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ADORNOS

¿Qué hay detrás de los charamicos?

FAMILIAS ENTERAS, DESDE EL PAPÁ, LA MAMÁ, LOS HIJOS, SOBRINOS Y COMPADRES, ESTÁN INMERSOS EN EL NEGOCIO; LAS VENTAS QUE HACEN EN ESTA ÉPOCA SIRVEN DE SUSTENTO PARA VARIOS MESES DEL AÑO

Los charamicos en las calles son el símbolo más significativo de que la Navidad está cerca, pues este atractivo ya forma parte de esta época en el país. Estrellas, burritos, conos, nacimientos, ángeles, coronas, canastas, erizos, arbolitos, bolas entre otros adornos, están desde mediados de octubre a la venta.

Sus precios oscilan entre 150 pesos y 3,500, aunque todo dependerá del tamaño, ya que se encuentran algunos que, por su magnitud, superan las cifras mencionadas. Además, hay diferentes colores y diseños, desde los tradicionales rojo, verde, blanco, azul, dorado y plateado, hasta morado y azul real.

Este año, en un recorrido realizado por este diario, encontramos en un punto de vendedores el cono estrella, uno que se distingue por tener una estrella en la punta y la forma en que está confeccionado, pues tiene los palos en forma de espiral.

Pero más allá de ello, hay detalles que como consumidores podemos obviar, pues solo nos centramos en la belleza de estos elementos, los colores y el espacio en el que lo podamos colocar para llevar el aire navideño a la casa, el jardín, oficina u empresa.

Entre esos datos se registra que muchos de estos negocios son familiares. Desde el papá, la mamá, los hijos, sobrinos y compadres están inmersos en el negocio, y la venta que hacen en esta época sirve de sustento para varios meses del año.

Otro detalle, es el tiempo de confección que dedican los creadores a estos adornos. Cada quien tiene su “librito de trabajo”. Por ejemplo, Juli Pujols, quien atiende el punto del negocio de su padre en la avenida Winston Churchill, explica que ellos empiezan desde principios de enero buscan la madera y el bejuco que utilizan para sus creaciones, una vez cuentan con ello inician con las confecciones.

“Nos pasamos todo el año con esto. No hay descanso. Todo con el fin de estar preparados para vender lo que la gente busca. En el negocio trabajamos la familia y dos ayudantes que están en el taller con mi papá”, sostuvo Pujols.

La vendedora comenta que las buenas ventas se registran hasta el 24 de diciembre. Y aunque destacó que este año no se ha vendido tanto, ya hay adornos que ya no tienen, como los del Nacimiento del Niño Jesús. “Estos se nos agotaron, pero en el taller están haciendo más”.

Parecido al caso de la familia de Pujols, Reinaldo de Jesús, quien lleva 37 años dedicándose a este tipo de negocio en la Churchill, explicó que este año las ventas no están “tan buenas” pero, dijo esperanzado, que todavía queda parte de noviembre y diciembre, mes en que las ventas suben significativamente porque no solo se venden adornos, sino también canastas navideñas que demandan algunas empresas.

De Jesús, inicia en agosto a confeccionar sus charamicos, pero paras San Valentín, Día de las Madres, bodas y cumpleaños también ofrece sus servicios con canastas y charamicos sin brillo.

Una novedad que trae este año es el “árbol de la suerte”, el cual no tiene pintura, por lo que se puede usar todo el año y, según dijo, ha tenido buena demanda.

En la misma avenida, De Jesús tiene dos puntos más de venta.

Otro detalle importante que los consumidores pueden tomar en cuenta, cuando les sea necesario, es que los charamicos se pueden alquilar para fiestas u otros tipos de eventos con brillo, para Navidad y sin este en cualquier época del año.

Cuidados del charamico

Comprar un charamico es como adquirir un adorno o mueble de la casa para muchos, es decir, queremos que dure el mayor tiempo posible.

Pujols y De Jesús coinciden en que estos pueden durar varios años si se les da el trato necesario.

De acuerdo con Pujols, se pueden conservar hasta diez años si se guardan en un lugar seguro y no se exponen a la humedad.

“Si se cuidan solo habrá que pintarlos cuando vuelva la temporada navideña y si mantienen el color no necesitarán pintura, aunque ello depende del propietario”, dijo la joven.

En tanto que De Jesús aseguró que en su caso, los clientes compran charamicos cada año y por lo general no le preguntan nada sobre el cuidado que estos necesitan.

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