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FAMILIARES

Piden aplicar pena máxima a los asesinos de vigilante

MURIÓ DURANTE UN ASALTO A SUCURSAL DEL BANCO POPULAR

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Isabel Leticia LeclercSanto Domingo

Sabino Méndez Martínez, el vigilante que el pasado jueves fue asesinado en la sucursal del Banco Popular de la avenida Gregorio Luperón con Olof Palme, era el menor de cinco hermanos y el padre de tres pequeños, que hoy quedan en la orfandad.

La familia del hombre, que hace años entregó su vida a Dios y que le servía en el cristianismo, sabe que sus días no volverán a ser los mismos sin su pariente. Se sienten tristes y desconsolados. Es el caso de su hermano Domingo Martínez, quien entre lágrimas recuerda a su ser querido.

“Eso ha sido un caso muy fuerte para nosotros porque mi hermano laboraba para el sustento de sus hijos y de su esposa y ayudar a mi mamá, que está en silla de ruedas, y mira cómo van esos delincuentes a quitarle la vida en su trabajo”, expresa.

Al definir a su hermano, dice que era una buena persona, amigable, responsable y sensato, que aunque era menor que los demás, sabía darles consejos y orientarlos. “Él era cristiano, tenía muchos años siendo cristiano, para nosotros siempre fue una buena persona, nos aconsejaba mucho”, agrega.

Ahora lo único que pide la familia luego de la tragedia es que las autoridades hagan justicia, no solo que sean apresados los responsables de arrebatarle la vida al padre de familia, sino que también reciban la pena máxima.

“Queremos que se haga justicia. Que esto no se quede impune. Que esto no se quede así, porque ha sido una pérdida que nosotros no la vamos a reponer; nunca se nos va a olvidar la falta de nuestro hermano”, manifiestó llorando. Aunque hasta el momento valora la acción de la justicia como rápida, ya que han sido apresados cuatro de los siete involucrados en el hecho, advierte que lo que no quieren es que en poco tiempo los delincuentes sean apresados y vuelvan a la calle a cometer los mismos crímenes.

“Que no salgan a la calle a quitar a nadie del medio como lo hicieron con nuestro hermano. Que les peguen la pena máxima a estos delincuentes. No se sabe a cuántas personas ellos les han quitado la vida, y están esperando mañana tener libertad para volver a hacer lo mismo”, precisó.

¿Qué pasará con sus hijos? Domingo rememora cada uno de los esfuerzos que hacía su hermano para sostener a sus tres vástagos y a su esposa.

Asegura que apoyo y amor no les hará falta a los pequeños, aunque se pregunta cómo su humilde familia podrá asumir la manutención de sus sobrinos y su cuñada.

“Nosotros somos pobres. Si nosotros no conseguimos una ayuda para el sustento de esos tres muchachos, nosotros, como Dios nos ayude, los levantamos, porque somos muy unidos; no les vamos a dar la espalda”, afirma.

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