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PANORAMA POLÍTICO

La venganza de Brewster

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Guarionex RosaEspecial para Listín Diario

La amonestación del embajador norteamericano, James W. Brewster a los dominicanos durante el almuerzo el miércoles de la Cámara Americana de Comercio, con motivo del Día de Acción de Gracias, pareció una grosera intervención en la política local, pero también una venganza.

Brewster no se preocupó por observar las normas de la Convención de Viena que regula las relaciones entre los estados, ni tampoco reconoció los esfuerzos que ha hecho la República Dominicana para impedir el tráfico de drogas que va dirigido al mercado de consumidores de su país.

La República Dominicana ha ayudado mucho a los Estados Unidos al preocuparse por impedir el paso hacia ese país de dominicanos y otros ilegales que tratan de salir por el mar, un gran esfuerzo de la Armada de la RD, mientras Migración pesquisa a cada viajero en los aeropuertos.

La parte dominicana podría muy bien dejar a los viajeros salir del país, que es lo que hace Haití al seguir el consejo del diario Le Nouvelliste, de que ese país necesita que se vayan anualmente 200,000 ciudadanos hacia el extranjero, léase bien, hacia la República Dominicana.

El diplomático, quien cumple en estos días dos años en la dirección de la embajada, se venga también de los dominicanos de jerarquía, entre ellos diputados, senadores y dirigentes políticos que se opusieron a su acreditación por su condición gay y porque supuestamente venía a pervertir.

Le salió al diplomático su parte machista para encarar la mentalidad que lo discriminaba y que pretendió que el presidente Danilo Medina dejara sobre la mesa de la Cancillería el beneplácito, jugando de esa forma una carta inédita de confrontación con el país Norteamericano.

El embajador sabía que su discurso produciría un escándalo, por lo que defendió su supuesto “derecho” a intervenir en los asuntos dominicanos, pero de manera improvisada hizo algo quizás más serio, la sugerencia de que sus contradictores devuelvan la visa.

Lo de la visa fue una improvisación discriminatoria del texto que quizás ofendió a muchos dominicanos que han acogido al país de Norteamérica como su hogar, han contribuido a su crecimiento económico, al aumento de su población y a la defensa de sus colores en las guerras.

Denuncia corrupción La denuncia de la corrupción, comparada a su juicio con el cáncer, fue algo con lo cual quizás muchos dominicanos estén de acuerdo porque los niveles a que se ha llegado en ese renglón dañan la reputación del país y, sobre todo, están destruyendo la economía doméstica.

Que la corrupción se haya hecho tan patente en la vida de los dominicanos es un tema de mucha discusión y de espanto para quienes vivieron en una época en la cual la riqueza desbordada era mal vista y la gente se preocupaba por preservar la vergüenza y los valores.

Ahora, en completo descarrilamiento por obra del afán de dinero y el hedonismo que daña a la juventud, la corrupción parece la vía natural de ascender socialmente, como lo demuestran los que se han abrazado a las drogas, al narcotráfico y a las malas artes en la función pública.

La gente ha perdido la vergüenza. En cada caso, que han sido pocos, en que el gobierno ha sacado de sus filas a personalidades políticas, divulgándose en la prensa las ocurrencias, nada pasa, porque un escándalo supera al otro y el anterior queda en completo olvido. Eso nadie lo puede negar.

Por recientes denuncias se sabe que unos cuatro jueces evacuaron sentencias de casos complejos por paga y de que más de cien fiscales engrosan una lista de negociantes de juicios por sumas millonarias. Ello podría alimentar la presumida preocupación del embajador disertante y de su país.

Los ejemplos que puso el embajador Brewster como de empresarios sometidos al chantaje y la extorción por personal uniformado es algo conocido que pese a todos los esfuerzos que supuestamente se hacen, no logran ser erradicados de la vida pública, un daño para los negocios.

El embajador preguntó a su auditorio y al país: “cuál de nosotros conoce a un político que haya sustraído fondos públicos?, quiénes aquí conocen a algún juez que haya recibido un soborno para soltar a un preso antes de tiempo? Y la pregunta final: qué hemos hecho al respecto?.

Daño calculado El daño al régimen del presidente Medina pudiera haber estado calculado al momento de redactar la conferencia del embajador Brewster, aunque quizás Estados Unidos no desee que la situación dominicana se torne ingobernable como es el caso de Haití, donde los problemas no terminan.

Que los Estados Unidos estén manejando las cosas para influir en el voto de los dominicanos y perjudicar al régimen vigente sería más que especulativo. Quizás se busca con una presión mayor llevar a las autoridades a un terreno en el cual puedan imponer una salida política o corregir.

Tal vez a la salida política apuestan los opositores que apoyaron las críticas del embajador Brewster, en el entendido de que cualquier cosa que afecte al régimen de Medina podría beneficiarles en el futuro con vistas a las elecciones del año que viene, que también mencionó el diplomático.

Los estrategas del gobierno podrían estar al corriente de que ha crecido de manera considerable la inquietud de sus opositores denunciantes abiertamente de que el país se encamina a una dictadura como la de Trujillo, quizás una afirmación extravagante, un grito de derrota antes de la pelea.

Las autoridades pudieran manejar mejor las manifestaciones públicas contra la corrupción, que posiblemente continuarán luego de las fiestas y que se están produciendo en varias partes del país, favoreciendo acuerdos y diálogos mejor que la represión brutal de la Policía y oídos sordos. Los adversarios del presidente Medina, del PLD y la reelección, aunque no terminan de unirse en un bloque de adversarios, apuestan a un debilitamiento del régimen, a que crezca la impopularidad y las quejas de los sectores sociales salgan con virulencia a las calles.

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