Santo Domingo 23°C/26°C thunderstorm with rain

Suscribete

FORO ABU DHABI

Estado de situación de la región del golfo

Impresionante. Toma externa del Hotel Emirates Palace, lugar donde fue celebrado el segundo Foro Estratégico de Abu Dhabi.

Impresionante. Toma externa del Hotel Emirates Palace, lugar donde fue celebrado el segundo Foro Estratégico de Abu Dhabi.

Avatar del Listín Diario
Ricardo Pérez FernándezAbu Dhabi

2 de 2 Primavera Árabe Por lo que signifi có entonces y aún signifi ca hoy, la Primavera Árabe fue un tema muy recurrido y debatido a lo largo de este foro. La misma se interpreta como un fenómeno espontáneo de la región, que surgió sin que fuese encandilada por intromisión de Occidente, y que ha fallado en su objetivo original, por razones también exclusivas de esta región.

En su participación, Tarek Mitri, exdirector de la misión de Naciones Unidas para Libia, estableció que el fracaso de la Primavera Árabe en reivindicar los sueños de quienes la impulsaron, se debe a que una vez depuestos los gobernantes, no hubo unidad de criterio ni cohesión social a la hora de determinar los pasos subsiguientes, y como consecuencia, reavivaron los sectarismos, las divisiones sociales y tribales y los radicalismos. El fracaso en construir identidades nacionales fuertes es una de las razones por las cuales estos movimientos revolucionarios quedaron solo en aspiraciones.

Aref Ali Nayed, embajador libio ante los Emiratos Árabes Unidos, expuso que la Primavera Árabe fracasó porque elementos radicales terminaron apoderándose de la columna vertebral de estos movimientos, como en Egipto y Siria, y que esto les fue restando legitimidad tanto en el ámbito nacional como en el internacional.

Murhaf Jouejeati agregó que la radicalización de estas revoluciones se produjo en respuesta a la represión y a la brutalidad con que fueron repelidas.

El sentir colectivo es que la Primavera Árabe no se trata de un fenómeno que haya concluido, sino en algo que continuará evolucionando, sobre todo en países donde persisten las condiciones que dieron su origen. Otra razón por la cual la Primavera Árabe seguirá siendo tema de discusión es porque de ella, en parte, se deriva una de las realidades que más preocupa a los países de la Península Arábiga, y defi nitivamente, al mundo; nos referimos al recrudecimiento del extremismo y el terrorismo, y del surgimiento de Estado Islámico, conocido como ISIS o DAESH por sus siglas en Árabe.

Terrorismo y Extremismo: ISIS Los ataques terroristas perpetrados por ISIS en París, han devenido en vívido recordatorio de lo que en el marco de este foro se planteara en torno a este grupo extremista: ISIS representa para los países del Golfo, un problema existencial.

La invasión Estadounidense de Irak, primero, y la crisis en Siria, después, fueron perfectos caldos de cultivo para que esta facción de Al Qaeda se transformara en una poderosa organización que aspira a regentear a todos los musulmanes del mundo, y que cuenta con sustanciales territorios en Irak y Siria, y uno de menor dimensión en Libia.

Sin embargo, aunque ISIS sea quien ocupe la atención del mundo, existen otras organizaciones extremistas y terroristas, como Bokko Haram y Al Qaeda, que por igual alimentan la preocupación que se esparce por todo el mundo árabemusulmán.

El cómo se radicalizan los militantes de estas organizaciones parece estar muy claro. Tanto Mohammed Bin Huwaidin, profesor de relaciones internacionales de la Universidad de los Emiratos Árabes Unidos, como Murhaf Jouejeita, concordaron en apuntar, que la desigualdad, la falta de oportunidades y de educación, la ilegitimidad de los gobiernos y la marginalización, son todos elementos que alimentan el extremismo. A lo anterior, Anwar Gargash agregó que confl ictos como los de Israel-Palestina son utilizados para manipular y reclutar a jóvenes que terminan convencidos de que luchan en nombre de su Dios y su religión, cuando en realidad lo hacen en nombre de la barbarie y a favor de una retrograda y corrupta agenda política.

En cuanto a cómo enfrentarlos, el consenso fue universal: El extremismo y el terrorismo representan un problema generacional, que no encontrará solución defi nitiva por la vía militar, y que requerirá de la construcción de mejores relaciones sociales entre facciones religiosas y entre los distintos estratos de la sociedades árabes-musulmanas. En el campo Ideológico e intelectual, el extremismo solo será derrotado con mayor educación y con la elevación de la tolerancia a un valor de máxima jerarquía dentro de la cultura árabe-musulmana. Naturalmente, hasta que estas estrategias cobren efecto, habrá que atacar militarmente los centros de entrenamiento, y los espacios territoriales que estos grupos vayan granjeándose.

En el ámbito de los organismos de inteligencia, será necesaria una cooperación más estrecha y operativa entre Occidente y los países del Golfo, para poder identifi car y prevenir futuros ataques como los llevados a cabo en Paris. Y por último, lo impostergable; una solución defi nitiva a la crisis en Siria, y el inicio de un acercamiento a nivel comunitario, liderado por autoridades religiosas y otras que gocen de respeto y legitimidad, con aquellos reductos poblaciones donde el extremismo encuentra tanto terreno fértil.

En todas las discusiones en que se tocó de manera directa o tangencial el tema de la Primavera Araba, de la amenaza que representa Irán, y de las preocupaciones que progresivamente van generando el terrorismo y el extremismo, un elemento de trasfondo era común: la presencia de Estados Unidos en la región.

