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TÚNELES DE TAVERA-BAO

Obreros intoxicados podrían proceder judicialmente contra contratistas

LOS INFECTADOS PASAN POR CALAMIDADES Y CONTINÚAN EN TRATAMIENTO MÉDICO

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Altagracia KubinyiSabana Iglesia, Santiago

Los trabajadores que se intoxicaron cuando limpiaban túneles de la presa de Tavera-Bao, en el municipio de Sabana Iglesia, al sur de Santiago, informaron que están analizando la posibilidad de proceder judicialmente contra las empresas que los contrataron para realizar esa labor.

La situación provocó la muerte de Tomás Hernández, de 36 años, José Ignacio Díaz (Yorki), de 21 y Brigido Acosta de 19, luego de que fueran contagiados con Histoplasmosis, un virus que se transmite a través de la exposición continua a las heces fecales de los murciélagos y otras aves

Una situación de extrema pobreza, desesperación, y calamidad es lo que viven 24 de los 27 obreros afectados mientras realizaban labores de limpieza en los túneles de la presa.

El fin de semana fue reingresado en un centro de salud privado de Santiago, Luis Antonio Fabián, aunque los médicos que los atienden dicen que se recupera satisfactoriamente.

Muchos de los obreros consultados por Listín Diario explicaron que no podrán trabajar durante seis meses, y que esta situación reduce sus condiciones de vida.

Andrés Apolinar Jiménez, de 52 años, padre de dos hijos, narró con tristeza el trauma humano y social que ha vivido durante este proceso. Expresa que “estar sin producir es un golpe muy fuerte”, porque ahora su esposa tiene que sustentar el hogar vendiendo prendas de vestir, trabajo que no genera dinero.

Jiménez agrega que no es nada fácil romper con su cotidianidad, ya que antes de sufrir el percance tenía que hacer algunos trabajos fuera de la empresa para cubrir los gastos del hogar, situación que no es posible en estos momentos.

No obstante, indica que a pesar de su condición de salud, no pierde la esperanza de recuperarse.

Asimismo, el joven José Alberto, otro de los obreros afectados comenta que su realidad médica es un “susto constante” y que en los últimos días no ha dormido porque se ha congestionado.

Aún tomando sus medicamentos debe acudir a citas médicas cada 15 días y en algunas ocasiones debe de hacerlo semanalmente.

De su lado, Lúcido Nicanor Fabián, padre de los obreros, José Alberto Fabián y José Manuel Fabián, dice que se siente desconsolado, y con el sobresalto de escuchar en algún momento una noticia negativa sobre la salud de sus hijos. Precisa, que ninguna remuneración económica podrá devolver la tranquilidad y el tiempo de dolor que han vivido todos sus familiares.

Los afectados reconocen el respaldo brindado por la Empresa de Generación Hidroeléctrica Dominicana (EGHID) y del ingeniero, Willy Díaz, quienes han asumido sus gastos médicos y han estado pendiente de su recuperación. Sin embargo, manifiestan que su escenario económico es crítico, sumado a que requieren de una alimentación sana.

Aunque la EGHID se ha responsabilizado de los gastos médicos, 26 de los obreros infectados son empleados del Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos (Indrhi) y solo uno es trabajador de la Hidroeléctrica.

Los familiares y los afectados señalan que el Indhri les ha dado la espalda y que en “ningún momento” han asumido una responsabilidad sobre el caso.

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