soportó vejaciones por más de 20 años que fue miembro de esa secta.

“Ahí uno no es libre de hacer nada sin que ellos intervengan, pues hasta en los colores de interiores que uno usa ellos influyen”, comentó.

Está casada con el señor Widmy Mervilus, con quien procreó cinco hijos, pero él tuvo que soportar también una serie de inconvenientes que nacieron a raíz de que pidió la mano de Nilda a sus padres, ignorando al pastor a quien había que pedirle su consentimiento antes que a los progenitores.

“Ese líder religioso que me tenía como un joven de Dios, se reveló contra mí y empezó a hablarle mal de mí a mi novia y fue capaz de decirle a su madre que ella no podía dejar que su hija se casara con un haitiano”, contó Mervilus.

Explicó que los pastores menonitas son los que buscan parejas tanto a hembras como a varones en edad de casarse y esa regla nadie puede romperla y ellos lo hicieron.

“Me veían como un desobediente, porque yo salía al frente en las cosas que entendía que eran imposiciones absurdas”, dijo.

Tanto Nilda como Widmy recuerdan que su boda la planificó el pastor luego de cuatro años de amores, pues no dejó que se casaran antes y su líder fue quien hizo todos los arreglos de como iba a hacer la ceremonia, por lo que ellos fueron como los invitados.

“Allí no había flores, ni decoración, y me hicieron poner un vestido que parecía una mortaja, con mi paño amarrado en la cabeza. Es más, en un velorio había más felicidad que en mi boda. Recuerdo que cuando llegamos al hotel donde íbamos a pasar la luna de miel, la chica de recepción creía que yo era una monja y mi esposo un cura”, dijo.

Widmy manifestó que el pastor siguió siendo el jefe de su casa y por eso renunció de la iglesia.

(+) QUISIERON ROMPER SU MATRIMONIO Widmy, quien ahora es pastor de una iglesia evangélica, contó que cuando renunció de los menonitas, su líder aprovechó la situación para exigirle a su esposa que no tuviera relación íntima con él, lo cual agrietó la relación.

Manifestó que mientras los líderes menonitas son propietarios de grandes extensiones territoriales, ganados y empresas, exigen a sus seguidores vivir con humildad.

“Yo recuerdo cuando mi primera hija nació que yo iba a comprar una cuna y el pastor me dijo que no era necesario, que podía acostar la nena en una caja de cartón”, agregó.

De la misma forma su esposa Nilda recordó que su madre compró un colchón, porque ya el que usaba no estaba cómodo y también quisieron impedírselo.

“Ellos no permiten que sus hijos ni otros miembros que vienen de los Estados Unidos, se casen con personas de aquí y si lo hacen, reciben su castigo y tiene que hacer su vida aparte”, agregó.

Ayer se reunieron aquí la directora regional de Educación, Josefina Medina, y Guarionex Díaz, director del Distrito 0203, con técnicos para resolver el problema de escolaridad de los niños de familias menonitas.

Lucha. Los esposos Widmy Mervilus y Nilda Zabala Medina dicen que salir de los menonitas hizo que vivieran un matrimonio feliz.

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