Estados Unidos en el Golfo Sin titubeos, en distintos contextos, y una y otra vez, Estados Unidos era identifi cado como el aliado más importante de los países del Consejo de Cooperación del Golfo, y esto era resaltado con un matiz de preocupación motivado por dos razones.

Primero, por la incertidumbre que genera el involucramiento de Rusia en el confl icto Sirio, y segundo, por la aparente falta de compromiso y voluntad de accionar que exhibe en estos momentos los norteamericanos.

El acuerdo nuclear con Irán dejó un mal sabor de boca a la región, por entenderse que el mismo fortalecerá a una República Islámica que busca activamente infl uenciar y defi nir los procesos políticos y sociales en los países árabes-musulmanes.

Con la fi rma del acuerdo, según la mayoría de los participantes de estas discusiones, se buscó un triunfo político para la administración de Obama, que obra en detrimento de la estabilidad política y la seguridad de la región del Golfo.

Existen avenencias en torno a la idea de que desde que estalló la Primavera Árabe en el 2011, las políticas estadounidenses hacia los países del mundo árabe han sido reactivas, y que esto es evidencia de que en la actualidad no existe estrategia defi - nida hacia la región. Este punto de vista no solo lo sostuvieron los panelistas y expertos de los países árabes- musulmanes, sino que además es un punto de vista compartido por James Jones, exasesor en materia de seguridad nacional del presidente Obama. Esto último es lo que explica la timidez y ambigu¨edad con que Estados Unidos ha manejado el confl icto sirio, y que esto haya resultado en una inacción aprovechada por los rusos, quienes ven una oportunidad de ocupar el espacio de liderazgo del que los norteamericanos, aparentemente, rehúyen.

La incursión rusa aún luce incierta en cuanto a lo que puede lograr, y el acercamiento entre Vladimir Putin y Barack Obama en el marco del más reciente encuentro del G20, es tal vez una indicación de que Estados Unidos está preparado para retomar su rol protagónico en procura de la solución defi nitiva del confl icto Sirio.

Charles Ries, vicepresidente del RAND corporación, aseguró en su intervención, que Estados Unidos no se irá a ningún lugar; que permanecerá en la región, honrando su papel de socio estratégico de los países del Golfo. Manifestó, sin embargo, su aspiración de que la falta de imaginación que ha evidenciado el gobierno norteamericano al momento de lidiar efectivamente con los confl ictos y fenómenos de la región, como ISIS, pronto sea supe- rada con la renovación de su compromiso de cara a la región, y con nuevos bríos que vayan impulsados por la creatividad y la resolución de quienes aspiran a seguir siendo los aliados más importantes de los países del Golfo.

Jones dejó un consejo a los países de la región: así como en 1949 Estados Unidos y Europa Occidental crearon la OTAN, bajo el principio fundacional de que un ataque contra uno era un ataque contra todos; hoy en el 2015, los países árabes-musulmanes de la Península Arábiga deben hacer lo mismo, y bajo ese mismo principio fundacional, crear una comunidad de defensa que les proteja de sus dos amenazas existenciales, a saber, ISIS y la República Islámica de Irán.

UNA CONCLUSIÓN INSOSPECHADA La pasividad y candidez con que el viento sopla en la capital de los Emiratos Árabes Unidos, y con que la gente conduce sus vidas cotidianamente, enmascara las preocupaciones de fondo que existen no solo en esta federación de emiratos, sino también en el resto de los países de la región integrantes del Consejo de Cooperación del Golfo.

Irán y el extremismo y terrorismo, son, a su forma de ver, los mayores obstáculos que se erigen ante su intento por continuarse desarrollando como el hub natural entre Occidente y Oriente para el comercio, el transporte aéreo y marítimo, la innovación, la transculturación y el turismo.

Emiratos Árabes Unidos es un país pujante, que exhibe un desarrollo infraestructural deslumbrante y que ha logrado diseñar una estrategia que aspira a colocarlo entre la comunidad de países desarrollados del mundo. Esto se absorbe con cierto asombro, puesto que en Occidente, la historia que vemos de Oriente Medio, sin muchas distinciones, es aquella que resalta los ribetes oscuros de una región donde, sin embargo, también destellan luces.

Otra gran sorpresa, que nos obliga a tener que documentarnos antes de emitir opiniones sobre una región tan variopinta y compleja, es la insospechada alianza de facto que termina descubriéndose una vez se conocen todos los elementos que integran los conflictos regionales. En Occidente, por lo general, se entiende que Israel es el mayor enemigo de los países árabes-musulmanes, pero resulta que tanto Israel como los países del Golfo, tienen las mismas amenazas existenciales: Irán, y el extremismo y el terrorismo que representan organizaciones como ISIS.

Quién sabe, tal vez ahí, en esa coincidencia de amenazas y enemigos, esté un nuevo punto de partida encaminado hacia la solución definitiva del conflicto Israelí- Palestino que tantas pasiones genera en esta zona tan convulsa e inestable, pero que a la vez, exhibe tanta excepcionalidad. Mientras tanto en Abu Dhabi, termina el foro, pero apenas comienza la planificación de las estrategias que determinarán si la región tendrá éxito en desarrollar todo su potencial. Por el bien de la paz y la estabilidad mundial, todos debemos apostar a ellos.

Tags relacionados